
Portada de El París de los dragones. Créditos: Nuevo Nueve
El París de los dragones. El título lo dice todo, al menos todo lo que es esencial. La historia transcurre en París, en un París mítico y lleno de leyendas donde los dragones son reales, o al menos volverán a serlo y sin duda lo fueron. Una de esas novelas gráficas que llegan desde la editorial Nuevo Nueve para sorprender, encandilar y gustar a partes iguales.
Bien dibujado y mejor escrito
La propuesta sale de las manos de Joan Sfar y Tony Sandoval, el primer nombre a las letras y el segundo para la parte gráfica. Y ambas son estupendas, no puede decirse otra cosa. Puede gustarte o no, eso es algo muy personal, pero la profesión y el talento son evidentes desde la primera viñeta y así hasta la última de una historia llena de acción, aventura, humor, cierta sorna y el claro mensaje de que todos tenemos derecho a ser nosotros mismos y a compartir nuestra vida con quien elijamos.
Su París es tan oscuro y abigarrado como luminoso y bello. Cada rincón oculta secretos, cada esquina tiene una historia, cada calle es única y lo mismo con los personajes. Desde las dos protagonistas, la feroz y fuerte luchadora Kapa´akea y la dulce pero temible sirena que desencadena toda la trama, aunque esto sea a su pesar.

Dos láminas de infarto
Si bien el trabajo y el arte de Tony Sandoval es maravilloso a lo largo de todo el tomo hay dos momentos que sobresalen, aunque bien podrían citarse más de su estupenda y arriesgada plasmación gráfica. El primero es más o menos inicial cuando la mentada sirena coge en sus manos una espada mística y la energía del mar y de los océanos estalla a su alrededor, mostrando todo el poder que late en su interior.
El segundo es mucho más avanzada la aventura, sin desvelar nada y evitando todo tipo de spoilers, cuando un dragón hace de la catedral de Notre-Dame su morada. Una mezcla de sagrado y sacrílego que, usando un término mundano, quita el hipo. Un precioso juego de luz, color, sombras, nubes y humo sustentando por el brillo sutil y algo etéreo de las lámparas del París de la denominada Belle époque.
Dragones de todo tipo
Por supuesto a todos nos gustan los dragones, o deberían. Son de los seres más fascinantes de la mitología y los hay en un gran número de culturas, no me atrevo a decir que cada cultura tiene los suyos pero no creo que errase de hacer tal aseveración. Son criaturas que atraen la atención tanto como los sueños e incluso alguna pesadilla.
No es de extrañar que por lo atractivo de los mismos hayan sido elegidos en muchas obras de ficción como protagonistas, antagonistas o fondo que hace avanzar la trama. Como ejemplo, de entre centenares (miles) de ellos, pueden mentarse a Draco de Dragonheart (Corazón de dragón), Smaug El hobbit, Fin Fang Foom de Marvel Comics o el Jabberwocky (a veces traducido como Galimatazo) del poema de mismo nombre incluido en Alicia a través del espejo.

Mitología desbordante
El París de los dragones es una historia tan entretenida como fascinante, tan divertida como fantástica, tan irreverente como creativa. Un no parar de estupendos momentos, de escenas impactantes y de personajes excéntricos y valientes. Una lectura que te hace viajar a París y soñar con dragones, mientras deja un buen fondo y un puñado de reflexiones sobre el valor de ser uno mismo y encontrar nuestro lugar además de en contra de los prejuicios y los miedos que estos crean.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012