La mano de Sam Nicholson, artista de los efectos visuales, se extiende a lo largo de decenas de años, títulos y de su propia empresa, Stargate Studios.

Desde películas como Star Trek II: La ira de Khan o Los inmortales II: El desafío, hasta series de éxito como Anatomía de Grey o The Walking Dead, pero también títulos de culto como la divertida Repli-Kate. Y más, muchos más, la mano de Sam Nicholson, artista de los efectos visuales, se extiende a lo largo de decenas de años, títulos y de su propia empresa, Stargate Studios.

El mundo del cine es muy extenso, ¿porqué trabajas en efectos visuales?

¿Porqué trabajo en efectos visuales? ¡Siempre he trabajado en efectos visuales! (se ríe) Me gusta solucionar problemas complejos, es algo que requiere una pizca de ingeniería y una pizca de arte. Amo todo el proceso de hacer una película, es la mejor fusión que hay de ingeniería, arte y colaboración. Una película se desenvuelve en todos los aspectos del arte y es una gran colaboración, además te hace viajar por todo el mundo, jugar con los mejores juguetes y conocer gente asombrosa, y cuando todo termina tienes una preciosa obra de arte.

¿Y es lo mismo trabajar para el cine que para la televisión?

Es muy similar, pero con un ritmo diferente. La televisión es un formato largo, puede serlo, como en las series. Por ejemplo la serie más larga en la que hemos trabajado es Anatomía de Grey, también en The Walking Dead en la que llevamos siete años. Puedes trabajar en ello durante un puñado de años, pero es un mismo producto. Es algo que se cuece a fuego lento.

La tecnología es similar, pero en el cine tú estás tan solo unas semanas, o puede que trabajes un par de días. Es algo más único, usamos las mismas herramientas pero el ritmo es diferente.

Entre tus primeros trabajos están Star Trek: La película y Star Trek II: La ira de Khan, ¿qué recuerdos tienes de ellos?

Siempre puedo hablar de Star Trek, fue mi primer gran proyecto (se emociona). Robert Wise fue el director y fue una experiencia fantástica. Fue mi primera gran película y tuvimos que hacerlo todo en tiempo real, hicimos los motores de la Enterprise y la fantástica escena de la muerte de Spock en La ira de Khan. En estas películas es donde aprendí sobre el negocio del cine, aquí es cuando me enamoré de todo el proceso y de la gente. También aprendí qué puedes hacer como director de fotografía y qué hace un director, lo genial que es el vestuario, el maquillaje y los efectos especiales en los que lo explotas todo.

Lo que quiero decir es que todo ello, cada parte de ello, es genial. Cuando experimenté todo esto por primera vez en una gran película como esa, fue suficiente para que recién salido de la universidad dijera “quiero hacer esto el resto de mi vida”. Lo cierto es que podrías hacerlo durante diez vidas y no serías capaz de hacer todo lo que es posible hacer.

Soy un gran fan de Los inmortales, ¿cómo fue la experiencia en esta saga?

La verdad es que fue genial y muy divertida. ¿Has visto The Walking Dead? (se ríe) Hemos hecho un montón de zombis durante siete años, pero a nosotros nos apasiona, son muchos años pero conoces a gente estupenda. Me encantan las relaciones creativas que puedes construir con tiempo, además puedes ver la evolución de un proceso como es hacer zombis digitales.

¿Ahora hay muchos más que antes?

Cuando empezamos no había ninguno, y al final, había toneladas de ellos, los teníamos por todos lados. Si te pones la serie, si empiezas por el piloto, lo ves pero fue un éxito y para la siguiente temporada el productor dijo “¡Venga! Metamos más!”, y así la siguiente temporada, y la siguiente…

Es algo realmente complicado.

Sí, y más si tienes que hacerlo para entregarlo en una semana. Y después se acabó, ya estás con el siguiente proyecto. Pero me encanta la evolución tecnológica que hay gracias a la televisión, es algo realmente interesante. Siempre es divertido caminar por un set de un millón de dólares, ves algo y dices “¡Dios mío! Mira el tamaño de esta cosa”, es algo emocionante.

Pero una película de 200 millones de dólares es un animal completamente diferente a una serie, pueden gastar 200 millones en una serie, pero se gastan en dos o tres años. Es como cocinar, quieres hacer un gran banquete y arrasarlo todo en un fin de semana, divertirte, hacer un montón de fotos y presumir de ello durante los próximos cinco años. Eso es un largometraje. Si quieres tener una cena de un año, necesitas un horneado lento, y puedes seguir y seguir.

Tienes una carrera muy larga y ecléctica, ¿para ti cuál es tu mejor trabajo?

Mi mejor trabajo depende un poco de mis cosas favoritas en cada momento. Viajo, hago fotografías y virtualizo el mundo, es un poco como Google pero para el cine. Y eso me ha llevado a todos los rincones del planeta, he estado en África, en Patagonia, en China y Asia, en América y Alaska… En todo estos proyectos he tenido el privilegio de llevar un montón de cámaras y un gran equipo; hemos estado en Marruecos, nos hemos adentrado en la cordillera del Atlas y hemos llegado al otro lado del desierto del Sahara ¿Quién puede hacer esto? Y mucho menos que le paguen por ello.

Entonces cogemos nuestras cámaras y tecnología, capturamos hermosos momentos y después los recuperamos. Acabamos de hacerlo en Puerto Rico, filmamos durante semanas en el océano; es un lugar precioso, yo nunca había estado allí. Después recuperamos todo ese agua e hicimos una serie de piratas pensada por Taika Waikiki que se titula Our Flag Means Death y que se estrena este mismo año.

¿Qué futuro puede esperarse de los efectos visuales?

Creo que el camino está en todo lo que podamos lograr hacer que sea en tiempo real, es algo que ya se está haciendo. Es como un truco de magia. Si me voy a otra habitación y vuelvo con cinco manzanas, dirás “Bien, se ha ido y ha vuelto”, pero si pudiera hacer que cinco manzanas aparecieran justo aquí frente a tu cara en tiempo real en el aire eso sería como magia real. Es magia de verdad desde un sentido visual, que es lo que todos estamos tratando de hacer, creo que la parte más desafiante es lo que puedes lograr en fotorrealismo en tiempo real.

Nos dirigimos hacia imágenes tridimensionales inmersivas. Ahora todo es plano, como una pantalla de cine, una revista o un teléfono, ¿pero qué pasa si tu televisor te lleva hasta otro mundo? Sin necesidad de gafas, estás sentado y de pronto estás en otro sitio, como si fuera una caja mágica, una ventana a otra realidad. Ahora mismo las cámaras capturan todo en dos dimensiones y lo aceptamos, pero vivimos en un mundo tridimensional, ¿qué pasará cuando las cámaras puedan “ver” en un 3D real? Es algo que está por llegar, y después tendremos que lidiar con más partes del proceso, pero eso sucede de forma constante.

Creo que esto daría para toda una ponencia, pero te están llamando. Gracias por todo, Sam.

Gracias a vosotros, ha sido un placer conoceros.

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