El Salón del Cómic siempre presenta unas exposiciones muy bien escogidas, con buenos materiales y a ser posible mostrando en una gran mayoría de ocasiones láminas originales, aunque también es justo decir que no siempre están en la mejor de las ubicaciones o con una iluminación adecuada.
Este año no era una excepción y cada uno podía perderse dentro de la que quisiera y en mi caso en concreto, a pesar de visitar todas varias veces, no pude evitar que hubiera cuatro que me engancharon más que las demás.
Aunque por lo que pude comprobar no fue solo cosa mía y estas también parece que fueron las elegidas por muchos de los asistes, que por supuesto no dejaron de lado las otras. Espero que me perdonéis pero en esta ocasión me dejo ir por una cuestión de mi propio gusto y me centraré en estas cuatro con comentarios y opiniones.
Capitán América: 75 años del centinela de la libertad
Desde que soy lector de cómic americano he sentido una especial predilección por el Capitán América, aunque curiosamente creo recordar que lo primero que pude leer fue Spider-Man. A saber.
Lo cierto es que es un personaje que (cuando está bien tratado) de mucho de sí siendo el ejemplo de lo que en teoría todos podemos alcanzar. Además esa nobleza ligada a Steve Rogers siempre me ha encantado.
Así desde su primera aparición muchos autores han ilustrado sus aventuras empezando por Jack Kirby y otros muchos grandes después de él. Hoy en día sigue estando de plena actualidad, siempre asumiendo una necesaria actualización con el paso de las décadas sin la cual habría caído en el olvido hace mucho. A esto ha servido también su importancia como uno de los ejes centrales del universo Ultimate, así como de la Civil War y por supuesto del mundo creado por Marvel Studios.
Anacleto, agente secreto
Cuando era pequeño en mi casa siempre hubo tebeos de Bruguera. Al igual que otros tantos crecí con ellos, y con Ediciones B posteriormente, y debo decir que con los años aprendí a disfrutar de Anacleto, agente secreto y más en concreto del saber hacer de Manuel Vázquez.
Lógicamente de niño era un gran seguidor de las aventuras de los agentes secretos de Francisco Ibáñez y aunque leía a otros siempre estuvieron en un segundo plano. Poco a poco esto fue cambiando, descubriendo otros autores, diferentes personajes y aventuras para todos los gustos.
Hay que reconocer que Vázquez (y me permito citar a Ibáñez en una entrevista que le hice hace tiempo) tenía gasolina en las manos. La fuerza de su trazo y su humor desbordante hacen que las viñetas se salgan de la página para cobrar vida real.
Quizá ahora con la película esta frase sea cierta del todo.
Joker, 75 años del príncipe payaso del crimen
Si dijera que el Joker ha sido siempre mi villano favorito os mentiría de forma malvada. Cualquiera que me conozca sabe que por encima de todos está para mí el Doctor Muerte, no puedo evitarlo pero ese tipo de personajes me vuelven loco.
Aunque claro está que el Joker es uno de los antagonistas más importantes en el mundo del cómic, además de uno de los que más ha ido evolucionando a lo largo de las décadas y en los últimos tiempos claramente influenciado por la última saga fílmica de Batman. Pero antes de este hubo muchas visiones y encarnaciones, algunas más divertidas, otras hoy totalmente desfasadas, unas pocas más oscuras como la interpretación que Mark Hamill hizo en Batman TAS.
Diferentes visiones, un mismo personaje.
Y he dejado para el final la que más conmovió mi corazoncito de lector, la que se dedicaba a The Spirit. Aunque fuera una muestra algo minoritaria estaba lleno de cariño y de muestras del trabajo de Will Eisner, además de otros que posteriormente han seguido con las aventuras del personaje.
Estar delante de páginas originales en las que se pueden ver sus trazos, restos de lápices, ideas, ver el buen acabado que tenía, el increíble manejo del cuerpo y de las expresiones del rostro, es todo ellos una maravilla que casi no se puede describir.
Leer a Will Eisner es amar el cómic.
