En 1993 llegó a las tiendas (y a los cines en Norteamérica) la prestigiosa película Batman: la máscara del fantasma. En ella se nos narran los primeros inicios del Batman de la gran serie de animación creada por Bruce Timm (que junto con Eric Radomski dirige la cinta). También se contaba el regreso a Gotham de Andrea Beamount, antiguo (y quizá único) amor de Bruce Wayne, justo cuando un misterioso justiciero está terminando con la vida de los jefes del crimen de la ciudad.

Esta historia está parcialmente basada en Batman: Año Dos que recoge, precisamente, ese año en la vida del cruzado encapotado. Una obra firmada por Alan Davis y Todd McFarlane con un magistral guión de Mike W. Barr, que ahora llega en formato de tapa dura con una buena calidad de edición gracias a ECC Ediciones.

Posiblemente esta sea una de las historias más completas y complejas del personaje, en mi opinión por encima de Batman: Año Uno (que es de obligada lectura), dando un fondo psicológico muy necesario para entender quién es y sus motivaciones. Pero también se va más allá ya que se muestra el lado más oscuro del personaje, o el que podría tener de dejarse ir y convertirse en un digno heredero del Segador, el anterior guardián de Gotham que no duda en dar a los criminales la muerte que se merecen.

El detective deberá así enfrentarse a su lado más oscuro ya que para poder luchar con él tendrá que convertirse en todo lo que no quiere ser, o no hacerlo y dejarse vencer. La pelea no es solo contra él mismo y su oponente, a su alrededor tendrá varios conflictos tanto internos como externos, de relaciones y de corazones rotos, que marcarán por siempre su vida y su destino.

Pues durante la noche es esa verdad llamada Batman y por el día una mentira que lleva por nombre Bruce Wayne. O lo será.

Sorprende el súbito cambio de ilustrador, de Davis a un mucho menos diestro McFarlane, pero todo responde al abandono del primero por discrepancias. Por suerte el paso del tiempo cura todo y así tiempo después volvió a colaborar con el guionista en Batman: Full Circle que sirve de segunda parte y cierre a la historia original. Contando además con algunas de las que serán en opinión del dibujante de las mejores que hará con el personaje, y tiene toda la razón.

Se completa el tomo con una historia en blanco y negro que lleva por nombre Última ronda en McSurley´s, ese bar de mala muerte que tanta importancia tuvo en su momento y al que Batman solía ir a buscar información o charlar con Ronda.

Personalmente siempre he sido seguidor del Batman ilustrado por Alan Davis, tanto por el tono de las historias gracias a los guiones como por el magistral manejo del lápiz y de la figura humana que tiene este dibujante. Cada página es una pura delicia y uno puede quedarse horas admirándolas.

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