Un producto de entretenimiento puro, su única intención es divertir y hace reír.

Hay personajes que parecen estar destinados al éxito desde el momento de su nacimiento. Sucede que lo llamativo e interesante de su propuesta hacen que se capte la atención del público, y que pervivan durante años siendo bastante fieles a su más pura esencia. Dos claros ejemplos de esto serían el Castigador y el Motorista Fantasma, que si bien han tenido etapas en las que han sido más y menos populares, es innegable decir que siempre están ahí. A fin de cuentas, ¿quién puede resistirse a un hombre que pierde a su familia a manos de unos pistoleros y a otro que sacrifica su alma por aquello que cree justo?

Se puede ir un paso más allá en esta idea, ¿quién puede resistirse a un hombre que pierde a su familia a manos de unos pistoleros y que además sacrifica su alma por aquello que cree justo? Y de hecho todavía se puede ir un paso más lejos, ¿y si a este hombre de pasado trágico y elecciones erróneas tuviera el poder de un dios?

Justo eso es el Motorista Fantasma cósmico. Un personaje que desde su aparición ha logrado una gran popularidad debido a lo extravagante de su propuesta, la mezcolanza dos llamativos personajes, bastante gamberrismo y un muy evidente toque de Lobo DC Comics. En ocasiones, es más una impregnacion total de la personalidad y formas del mercenario espacial, pero para servir de homenaje a este al igual que el Escuadrón Siniesto lo era de la JLA.

Ahora es el momento de que este enloquecido justiciero ponga las cosas en su sitio, y es que todo lo que creíamos saber sobre el universo Marvel no era tan cierto como pensábamos. O quizá es que nos han engañado y han querido dejar en la sombra todas las acciones que el Motorista Fantasma cósmico ha llevado a cabo a largo de las décadas, desde ser el responsable de la creación de los Cuatro Fantásticos a luchar al lado de los X-Men contra Fénix Oscura, pasando por viajar al presente desde los Días del futuro pasado e incluso combatir durante la Segunda Guerra Mundial al lado del mismísimo Capitán América.

Y es que Paul Scheer y Nick Giovanetti (ambos ya metieron mano en el muy irreverente Masacre) han decidido no dejar títere con cabeza, riéndose de un modo muy respetuoso pero también con bastante mala uva de todos los hechos destacados e importantes de la Casa de las Ideas. Se unen así a otros grandes nombres cómo Sergio Aragonés y Mark Evanier con el muy divertido Sergio Aragonés masacra Marvel / Sergio Aragonés destruye DC, y otros autores que a lo largo de los años han llevado a cabo la misma hazaña (o desastre, todo depende del punto de vista de cada uno).

Al lado de estos guionistas están los lápices de Gerardo Sandoval (Los Nuevos Vengadores), Todd Nauck (Young Justice) y Nathan Stockman (Iceman), con una mezcla de estilos que en algunos puntos son semejantes y logran dar una misma personalidad a todo el conjunto, aunque en cada caso con sus rasgos característicos lo que hace que cada uno de los seis episodios que componen el total tenga su propia lectura.

Es cierto, y de tal forma debe decirse, este tomo está totalmente dirigido a los que ya son fans del Motorista Fantasma cósmico y pide desde el principio la complicidad total y absoluta del lector. Estamos ante un producto de entretenimiento puro, su única intención es divertir y hace reír. Todo aquel que no busque esto y que pretenda viajar por sus páginas con una mirada de desafío, va a llevar las de perder.

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