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Nacho Fernández presenta su nueva obra y habla sobre el mundo del cómic

Nacho Fernández es un nombre habitual en el mundo del cómic patrio y también en esta web, bien sea por entrevistas y críticas de su obra, o por haber presentado con él de forma conjunta. En la actualidad está ultimando su primer proyecto con la editorial LetraBlanka, un cómic de ciencia ficción para los más pequeños y que lleva por nombre Krysalis.

¿De dónde surge la idea de este cómic?

Parte de ideas que me venían rondando la cabeza desde hace tiempo. Básicamente, siempre he estado dibujando, cuando se trata de mis propios proyectos, los cómics que a mí me gustaría leer. Sobre todo porque me doy cuenta que he desarrollado un lenguaje visual y narrativo que transmite mucho, y me gusta contar historias con ese lenguaje. Me gusta causar una reacción, que haya un feedback.

Se nota cierta influencia de los años ochenta en esta obra, ¿ha sido algo premeditado?

Yo diría que ha sido inevitable. Hay una serie de referencias con las que crecí, soy de una generación, la primera, quizá, que no ha querido renunciar nunca a sus iconos de niñez. Los míos fueron los tebeos de Bruguera, las primeras series de anime, y las películas de Lucas y Spielberg. Y los primeros juguetes coleccionables modernos, como se entienden hoy día.

Hubo una colección de figuritas, los Astrosniks, uno de los intentos de competir con los Pitufos. Esa idea de los «pitufos del espacio» me cautivó, y esta historia tiene mucho del espíritu de aquella, con sus marcianitos verdes que se hacen amigos de unos niños y expanden su universo, todo muy ochentas, muy simple, muy directo. Con un estilo visual más moderno, si cabe, y con la intención de entretener con mensaje.

¿Qué te lleva a lanzarte al mercado infantil?

El año pasado en el salón del comic de zaragoza me pasó una cosa. Venían muchas madres preguntando por cosas que pudieran leer sus niños y me dí cuenta que, efectivamente, salvo la colección El Chullo, que hice con la escritora Txani Rodriguez, que era un cómic especifico para niños, yo todo lo que tengo es, o demasiado gamberro, o demasiado denso para un lector jovencito. Es más, no era yo solo, es que apenas se produce nada de cómic para ese rango de lectores. Jordi Bayarri con su serie de Científicos, y un par de cosas repartidas por ahí, y para de contar. Una situación muy distinta a cuando nosotros éramos críos.

¿Ya no hay cómics para niños?

Los únicos productos impresos, específicos para críos, que se ven hoy día, aparte de la literatura infantil-juvenil, suelen ser revistas con licencias de marcas de juguetes, o de un videojuego. Todo marcas de multinacionales. Aquí simplemente las reeditan y las traducen. De cómic casi no tienen nada, y si mucho marketing para crear pequeños consumidores. Yo lo encuentro muy deprimente.

En este país por el sesgo sociocultural que te he comentado, se sigue viendo «el tebeo» como algo infantil. Es algo que arrastraremos por generaciones. Nos falta mucho desarrollo y nos sobra cinismo cañí.

Se sigue considerando algo infantil y a la vez cuesta encontrar material infantil, ¿a qué piensas que se debe?

El problema de base es el lamentable sesgo sociocultural y económico de esta país y su concepto de lo que es cultura, nada que ver con Francia, donde leer comic, la Bande Dessinee, es algo perfectamente normalizado en la sociedad, pero esta que se ha seguido no era la solución. A lo largo de los años, se ha visto cómo el cómic se volvía un medio cada vez más especializado, y salía de los kioscos para concentrarse en el mercado de las tiendas de cómic, esto ha creado espacios seguros para los lectores adultos de este país, donde nadie les señala ni les estigmatiza por leer tebeos, pero han sacado el tebeo de las calles.

Volvamos a esta nueva obra, ¿cómo está enfocada?

Ofreciéndoles un cómic que les entre por los ojos, que les enganche a una historia que ocurre casi en tiempo real, con el nervio de la narrativa audiovisual, y que les deje con ganas de más. Pero no limitarme a eso, sino que las historias transmitan algo, que tengan mensaje. Quiero llamar la atención del lector sobre cuestiones morales, éticas y sociales que están ahí, a nuestro alrededor, exponiéndolas ante la lupa en la tradición de la ciencia-ficción de toda la vida.

¿Qué nos puedes contar sobre los protagonistas?

Son un grupo de niños, dos chicas y un chico, que se alejan de los roles de género tradicionales. Nada de princesitas, ni de aspirantes a ser la chica más popular. Al primer vistazo es todo muy ambiguo, y es intencionado. Quiero unas heroínas del cómic que puedan ser disfrutadas por jóvenes lectores de cualquier sexo, con el carisma y la empatia que un personaje así ha de tener.

Llama la atención que uno de ellos se asemeja a las caricaturas que haces de ti mismo.

Sí, el niño más pequeño. Es una proyección de cómo me debía ver yo con 8 años, un pequeño cerebrito, con la nariz siempre metida en algun tebeo, y manejando un lenguaje que no se corresponde a mi edad. Debí ser muy repelente.

Has sido un autor muy ecléctico. Te lanzaste con Dragon Fall, has tocado la ciencia ficción con Los mundos de Valken y ahora en infantil, ¿de dónde sale todo este bagaje?

Nací en los 70, pero mi infancia es de finales de esa década y todos los 80. Prácticamente somos la generación que le quitó el precinto al mundillo geek que hoy día damos por sentado en este país. Nosotros lo recibimos nuevecito y a estrenar. Antes de nosotros apenas había ni siquiera Trekkies, y los Whovians como se entienden hoy día no aparecerían hasta los años 2000.

Eso te marca inevitablemente, y como creador quieres contar historias del espacio, de robots gigantes, historias con el humor de los tebeos de Bruguera, de pequeños personajillos azules, rojos o verdes, que pululan a tu alrededor sin que te des cuenta. Todo eso, contado desde la fascinación y la humildad de quien lo ha vivido y lo venera.

¿Cómo surge esta colaboración con LetraBlanka?

Viendo cómo está el panorama, y que las grandes viven acomodadas en la reedición de material, están siendo las pequeñas las que más están apostando y arriesgando por la cantera y por crear mercado, y con las que más llevo trabajando estos últimos años. Suelen preferir ir a lo especializado, a pesar de los riesgos y de los costes, Toni ha querido apostar por un modelo de cómic de gran superficie, y yo estoy dispuesto a ir hasta el final si todos lo hacemos.

Toni Kudo, editor de Letrablanka, ha definido este volumen como un «piloto», un término muy televisivo. ¿Puedes explicar a qué se refería?

La apuesta de Letrablanka es para mínimo dos libros. Y yo quiero aprovechar eso dos libros para contar algo que enganche a los lectores, que quieran más. El primero establece el escenario, presenta a los personajes, muestra la naturaleza de su conflicto y concluye de una forma que deja todo listo para las continuaciones si las hubiera. Es algo parecido a lo que hicimos en Grafito con el libro de Valken, del que ya estoy trabajando en la secuela.

¿Qué futuro le ves a esta incipiente saga?

Si los dos primeros gustan, quiero explorar las posibilidades del formato: Aventuras en miniatura en este y otros mundos, viajes en el tiempo y el espacio, lecciones de historia, de vida, de ética. Vamos a ver si podemos coordinar el cómic con alguna clase de contenido audiovisual, por lo menos disponer de material digital que los lectores puedan descargarse para aumentar la experiencia. Toni suele decir que si este cómic fuera una peli, sería de Pixar, y estoy de acuerdo. Ese es el feeling que me gustaría capturar. Algo bonito visualmente, divertido y con alma.

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2 comentarios en ««Quiero llamar la atención del lector sobre cuestiones morales» – Nacho Fernández habla sobre su nueva obra»

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