Cartel de Superman. Créditos: Warner Bros.
Superman es una de las películas del verano. Un título muy esperado que supone la primera piedra sobre la que James Gunn y Peter Safran construirán el nuevo universo DC del cine, a partir de aquí empieza el camino, un mundo de dioses y monstruos del que todo está por contar. Y si esta entrega inicial es una muestra de lo que tienen planeado entonces podemos respirar tranquilos, empieza una nueva y estupenda etapa para DC.
Tras unos años complejos, desde 2013 con el estreno de El hombre de acero, en los que las elecciones artísticas han sido cuestionables, con productos con niveles de calidad muy diferentes entre sí y un enfoque caótico, es el momento de que esto cambie. Ha costado pero parece que, por fin, DC y su esencia más pura está llegando a la gran pantalla.
Un Superman lleno de luz
Según empezó el filme, tras la breve introducción, empecé a llorar. La entrada de Superman, de Krypto, la relación entre ellos, la Fortaleza de la Soledad, los robots… Todo, todo era estupendo, así debía ser Superman. Me sucedió lo mismo que en su día cuando fui al cine a ver Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts, lloré de lo precioso que era (y, he de decir, sigo haciéndolo cada vez que vuelvo a ella).
Y no paré de llorar a lo largo de todo el visionado. No es que estuviese todo el rato con lágrimas en los ojos pero sí en muchos momentos. Todos sabemos que, al final, siempre vence el bien, que los héroes saldrán vivos, que el villano será derrotado… ¿y qué? Eso no impide que el viaje sea emotivo y maravilloso, con algunos momentos en los que es imposible no romperse como esa escena vista en el trailer, que cobra mucha más fuerza en la película, en que un niño levanta una bandera casera con el símbolo de Superman,
Ese símbolo que, como hace tiempo se aclaró en los cómics, significa esperanza. Eso es lo que es Superman, es luz, es candor, es esperanza, es saber que aunque hoy haya tormenta mañana volverá a lucir el sol y que el agua de la lluvia del día anterior es la que nos hace vivir. Este personaje fue el primero de todos, el que hizo que naciera una industria pero también el que, se supone, inspiró a todos los demás y la versión de James Gunn con el muy bien elegido David David Corenswet es la representación perfecta de ello.
El acierto de un mundo construido
Entre sus muchos aciertos, también tiene sus problemas (no existe ninguna película perfecta), está el hecho de presentar un mundo ya funcional. No hace falta otra película de orígenes, ¿para qué? Adentrar al espectador en un universo que ya tiene metahumanos, en el que hay tantos peligros como héroes, permite construir desde el comienzo la trama sin tener que perder tiempo en presentaciones innecesarias. No más allá de las específicas para explicar qué hace y quién es cada personaje dentro del largometraje, algo que prácticamente jamás tiene relación con detalles sobre el cómo obtuvo sus poderes, traje o extraños artilugios.
Otro gran acierto es el de desterrar la oscuridad. Si algo define a DC Comics es su brillo, su luz, sus héroes que siempre saben qué está bien y qué está mal. Por supuesto que, con el pasar del tiempo, esto puede complicarse en el cine igual que lo ha hecho en los cómics, pero la base no puede ser la oscuridad como en la anterior intentona fílmica. Si quitas a un personaje su esencia básica, como pasó en Los Cuatro Fantásticos en su versión de 2015, entonces resultará imposible que funcione.
No puede dejar de mentarse el otro gran hecho definitorio de DC Comics: el legado. El legado es un pilar de estas historias y su mitología, algo que existe en este nuevo universo. Se deja claro que los metahumanos vienen de tiempo atrás, tenemos ya una incipiente familia Superman con un Krypto que se come la pantalla cada vez que sale, además del detalle que, quizá pase desapercibido, del gran mural en el Hall of Justice de la Liga de la Justicia (ahí puro estilo Hanna-Barbera) en el que se ven héroes del pasado. Uno que, con suerte, llegará a mostrarse en las pantallas de cine.
El retorno de la esperanza
Por lo que he podido leer, y comentar, con mi compañeros de docpastor.com – Amamos la Cultura Pop ellos también parecen encantados con esta nueva adaptación del primer héroe de todos, lo mismo con otros amigos con los que he charlado del tema. Este es Superman, no hay duda, desde que aparece por primera vez en pantalla y eso que lo hace derrotado, herido, sin poder siquiera levantarse, pero es él.
Entonces, en medio del hielo, roto por dentro y por fuera, llama a Krypto, al perro que vino del mismo mundo que él. Llega con su capa, su collar con el símbolo de la casa de El y todo empieza, la película, la aventura, el universo DC y las lágrimas. Quizá hayas llorado o quizá no, eso depende de la sensibilidad de cada uno, pero podemos decir que ahora sí. Este sí es Superman.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012