¿John Steed con pantalones de campana? Casi, pero por suerte no pasó

Si algo estaba claro en Los nuevos vengadores era que debía contarse con la presencia de John Steed, era el elemento conector entre todas las temporadas clásicas y el único personaje que desde el primer episodio estaba presente, sencillamente era inconcebible el pretender hacer un Los vengadores sin él. Los fans y seguidores no hubieran prestado su apoyo. El problema es que Patrick Macnee no había sido nunca un jovencito en esta producción y estaba por la cincuentena, de hecho contaba con 56 años, lo que hacía que ni pudiera ni quisiera seguir el ritmo que su ficticia representación había tenido en el pasado.

Hacía casi una década desde la última vez que llevó el paraguas y lució el bombín, con lo que tuvo que hacerse de nuevo con un personaje que en el pasado había sido completamente suyo. Esto conllevó que en la grabación del primer episodio el propio Albert Fennell, uno de los nombres principales en Los vengadores y Los nuevos vengadores, le preguntara que si estaba bien, ya que no estaba interpretando como lo había hecho en el pasado. El actor se mostró sorprendido y cuando pidió más indicaciones el productor no supo dárselas, creándose una situación que el aristócrata definió de «irreal».

Los nuevos vengadores busca su público

Parte del problema que tuvo Los nuevos vengadores es no dirigirse a un espectador específico. Se pretendía captar a los fans de la primera serie y a la vez que un nuevo grupo se hiciera seguidor con la incorporación de una pareja más joven de investigadores, y otros tópicos de los setenta. Pero pasó lo que suele pasar siempre en estos casos y es que no se logró ni lo uno ni lo otro. Para los primeros estos no eran sus viejos conocidos y para los segundos había demasiado contado que desconocían. No caló y hoy no es más un que recuerdo que habitualmente se omite considerando únicamente esas seis exitosas temporadas en que John Steed vivió aventuras con atractivas y elegantes compañeras.

Por otro lado estaba el hecho de que ahora nos encontramos con un John Steed que vive en una mansión, conduce coches último modelo y tiene una relación más familiar con sus agentes, ya que él da las órdenes en reflejo de lo que en tiempos hizo Madre con él. La idea es más cercana a la imagen que podemos tener de Hugh Heffner, fallecido fundador del imperio Playboy, que a la que debería mantener un elegante caballero de victoriana educación. Y no se explica nada más.

Claro que una de las marcas de la casa de la versión clásica era esa, no dar explicaciones innecesarias y dejar que el espectador sacara sus propias conclusiones. Ejemplo de ello es que Emma Peel se introduce en la serie sin que se sepa nada de ella y parecen amigos, quizá amantes, desde hace tiempo, pero el paso de casi una década y el querer tener a la nueva audiencia conservando la vieja hacía necesario que se dieran unas cuantas explicaciones sobre el cómo y el porqué en lugar de pretender que sin más se aceptara.

John Steed… ¿con pantalones de campana?

Parte de este alejamiento de la idea original de John Steed se deja clara en el episodio “The Eagle´s Nest” en el que su joven compañera le dice que él no es un caballero y él responde que ese es el peligro, todo en una situación que bien puede dar lugar a dudas sobre las intenciones tanto de uno y de otro, pero que deja muy claras las de los productores para con su público. Se pretenden romper las viejas reglas pero no todas, y al final eso es lo que precipitó la cancelación de todo.

Una muestra de esto es que se intentó vestir al personaje de Patrick Macnee con un estilismo más acorde a la época, algo a lo que él se opuso totalmente y por fortuna se respetó su deseo. ¿Te imaginas a un John Steed, el epítome de clásico caballero inglés, llevando pantalones campana, estampados y terciopelo? Al menos se puede dar las gracias por que eso no sucediera.

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