Los Radley al completo. Créditos: DeAPlaneta
El cartel de Los Radley hace pensar en una comedia y lo es, pero a la vez no. Iremos a ello en breve. Lo que sí es una curiosa recreación del mito del vampiro, muy en la línea de los últimos años (y décadas) donde se usan como metáfora para las adicciones (en este caso, de forma muy clara, para el alcoholismo) a través de una familia de clase media que tiene lo que ellos llaman una afección familiar.
Sí, estos vampiros pueden tener hijos, incluso se reflejan en los espejos y son capaces de soportar la luz del sol. Pero cuando se convierten adquieren ciertas habilidades, varias de las conocidas, que hace que dejarse llevar por la tentación sea algo casi inevitable.
Entre dos aguas
La idea de Los Radley es atractiva y aunque no he leído la novela original de Matt Haig se intuye que en libro funciona muy bien, pero no tanto en su paso al cine. No es que falle de base, nada de eso, o que no tenga momentos a los que sacar partido, el problema es que juega todo el rato a dos bandas y más bien parece que haya trozos de dos películas diferentes. Por un lado una propuesta de comedia y por el otro de suspense con un toque de terror, podría ser una estupenda comedia de terror o una recomendable historia de terror con comedia pero se queda en medio de todo.
A esto no ayuda la música elegida que se decanta por el hecho del pánico y no siempre encaja. En ciertas escenas sucede todo lo contrario, más que ayudar a la trama y al hecho de esta lo que hace es sacar por completo de la misma al haber una disonancia entre qué se oye y qué se ve. Una elección arriesgada y extraña que hace empeorar a un conjunto que podría funcionar mucho mejor.
El talento de Kelly Macdonald
Por suerte lo que no falla son las actuaciones, en todo momento los implicados están acertados y más que correctos. Claro que entre el elenco, como los padres de Los Radley, están la muy reputada Kelly Macdonald que tiene títulos como Trainspotting, Brave (Indomable) o No es país para viejos a sus espaldas y Damian Lewis que se hizo muy popular por su trabajo en Homeland. Este último interpreta a dos personajes, el padre de familia Peter y su avieso hermano Will, donde sus dotes y talento son más que apreciables.
De entre todos hay que destacar a Bo Braganson, la joven hija que empieza a descubrir su extraña herencia, que ha tenido varios trabajos antes y que tras verla aquí no cuesta darse cuenta de que solo irá a más. También a Shaun Parkes que da vida a un personaje secundario, aunque relevante, y que tiene algunos momentos interpretativos dignos de elogio y en los que se notan sus tres décadas de carrera.
Euros Lyn al mando de Los Radley
El director Euros Lyn intenta sacar adelante Los Radley con soltura y habilidad, pero con una clara confusión en cómo enfocarlo. Esto choca dado que es un profesional con más de veinte años de experiencia en producciones como Doctor Who, Torchwood, Broadchurch o Daredevil, y puede que este sea parte del problema. No ha sabido adaptarse bien en el paso de televisión a cine. Esto es algo que puede notarse a lo largo del producto y especialmente en su cierre que recuerda más al de un piloto de una serie que al de una película cinematográfica.
Los Radley es serie B, dicho esto sin que sea algo per se malo dado que no lo es, tiene buenas ideas, unas actuaciones recomendables y varios momentos muy bien realizados. Dicho esto, en IMDB cuenta con una puntuación de 5 y es entendible el porqué. Entretiene y cumple, aunque peca de exceso de metraje, pero como decían los profesores en el colegio, “Apruebas, pero de forma justita”.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012
