Mel Brooks como presidente Skroob en 'La loca historia de las galaxias'. Créditos: Metro-Goldwyn-Mayer

Mel Brooks como presidente Skroob en 'La loca historia de las galaxias'. Créditos: Metro-Goldwyn-Mayer

Hace pocas semanas el legendario actor y director Mel Brooks anunció que en 2027 llegará la tan esperada segunda parte de su clásica parodia de ciencia ficción Spaceballs, una noticia que no ha dejado a nadie indiferente.

El humor ante todo

La carrera de Brooks inició después de la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió como detector de minas, cuando empezó a trabajar en clubs nocturnos de Catskill Mountains de Nueva York como músico de acompañamiento. Una noche se ofreció como remplazo de uno de los humoristas habituales del local. Un tiempo después, junto a Carl Reiner, creó los sketches de 2000 Year Old Man, en los que Brooks interpretaba a un hombre de 2000 años de edad entrevistado por Reiner. Tal fue su éxito que pasaron a interpretarlos en The Steve Allen Show a principios de los sesenta.

Su afán de crear comedias absurdas protagonizadas por idiotas, alejadas de las tradicionales comedias familiares blancas, le llevaron a la creación de El Superagente 86 junto a Buck Henry. La serie, protagonizada por el legendario Don Adams y de la que muchos años después se hizo una película dirigida por Peter Segal y protagonizada por Steve Carell, fue todo un éxito. Aunque Brooks apenas estuvo involucrado después de la primera temporada.

Tras esto, jugó con la idea de hacer un musical sobre Hitler, que primero ideó como un libro y también como un musical. Finalmente, lo convirtió en un guion del que salió la primera producción que dirigió: Los productores. La película trataba de un par de productores (Gene Wilder y Zero Mostel) que intentan hacerse ricos vendiendo un falso musical sobre, efectivamente, Hitler.

Gene Wilder y Zero Mostel en una escena de 'Los productores'. Créditos: StudioCanal
Gene Wilder y Zero Mostel en una escena de ‘Los productores’. Créditos: StudioCanal

El moderado éxito de esta producción (que fue muy criticada en su momento por el polémico tema que trataba) le permitió financiar su siguiente proyecto: El misterio de las doce sillas, basado en la novela satírica soviética Las doce sillas. En 1974 por fin llegó su primer éxito con Sillas de montar calientes, una parodia del género western protagonizado por un cowboy afroamericano y que tuvo mucho éxito entre el público joven.

Para esta película contó también con el actor Wilder, quien aceptó el papel después de que Brooks aceptara producir un guion en el que llevaba tiempo trabajando. Este guion era una parodia de las películas de Frankenstein de Universal, protagonizadas por Boris Karloff. El jovencito Frankenstein se estrenó apenas 10 meses después de Sillas de montar calientes, y fue la tercera película con mayor recaudación del año. Contó, además, con la participación de los actores Marty Feldman, Peter Boyle, y un cameo de Gene Hackman, además de la ayuda del veterano especialista de efectos Kenneth Strickfaden, quien había creado todo el equipamiento de laboratorio de las películas de Frankenstein originales y que se usaron como decorado.

Parodiando al género

Las parodias continuaron en años venideros. La última locura de Mel Brooks fue un homenaje a las películas mudas. En High Anxiety el director llevó al absurdo el cine negro de Alfred Hitchcock. Con La loca historia del Mundo dio el paso de parodiar el género del peplum y el cine histórico, tocando diferentes épocas de la humanidad. Incluso dirigió y produjo un remake de la película Ser o no ser, de 1943, dirigida por Ernst Lubitsch y situada en la Varsovia de la invasión nazi.

Mel Brooks en el papel de profesor Van Helsing en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz'. Créditos: Columbia Pictures.
Mel Brooks en el papel de profesor Van Helsing en ‘Drácula, un muerto muy contento y feliz’. Créditos: Columbia Pictures.

Brooks se atrevió también a parodiar películas contemporáneas. En 1993, dos años después del estreno de Robin Hood: príncipe de los ladrones protagonizada por Kevin Costner, dirigió y produjo Las locas, locas aventuras de Robin Hood con Cary Elwes en el papel del forajido. Y dos años después, hizo lo mismo con el Drácula de Bram Stoker de Francis Ford Coppola de 1992 (protagonizada por Gary Oldman y Winona Ryder) presentando Drácula, un muerto muy contento y feliz con Leslie Nielsen y Peter MacNicol en una parodia que también homenajeaba a los clásicos del género de terror, y en la que Brooks también tuvo un papel como profesor Van Helsing.

Más allá de las estrellas

No podemos olvidar, por supuesto, a la película que ha inspirado este artículo. En 1987, pocos años después del gran auge de La Guerra de las Galaxias, Mel Brooks hizo su propia parodia con Spaceballs, conocida en España por La loca historia de las galaxias. Una cinta que bebía mucho de la saga galáctica, pero también sacó inspiración de 2001: una odisea en el espacio, Alien, El planeta de los simios y El mago de Oz.

El elenco incluía a Bill Pullman como el valiente Lone Starr, John Candy como su amigo Vomito, Daphne Zuniga como la princesa Vespa, Lorene Yarnell como la androide Dot Matrix (cuya voz fue dada por Joan Rivers) y Rick Moranis como el temible casco oscuro. Por supuesto, como en la mayoría de sus producciones, Brooks tuvo un papel secundario en ella, haciendo de presidente de los Spaceballs y del maestro Yogurt.

Bill Pullman, John Candy, Daphne Zuniga y Lorene Yarnell en una escena de 'La loca história de las galaxias'. Créditos: Metro-Goldwyn-Mayer
Bill Pullman, John Candy, Daphne Zuniga y Lorene Yarnell en una escena de ‘La loca história de las galaxias’. Créditos: Metro-Goldwyn-Mayer

La película se convirtió en la parodia oficial de Star Wars, aprobada por el mismo George Lucas. Por desgracia, debido al acuerdo entre Brooks y Lucas, no se hizo ningún tipo de merchandising de ella. Además, fue todo un éxito comercial que supo aprovechar el tirón de la trilogía original creada por Lucas y en poco tiempo se convirtió en una película de culto.

Con la segunda parte ya anunciada oficialmente, las expectativas están muy altas. ¿Hay sitio en el mundo moderno para el humor poco convencional de Mel Brooks? En nuestros corazones, sin duda alguna.

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