Gary Oldman como Drácula en 'Drácula de Bram Stoker'. Créditos: Columbia Pictures
Desde los inicios del cine, el terror ha sido uno de los géneros por excelencia. Y en lo que respecta a los vampiros , la novela Drácula de Bram Stoker publicada en 1897 ha sido la fuente de inspiración más común.
Inicios del cine
Se conoce que la primera película en tratar el género fue The Vampire en 1913, dirigida por Robert G. Vignola y basada en el poema homónimo de 1897 escrito por Rudyard Kipling. Aunque en realidad trata sobre un personaje femenino con actitud de femme fatale, también conocido jerga americana como vamp, esta representación bebe directamente de los mitos de seres fantásticos femeninos que seducen a hombres para saciar su apetito y drenarlos.
La primera adaptación cinematográfica de la historia de Stoker se remonta al año 1923, cuando se estrenó la película húngara Drakula halála (La muerte de Drácula), escrita y dirigida por Károly Lajthay y que tomaba ideas básicas de la novela. Se dice que el film tuvo un estreno en Viena en 1921, pero ningún documento austríaco de la época acredita este acontecimiento. Hoy día es una película totalmente perdida, de la que solo quedan cuatro imágenes promocionales y la adaptación literaria de la misma.
Por otro lado, la más conocida de las adaptaciones de la era muda a nivel mundial es, por supuesto, Nosferatu de F.W. Murnau. Una película de la que un tribunal británico ordenó su total destrucción por plagio de la novela y que setenta años después de su estreno se pudo restaurar gracias a unas pocas copias que sobrevivieron en manos de coleccionistas privados. Nosferatu presenta al Conde Orlok como el vampiro en una película hecha en pleno expresionismo alemán y donde las sombras se convirtieron en un icono de la misma. Fue la primera, además, en introducir la idea de los vampiros siendo afectados por la luz solar, derivada de forma libre de la novela Carmilla.
Nosferatu ha tenido varios remakes a lo largo de los años. El primero fue Nosferatu: Vampiro de la noche, una producción francoalemana dirigida por Werner Herzog que servía como remake de la original y como adaptación de la novela. Y el año pasado tuvimos un nuevo remake llamado igualmente Nosferatu, dirigido por Robert Eggers y con Bill Skarsgård en el papel del Conde Orlok.
En el año 2000, Willem Dafoe interpretó a Max Schreck, el actor que se puso en la piel del Conde Orlok original, en La sombra del vampiro, una película que cuenta de forma ficticia el rodaje del film original y juega con la posibilidad de que Schreck fuera un vampiro de verdad.
Vampiro con sonido
Sin duda la más conocida y popular, ya entrada en la era sonora, fue la basada en la obra teatral (basada en la novela de Stoker) dirigida por Tod Bronwing y protagonizada por Bela Lugosi, quien ya había interpretado el papel en Broadway y aportó el porte y elegancia al personaje, así como la forma de hablar y los manierismos. Fue la primera película de la edad de oro de monstruos de la Universal que abrió las puertas a todo un universo compartido de terror que duró dos décadas e incluyó a Frankenstein, la Momia, el hombre lobo y la criatura del pantano y producciones en las que estos personajes se cruzaban y peleaban entre ellos.
Esta es la única película de Universal de la que nos ha llegado su versión española. En los primeros años del cine sonoro, la productora decidió abrirse al mercado internacional rodando versiones de sus películas en otros idiomas, como el francés y el alemán. Tristemente, solo ha sobrevivido esta película.
Rodada de noche mientras el equipo de la original descansaba fue dirigida por George Melford y protagonizada por un Carlos Villarías a la altura del personaje. Se dice que esta versión es mejor que la de Browning en cuanto a calidad, pues Melford tuvo la posibilidad de ver el metraje rodado durante el día y mejorar algunos aspectos del mismo.
Vampiro a todo color
Los años cincuenta trajeron a la productora británica Hammer y su dupla de Christopher Lee y Peter Cushing protagonizando diferentes películas de terror, entre ellas varias encarnaciones de Drácula. Unas películas que eran bastante más violentas y sangrientas aprovechando la llegada del color a la gran pantalla, y que además reforzaron la debilidad de los vampiros hacia la luz solar. Lee interpretó al conde en un total de siete películas entre 1960 y 1973.
Drácula de Bram Stoker de 1992 fue la última de las adaptaciones más populares de la novela, y quizás la más fiel al material original. Dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Gary Oldman, fue la primera en relacionar al famoso vampiro transilvano con el príncipe rumano Vlad III, también conocido como Vlad Drăculea, cuyo nombre derivaba del de su padre, Vlad Dracul (Vlad el Dragón en rumano medieval), nombre que obtuvo al unirse a la Orden del Dragón.
De esta última no podemos dejar de hablar sobre la parodia que Mel Brooks hizo dos años después en Drácula, un muerto muy contento y feliz. Con Leslie Nielsen en el papel del conde transilvano en un homenaje tanto al film de Coppola como a la cinematografía de terror de la Universal de los años treinta. Por supuesto, sin perder un ápice de humor.
No solo Drácula
El género de los vampiros ha dado rienda suelta a la imaginación de muchos cineastas a lo largo de la historia. Desde adaptaciones (más o menos fieles) a novelas a interpretaciones totalmente originales, se cuentan por docenas las películas sobre criaturas sobrenaturales que se alimentan de la sangre de humanos. Y en parte se lo debemos tanto a la novela de Bram Stoker como a sus primeras adaptaciones cinematográficas.
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Crítico de cine de largo recorrido, además de amante del terror clásico y el mundo de LEGO. Es profesor Pokémon y ha sido juez del juego de cartas de la franquicia en torneos oficiales a lo largo y ancho del mundo. Es graduado en traducción y ha sido el intérprete de nombres como Julian Glover y Paul Blake, General Veers y Greedo de Star Wars. ISNI 0000 0005 1808 8642