Representación de El diario de Lucas. Créditos: docpastor.com - Amamos la Cultura Pop
El diario de Lucas es una de las recientes propuestas que desde docpastor.com – Amamos la Cultura Pop hemos podido ver en nuestro querido Teatro Arbolé de Zaragoza, una representación que deja reflexiones, mensajes y muy buena música. Un espectáculo que combina en sí un toque de comedia con un poco de drama, algo de musical e incluso un poco de inmersión para que el público pueda ser parte de la propuesta (sin ser algo agobiante o excesivo, como sucede en otras representaciones).
Un viaje a la infancia con El diario de Lucas
La obra viene firmada por el grupo valenciano Off Compañía, en concreto por Víctor Lucas y Mamen Mengó y trata, según la información proporcionada por el gabinete de prensa del teatro, “La historia de Lucas, que con 35 años y envuelto en una espiral de estrés laboral y desánimo general, ha olvidado todo lo que escribía en su diario cuando era pequeño. Con la ayuda de dos seres mágicos volverá a reencontrarse con ese niño que lleva dentro en un viaje lleno de sorpresas y emociones.”.
A tal fin, y para dejarlo todavía más claro, sirve el cartel de la función. El cual muestra en la parte superior al Lucas niños escribiendo con gran alegría en su diario mientras que su reflejo inferior es el Lucas del presente, ya adulto, tecleando ante un ordenador. Donde hubo una sonrisa ahora hay un rostro serio, casi compungido. Una imagen sencilla pero muy representativa.
Confusión temática y tonal
Pero tal imagen, como el argumento proporcionado, son parte del problema. Y es que esta obra en realidad son dos, la que empieza y la que termina. A lo largo de la hora que dura el show se muestra a este Lucas, su vida como adulto, todo eso que dejó atrás y que ahora, gracias a la magia de unos seres extraordinarios como si fuera Scrooge en Cuento de Navidad, revisita para que tal luz y calor le inunden de nuevo. Para dejar de lado esa vida gris que se ha construido y de la que no disfruta para pasar a recuperar el amor por los pequeños hechos cotidianos, por estar con la gente que le quiere.
Eso es así, pero la dinámica establecida de ser un adulto que se ha visto hundido por el mundo, obligado a dejar atrás su infancia, sus valores e incluso olvidar sus vivencias como consecuencia de hacerse mayor y madurar resultan no ser el punto central y principal del hecho, no en vista de la conclusión y explicación que se da a todo. Sin entrar en el qué y el cómo, puesto que debe verlo cada espectador, la recta final y la resolución de la historia explican y cierran una trama distinta. Ambas relevantes, ambas con mensajes, ambas importantes, pero ambas diferentes.

¿Quién es el público?
A este punto hay que unir que a pesar de que la sala del Teatro Arbolé estuviera llena de pequeños y que la compañía que representó El diario de Lucas pareciera tenerlos por su objetivo y público directo en realidad se trata de una obra adulta desde todo punto de vista. Esto no quiere decir que los pequeños no puedan verla pero sucede igual que con Inside Out (no digamos ya Inside Out 2), o cualquier película de Pixar cuyo público es el adulto aunque el infantil pueda verlo (con la excepción de Bichos, que es la única para niños realizada por el estudio).
Qué se cuenta y cómo se cuenta está pensado para los que hemos crecido y madurado, para los que hemos tenido esas vivencias, recordamos cómo es el paso de la infancia a la adultez. Esa es la fuerza de esta función, ese es su poder y ese debería ser su enfoque.
Sí, puede que los niños y niñas de la sala se lo pasaran bien, no deja de ser un musical animado, pero sus letras, diálogos, situaciones, e incluso las referencias, la sitúan de forma clara como un ocio de adultos y no de infantes quienes es complicado que vean el valor de volver a vivir la época escolar, el peso del paso del tiempo y los arrepentimientos de las decisiones tomadas.
Una obra recomendable
Que nadie entienda mal estas letras. ¿Es El diario de Lucas una obra recomendable? Sí, lo es. Cualquiera que vaya a verla disfrutará de ella y más de uno que acuda pensando, repito que es la idea que se promociona, que es para público infantil saldrá sorprendido (siempre que se deje ir por lo que realmente narra la representación). Tiene un montaje divertido, dinámico e imaginativo, las partes musicales están más que bien resueltas con buenas voces y estupendas interpretaciones, pero con dos o tres cambios pasaría de ser una buena obra a una obra estupenda.
Estos son los que se han comentado, buscar un final que cierre la trama que empieza en vez de otra, ver que su público directo es el adulto y no buscar la complicidad de un infantil que jamás podrá entender del todo qué está viendo (no por falta de nivel intelectual y sí por falta de vivencia de tales hechos). De forma personal he de decir que, una vez aplicadas estas modificaciones, El diario de Lucas tiene el poder y potencial de convertirse una de esas obras que se alzan en auténticos hitos, como por ejemplo sucedió con La llamada o Toc-Toc.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012


