Rubén Fernández vuelve a Fandogamia recopilando sus populares tiras de El Jueves.

El Jueves es una revista que siempre está en constante cambio. Autores que van y vienen, tiras que desaparecen y otras que se cuelan para convertirse en las más queridas. En este punto se podría hablar de Rubén Fernández y su divertida 24 horas con…, que se edita ahora en un segundo tomo recopilatorio por parte de Fandogamia Editorial.

Lo primero que llama la atención es el nombre de esta recopilación, ¿a qué se debe?

Se me hacía difícil elegir un título que resumiera bien el concepto de la serie la serie y que a la vez fuera llamativo. Así que, bueno, si no podía vender el libro por lo que era, se me ocurrió venderlo por lo que no era.

Y, desde luego, es un libro en el que no aparece el Rubius por ningún lado. ¡No puedo ser más honesto! Tampoco es que pensara que poner “El Rubius” en el nombre fuera a atraer más ventas, ¿eh? ¡Claro que no, ja, ja, qué locura, siguiente pregunta!

¿Llegaremos a ver 24 horas con… El Rubius?

¡Ya se ha hecho! De hecho, la historieta se ha usado para una lámina exclusiva adjuntada como regalo para quienes compraran el libro a través de fandogamia.com…

No sé si es posible conseguir la lámina aún. Supongo que comprarlo a través de la web ahora mismo es la única forma de comprobarlo, ¡la única!

Una página semanal inspirada en un personaje real requiere documentación, ¿qué proceso usas?

Depende del personaje. A veces es alguien muy popular con una serie de características muy conocidas, y no tengo que indagar mucho para exagerarlo todo y sacar risa. Otras veces es alguien menos conocido, y toca documentarse más.

Pero vaya, que nunca he ido más lejos que mirar un par de webs, o la wikipedia del personaje en cuestión. La wikipedia inglesa, claro, porque la española es la mierda (vaya hostia más gratuita a wikipedia sin venir a cuento).

¿Cómo eliges quién va a ser el protagonista? Los nombres que han ido apareciendo son muy eclécticos.

Es que la gracia de la serie es que sea muy ecléctica. Saltar de un personaje a otro totalmente distinto permite que la serie vaya manteniendo cierta frescura, creo. La serie tiene una estructura y un ritmo bastante rígido, y el reto es coger a cualquier personaje, desde Katy Perry a, yo qué sé, el Monstruo de Amstetten, y meterlos a todos en el mismo molde y que funcione igual.

Hace poco, coincidiendo con la página número 300, le di un giro importante (al menos para mí) a la serie. Modifiqué un poco la estructura de viñetas y cambié una regla fundamental: en vez de hablar sólo de personajes reales, hablaría sólo de personajes ficticios. No sé cómo han percibido los lectores este cambio, pero para mí ha sido prácticamente como empezar una serie nueva.

A veces se escucha a lectores diciendo que esperan con ganas que saltes a una obra larga, ¿llegaremos a verlo?

Pues no lo sé, pero por ahora no hay nada planeado. Estoy muy a gusto haciendo historias cortas, y sinceramente, tampoco me hace falta más, hoy por hoy. ¡Ni tengo tiempo! Y tengo miedo de comenzar una historia larga y perder el interés a mitad.

Debería tener una idea muy buena para animarme a ello. Y, bueno, que (como dijo Albert Monteys, creo) no todo el mundo tiene una novela gráfica dentro. ¡Y no pasa nada! Me parece bastante horrible que una de las pocas formas que tengan los autores jóvenes de empezar sea marcándose ya de entrada una novela gráfica de 100 páginas o más. Sobre todo tal y como está la industria, que no permite en absoluto que puedas vivir de ello.

Tu humor absurdo y desenfadado ha logrado que seas uno de los autores más queridos de El Jueves, ¿es algo que te esperabas al empezar en la revista?

No sabía qué esperarme. En su momento, Albert Monteys (el director de la revista por entonces) y la gente de redacción confió en mí, y lo único que pude hacer fue ser honesto conmigo mismo. No iba a cambiar mi humor para hacerlo más “estilo Jueves”, porque no tenía ningún sentido, y además no iba a ser capaz de mantenerlo con el ritmo constante de entregas que te exigen.

Así que lo único que podía hacer era tirar para delante haciendo las cosas como mejor podía, y confiar en que le gustaran a alguien. Y a día de hoy sigo sin saber muy bien qué estoy haciendo, pero bueno, me lo paso bien. Y si llevo ya once años ahí es que no lo habré hecho todo horriblemente mal.

En esta misma publicación has visto la marcha de autores, censura en una portada, cambio de directiva… ¿Cómo lo has vivido?

Al no formar yo parte del ambiente de redacción, la mayor parte de estos cambios los he vivido desde mi casa con cierta distancia, física y emocional. Lo más difícil, con diferencia, fue el episodio de censura por parte de RBA y la posterior marcha de la mitad de la plantilla.

Eso me dejó verdaderamente tocado, y estuvimos todo un fin de semana los dibujantes que nos quedamos hablando por un grupo de Facebook, en plan terapia de grupo…. Fueron tiempos bastante duros, y tuvimos que aguantar hostias que nos venían de todos lados. Sinceramente, aún me asombra que la revista consiguiera sobrevivir a todo aquello.

Repites con Fandogamia a la hora de editar tu trabajo, ¿volverás a ellos en el futuro?

Jo, claro, si me quieren, yo encantado. A la gente de Fandogamia los conozco de hace muchos años, cuando hacíamos fanzines, y me parece estupendo que hayan acabado siendo mis editores. Es una editorial muy joven pero con muchas ganas de hacer cosas y hacerlas bien. Y no dejan de ir a más. Particularmente, no puedo estar más contento con ellos.

¿Hay algún personaje al que no te atreverías a sacar en 24 horas con…?

Cualquier personaje es susceptible de salir. No me negaría a sacar a nadie, siempre y cuando encuentre el enfoque adecuado. He mencionado antes al Monstruo de Amstetten. No lo he sacado nunca en ninguna página, pero eso no significa que no vaya a hacerlo nunca. Se trata de encontrar el chiste que merezca la pena, dibujarlo… ¡Y a esperar las denuncias!

Esto lo digo totalmente como fan, ¿qué hay que hacer para lograr salir en tu tira?

Oh, claro, ahora te lo digo: Si en mis páginas quieres aparecer, este acertijo debes resolver… ¡Ja. Ja, es broma! Ingrésame 200 euros en mi cuenta corriente, con eso bastará.

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