Primeras páginas de Lenin, el hombre que cambió el mundo. Fotografías de UDL.

Primeras páginas de Lenin, el hombre que cambió el mundo. Fotografías de UDL.

Agustín Comotto es un escritor e ilustrador de largo recorrido en cuyo haber hay obras de todo tipo, desde cómic (Nebrija, 155) a libros para adultos (La conquista de los polos, La muerte de Ivan Illich) e infantiles (El libro de encantamientos de la vieja Tarándula, El año de las jirafas). Su último título es el libro ilustrado Lenin, el hombre que cambió el mundo, un volumen que se intenta adentrar en la vida y circunstancias del conocido político y hacerlo alejándose de su imagen tópica e icónica.

Con motivo de esta publicación nos encontramos con él para saber más de la obra, de sus ideas y de toda su trayectoria.

(Debido a lo extenso de la entrevista se ha dividido en tres partes, esta es la segunda. Aquí puedes leer la primera).

Tu libro sobre Lenin es ilustrado, pero dado el perfil político de la figura… ¿No piensas que habrá personas que lo harán de menos? El tema ilustrado sigue estando denostado entre cierta parte del público.

Me hubiera sido igual más fácil hacerlo simplemente un texto escrito para darle como más sobriedad, ¿cuánta gente te lee un texto escrito que tiene 19 o 25 años. Y que está todo el día viendo un móvil? El gran desafío era hacer un libro “Red social”, por ponerlo de alguna manera. Es decir, yo cuento muchas cosas con la imagen eso me ahorra un montón de palabras. Tanto cómo van vestidos, porqué van vestidos así, qué tipos de arma usan, cómo son los discursos, cómo es un soviet… Hay un montón de factores que me ahorro narrando de esta manera y también sé que vivo en el siglo XXI donde el audiovisual está sustituyendo de manera tremenda a la palabra escrita. El mundo es de Netflix, por ponerlo claro, o el mundo es de Tik Tok porque ya ni siquiera la gente tiene la capacidad de sostener una serie completa. Quiere ver cosas de 60 segundos en una pantalla pequeña. Por eso es un libro en donde uno pueda fijar los ojos aquí, aquí, aquí y leer pequeñas pastillas informativas.

Es verdad el gran auge de lo audiovisual pero también que se lee ahora más que hace años, aunque haya gente que nunca lo hace. Y aunque se dice, siempre se ha dicho, que los más jóvenes no leen los títulos destinados a ciertas edades han crecido mucho en los últimos tiempos.

Pues me dejas muy feliz hoy, no sabía esto. Aunque este es un país que publica por encima de sus posibilidades, tenemos hiperedición en España. Eso va muy en detrimento de los libros. Es decir, yo sé que mis libros los puedo sostener 20 días en una librería, después me los quitan porque viene la siguiente promoción. Los libreros están recibiendo cada 15 días 120 libros editados, de los cuales, debido al espacio que tienen, tienen que hacer una rotación salvaje de material. Prácticamente no hay libros de fondo, los libros están por concesión. Es decir, si se venden, pues se venden y si no los devuelven. Eso nos mantiene en crisis constante al gremio. A mí me cuesta mucho, creo que me vas a entender perfectamente, lo que es sostener un libro en vida.

Y después está la otra cosa, que hay una muy poca apuesta por parte del mundo editorial por creaciones genuinas de autores, de contemporáneos salvo los que sean mediáticos o que entren dentro de la dinámica medios de comunicación masiva. O sea, no le va a costar nada a Pablo Motos escribir la biografía de su abuelo y agotar el libro en la Feria del Libro de Madrid por quien es, pero una apuesta sincera de una editorial a un proyecto sincero de un autor es muy complejo de llevar a cabo. Entonces, ¿qué pasa?

Muchos autores vivimos de adaptación de clásicos, por ejemplo, estamos trabajando con alguien que ya existe. Que yo haga un libro de Verne quiere decir que alguien va a comprar un libro de Verne, no el mío cuando al final es mi libro, no el de Verne. Hay diez ediciones del mismo libro, la opción mía es la diferente, pero no se entiende así. Este es un libro sobre Lenin, es muy meritorio, yo aplaudo a estas editoriales. Se han dejado un pastón para poder sacar un libro tan lujoso.

Páginas del libro Lenin, el hombre que cambió el mundo
Páginas del libro Lenin, el hombre que cambió el mundo

Cojo este hilo sobre las editoriales y el poco riesgo al apostar por figuras ya establecidas y voy a otro punto. Como escritor, ¿qué opinas sobre la Inteligencia Artificial?

Fascinante.

¿Para bien o para mal?

Para las dos cosas.

¿Puedes explayarlo?

Y tanto. Para mal, porque hay que tener muy presente que nosotros trabajamos en una industria, la industria del libro. ¿Por qué utilizo la palabra industria que es un americanismo? Porque ellos entienden que es una industria. No es mayor diferencia la fábrica de Chrysler que la editorial Random House, por poner una. Es una industria. Nosotros no lo entendemos así porque todavía tenemos como una visión lírica y poética de lo que es el libro. La inteligencia artificial sin escrúpulos va a generar escritores artificiales totalmente inventados porque la moral han estado casi un siglo trabajando para eliminarla del medio. Entonces, encontrarnos un editor como el señor Gallimard que descubre a Camus y genera el fenómeno que fue Camus, casi no hay hoy día. El editor de mesa actual es una persona que se dedica a distribuir pero el trabajo intelectual de años… cada día hay menos editores que funcionan de esta manera. Entonces, la inteligencia artificial les viene genial para ser bestsellers, por ejemplo. Estamos en los albores, nadie dice que de aquí a 5, 10, 15 años escribir un libro a la manera Stephen King sea tan impecable que nadie lo pueda distinguir. Va a llegar.

Ahora, para trabajar como autor es fascinante también porque, por ejemplo, uno está trabajando con un texto de 40 líneas, una página entera, y lo tiene que meter en 10 líneas. Lo puede hacer, es un proceso de purgar el texto hasta llegar a eso. Si uno lo aplica en una inteligencia artificial te da la primera bajada, tú puedes reescribirla, que sigue siendo tu texto y puedes escribir lo contrario de lo que diga la máquina, pero te ha mostrado lo que no va, lo que no tiene que salir. Es una herramienta que sería exactamente lo mismo que la invención de la máquina de escribir cuando se escribía a mano. ¿Qué hizo? Aceleró de manera increíble la capacidad de escribir de la gente y, al mismo tiempo, la legibilidad. Por ejemplo, Onetti escribía a mano y solo su mujer podía entender lo que escribía.

¿Por qué no denostamos la máquina de escribir que nos vulgarizó? Probablemente hubo personas que se criaron escribiendo a mano. No sé, me lo invento, gente de estas características que diga, se ha perdido la capacidad del escritor de escribir verdaderamente porque hay un artefacto que lo hace por nosotros. Nos ha quitado el romanticismo del hombre y la pluma.

Lo puedo comprar pero con un matiz.

Con todos lo que quieras.

En una máquina de escribir tú tecleas tu texto pero la inteligencia artificial, explicado de forma muy rudimentaria, es un superplagiadora. Se basa en lo preexistente, se puede entender que también estás usando el trabajo de otro sin que él lo sepa.

Sí, y pone en tela de juicio el derecho de autor. Si tienes 30 libros en el mercado, se los meto a la máquina y digo, hazme el 31, y te lo va a hacer y no se va a saber que no fuiste tú. Porque va a tener todos los vicios, costumbres, giros y mecanismos y artificios literarios que puedas ponerle. ¿Dónde está el derecho de autor? ¿En haberte copiado una historia? ¿O en haber copiado el trabajo de 40 años de desarrollar una manera de escribir? No existe derecho de autor de los 40 años. Es decir, no existe un derecho de autor que diga, no, señor, usted está pintando como Van Gogh. Pero no es un cuadro de Van Gogh. Me da igual. Pero es que le estás robando una vida entera para llegar a esa conclusión estética. No hay derechos de autor sobre eso.

Pero está el matiz de que en ese caso el acto de la creación lo hace un humano, sea una inspiración o copia, pero una Inteligencia Artificial es una programática, es algo que hace lo que está programado para hacer.

Sí, totalmente.

Esto siempre me hace pensar en Terminator y Skynet, en que vamos para allá.

Sí, sí, estoy de acuerdo. Ese es el gran desafío. Mira, te pongo un caso que escuché no hace poco que me pareció fascinante. En una larga entrevista que vi en YouTube al cantante de The Smashing Pumpkins y le hacen esta pregunta, “¿Sabes que todos estos procesos que has descrito a lo largo de una hora están muertos porque van a ser discos en cinco segundos?”. Dice, sí, pero ¿saben lo que no nos van a dejar? El proceso esencial de creación de un ser humano, que es la interacción. Y para eso se necesita tiempo. Es decir, en esta entrevista hay un montón de factores, como el ruido que has hecho con el boli, cómo vas peinado, que no hayas querido tomar algo… Todo ese tipo de accidentalidades modifican mi capacidad de respuesta. De la misma manera en un grupo de música la relación entre las personas, las tensiones humanas, generan un arte.

Todo eso la inteligencia artificial lo va a exterminar. Entonces, nos vamos a preguntar realmente, como consumidores de arte o como productores de arte qué es lo que queremos hacer. Bueno, a partir de ahí la usaremos para lo que nos dé la gana, o no.

El futuro que tú ves aquí, si interpreto bien tus palabras, es un poco oscuro. Vamos hacia una época de repetición de obras artísticas.

Totalmente. No sólo eso, sino que si todo se genera o se acaba generando por algoritmos el principio básico de la creación humana, que es lo accidental, y cuando digo accidental, pienso en Rimbaud. Escribió muy poco, es fruto de un contexto histórico, unas necesidades como persona, unas angustias existenciales y una juventud increíble a la hora de escribir, creo que escribía a los 16 años. Todo eso se pierde. Esa capacidad creativa, ese antes y después en la poesía se va a perder porque el algoritmo lo único que va a hacer son bucles o entrelazar un bucle con otro. Pero eso tiene un tiempo finito al final. Sí, es una época oscura, pero bueno, la humanidad ha vivido épocas oscuras. En época de la peste no escribía ni Dios.

Hilando esto con el tema de tu libro, de una figura política, también nos abocamos a una época llena de falsas obras políticas. No sé si has visto Black Mirror…

Totalmente. Hay un muñeco y el muñeco acaba siendo el que crea una sociedad distópica. También es una posible pauta para esto. A ver, cuando encontramos un personaje político, no voy a citar personajes porque me gusta que el espectador se los imagine, un personaje político que habla y tiene la capacidad escénica y el resto tiene una colección de spin doctors que van generando las cosas. Al final la única diferencia es que si uno lo pincha el personaje sangra pero es artificial. No creo que nuestros políticos no sean parte de la inteligencia artificial al día que corre, creo que son inteligencia artificial. Y a fin de cuentas, la sociedad está regida en este momento más que nunca por gestores. Tenemos un espectro político que salvo la ultra izquierda, por poner un caso, todo el demás espectro político hay una cosa que tiene totalmente clara y está de acuerdo: El sistema económico funciona como funciona y no hay que tocarlo. Pues ya está. ¿Qué rige la sociedad si no es la economía?

En todo caso será si tiene los ojos azules o verdes el candidato o si tiene más o menos carisma o se apila a ciertos folclorismos como ser una buena chulapa madrileña. Pero en definitiva los intereses económicos siguen estando en manos de quien están y no se modifican ni por derechas ni por izquierdas. Porque en el espectro democrático hemos estado todos de acuerdo en que eso no se toca. Por ejemplo, la guerra contra Ucrania, ¿se ha detenido el flujo de las grandes transacciones económicas con Rusia Pues ya está.

(Debido a lo extenso de la entrevista se ha dividido en tres partes, esta es la segunda. Aquí puedes leer la primera).

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Páginas del libro Lenin, el hombre que cambió el mundo
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