Es tan odioso, que adorable.

Un gafotas generalmente malhumorado, siempre con un libro enorme bajo el brazo, pero con un corazón todavía más enorme. El Pitufo Sabiondo es una figura recurrente del elenco que forma la aldea pitufa, y aunque no sea el más popular de ellos siempre está ahí. ¿Qué le ha convertido en un secundario de lujo?

1. Porque lee.

Es así de sencillo, es sabiondo porque lee mucho, y leer es un hábito cojonudo que se está perdiendo. Se busca promover la lectura desde muchos ámbitos, sin embargo, ninguno es tan efectivo como hacer que un personaje guay lead. Además, leer trae cosas buenas, porque si nadie lee, no se escribirán más libros, y a escribir se dedica Doc (que no es doctor sino juntaletras) y si Doc no puede dedicarse a escribir pues no podrá comer de caliente, y eso es una pena. Bueno, y muchos otros escritores/as a quienes se les da muy bien lo de contar historias, ¿os imagináis que nadie le hubiese enseñado a George R. R. Martin lo mucho que mola leer?

2. Porque sabe.

La consecuencia de leer mucho es que, por mera fuerza estadística, acabas por aprender algo. Un poquito aunque sea. Lo justito para ganar al Trivial. Pero ya has aprendido. Lo de “sabiondo” no le viene por ser el tonto del pueblo y eso lo demuestra holgadamente, se ha pasado la vida zambullido en libros, devorando letras, y eso le ha otorgado una serie de conocimientos por los que los demás acuden a él.

3. Porque ayuda.

No solo es listo, sino que además pone su inteligencia al servicio de los demás. El Pitufo Sabiondo es una lección de humildad en lo que toca a compartir, pues él no busca aprovechar sus dotes para ponerse por encima de nadie en la aldea, sino todo lo contrario, busca junto a sus compañeros un modo de colaborar en el bien común de tú a tú para asegurar una convivencia mucho más plena.

4. Porque es un poco repelente.

Vale, que no es todo bueno, pero es que un personaje totalmente virtuoso corre el riesgo de convertirse en un auténtico peñazo. Sabiondo no solo le viene porque sabe, sino también por su carácter, y es que tiene ese puntito pavo y vanidoso que muchos vemos reflejado en terceros (o en unos mismos) y que ayuda a darle más comicidad a la escena, incluso son la piedra angular sobre la que se genera el gag. Además, en una sociedad en la que se castiga al listo y se alaba al tonto es bastante de comprender que aquellos inteligentes tengan que desarrollar un modo de defenderse, y éste sea una pizca altanero.

5. Le gusta a Temperance Brennan.

Uno de los personajes que, en mi opinión, mejor han reflejado un trastorno del espectro autista (como puede ser un síndrome de Asperger) con una vis cómica pero sin convertirse en un chiste andante es la protagonista de la serie de TV Bones, Temperance Brennan (interpretada por Emily Deschanel). Lejos de las atrocidades perpetradas por Sheldon Cooper, que han popularizado el Asperger como motivo de celebración cómica a base de deformar de manera horrorosa un problema real y muy angustioso, los guionistas de Bones tuvieron el buen gusto de procurar hacer un buen reflejo de las complicaciones que sufren las personas aquejadas de este síndrome y darle con muy buen gusto una pizca de sentido humorístico, a veces agridulce. Temperance Brennan quería desde pequeña una Pitufina y sus compañeros de clase, como burla, le regalaban un Pitufo Sabiondo. En un ejercicio de catártica redención junto a su compañero Booth (David Boreanaz) acaba abrazando la figura del Pitufo Sabiondo, apropiándoselo y empoderándose.

Artículo e ilustración de Borja Prieto.

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