Con cerca de un kilómetro de extensión entre sus dos tiendas, Norma Cómics se corona como la referencia barcelonesa de la cultura pop y más en concreto en lo que se refiere al cómic y al manga.
Norma Cómics abrió sus puertas en 1983, desde entonces no ha dejado de cambiar y crecer, ahora mismo ocupa un local de 700 metros cuadrados (de dos plantas) en el paseo de Sant Joan número 9, sin contar el espacio de oficinas en el edificio anexo. En el pasado incluso hubo franquicias (Sabadell, Palma y Vigo), ahora todo se ha centralizado y tan solo existe una auténtica Norma Cómics.
O dos, claro, si contamos la nueva y reciente Norma Cómics 13 (por el número de portal) que se especializa en merchandising, más en concreto en figuras de acción, bustos de resina y muñecos de todo tipo. Aunque lo más demandado son “las figuras de anime y los productos de nostalgia, por ejemplo los Masters del universo”, aclara Miguel Ángel Parra quien lleva 22 años trabajando en la empresa, actividad que compagina con sus labores de escritor habiendo publicado libros tan diversos como Mujeres de Star Trek. Donde ningún hombre ha llegado jamás, Tim Burton: diario de un soñador o el guion de la novela gráfica La vampira de Barcelona.
Esta última obra precisamente es editada desde Norma Editorial, la otra vertiente comercial de Norma Cómics, empresa que el año pasado lanzó unos 400 títulos aproximados de entre los que destaca en ventas en primer número de Jujutsu Kaisen. ¿Y qué hace que mientras los periódicos y revistas cierran se sigan vendiendo cómics? “Pasa un poco como los libros, aunque cada vez menos por los E-books, a la gente le gusta más tener el tebeo en la mano y el dibujo en vivo siempre es mejor. Hay aplicaciones como Marvel Unlimited que tiene sus clientes, pero no termina de funcionar tanto como el papel”, asegura Parra. Aunque matiza que lo más vendido son los mangas y animes, seguidos después por el cómic americano y en último lugar el europeo “aunque a veces hay superventas como Blacksad”.
Claro está que hablamos de un mercado que ha evolucionado y prácticamente se ha reinventado, al igual que los clientes del mismo. “El cliente original eran hombres de 30/40 años, ahora 50/60, eso ha cambiado. Gracias a las películas de Marvel ahora hay muchas chicas que leen cómics y más jóvenes que leen personajes que no les interesaban”. Esto mismo sucede con el merchandising que “antes llegaba con cuentagotas y era proporcionalmente más caro, la gente no se gastaba tanto dinero en estas cosas”, hoy en día en cambio se pueden encontrar figuras de acción ultra detalladas como las de Hot Toys que rondan los 400 euros o estatuas de resina de gran tamaño como las de XM Studios que se venden por entre 1500/2000 euros.
Con casi cuarenta años a sus espaldas, la tienda se ha convertido en un icono imprescindible para Cataluña y una referencia en el resto del país. También a nivel internacional, puesto que en 2018 se llevó el Premio Eisner a la Mejor librería especializada del mundo en la Comic Con de San Diego.
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