Imagen de la película El bus de la vida
Puto cáncer. Quizá no sea la manera más adecuada de empezar una crítica cinematográfica, pero s la única que puedo articular ahora mismo… Lamentablemente, hoy día casi todo el mundo tiene cerca algún caso de alguien que ha perdido a un ser querido o sufrido esta infame enfermedad. Es algo que no puedo dejar de tener presente.
El bus de la vida habla de muchas cosas, como se puede presuponer: miedo, incertidumbre, dolor, tristeza… Pero, ¿por qué quedarse sólo con las malas? También se habla de fuerza, cariño, apoyo, amistad o familia.
La película es sincera en todo momento, tanto en su historia como en sus personajes: sabemos lo que va a pasar en casi todo el metraje. ¿Eso quiere decir que es una mala película? Pues depende del cristal con el que se mire.
Si hablamos de las interpretaciones, estas cumplen con cada rol sin esfuerzo, a pesar de que hay nivel de sobra para hacer algo más relevante. Es lógico destacar al cabeza de cartel, Dani Rovira, ya que su personaje es el centro de la historia. El actor ya pasó por una variante de esta enfermedad (Linfoma de Hodgkin) en su plano personal, algo que es lógico haya ayudado a enfrentarse a este papel, del que no puedo más que adjetivar como “correcto”.
El tema de la música en la película tiene importancia, pero no parece que mueva los cimientos de la historia, quedando sólo como excusa para crear conflicto dentro del entorno que rodea al protagonista. Se hubiera logrado el mismo efecto si, en lugar de música, se hablase de teatro o danza.
Antes de entrar en conclusiones, quiero destacar un par de hechos llamativos en el filme: el primero es la sucinta crítica que se hace al sistema de salud público español, cada vez más mermado. La película apenas entra en debate sobre este tema, por el que atraviesa de pasada, sin considerar el importante hecho de que no existiría esta historia en el caso de darse en el marco de un sistema de salud público de calidad, para el que nunca será suficiente inversión de cualquier medio.
El otro hecho que quiero comentar es el acierto en señalar a esas personas que se creen con derecho de decir a un enfermo (no sólo ocurre con esta enfermedad) como debe sentirse o cuál es la mejor forma de hacer frente a su dolencia. Son esas figuras que habitan en el mundo con la necesidad (y falsa creencia) de saber más que el resto aunque nunca sea así, pero no por ello reduce su necesidad de querer estar por encima del común de los mortales.
Para terminar, decir que la película es lo suficientemente entretenida para pasar un rato por la tarde, ya que no pierde tiempo en rellenar historia porque si y se centra en lanzar un mensaje claro: Lucha. Lucha porque es tu vida la que está en juego y nunca sabes cuando aparecerá algo que le dará aún más valor para vivirla.
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