
Jara Camarasa Saló como la novia en la obra de Federico García Lorca. Créditos: docpastor.com - Amamos la Cultura Pop
Representar Bodas de sangre en el festival Mutea no es sencillo. No es una obra fácil de ver, debido a lo complejo de sus temáticas, lo pasionales de estas y la tragedia que lo envuelve todo. Tampoco es fácil de representar por lo mismo, no es una trama que pueda llevarse con alegría a las tablas y debe hacerse siempre con cuidado. Las letras de Federico García Lorca están empapadas de dolor, de romances rotos, de duelos personales, de infortunio, desdicha y una buena dosis de fatalidad.
En el pasado en este mismo medio te hemos hablado de este poeta y dramaturgo, siempre a través de las letras de mi compañero Paco Silva, en parte por su derivación profesional como director y actor teatral y otro tanto por sus propias pasiones personales. Así que hoy, una vez más, hablaremos de él, de uno de nuestros literatos más queridos, de Federico García Lorca.
Bodas de sangre en el Mutea
Hay que recalcar que esta representación del Mutea era especial y es que la misma estaba llevada a cabo por alumnos del propio Teatro Arbolé, organizador de la muestra y toda una institución en Zaragoza (reconocido además a nivel nacional e internacional por su encomiable trabajo con títeres), al igual que el pasado año otro grupo de alumnos puso en escena Toc Toc. En ambos casos son propuestas que no son fáciles de representar, aunque una es pura comedia y la otra es pura tragedia.
Solo tener el valor de enfrentarse al texto de Federico García Lorca siendo estudiante en formación teatral es algo digno de elogio, más cuando la representación logró ser una más que digna revisión de sus letras. Por supuesto hablamos de alumnos, de chicas y chicos que todavía están aprendiendo y hay que entenderlo de tal forma, lo que no impidió que lograsen llevar todo adelante con soltura y buen talante.
La madre y la novia
Es inevitable que cuando estás encima de las tablas unas actuaciones sobresalgan por encima de otras, no todos los intérpretes tienen las mismas dotes y habilidades, tampoco los personajes son igual de importantes o agradecidos de representar. Hay que destacar el trabajo de Jara Camarasa Saló como la novia, con sus momentos de pasión, duda, miedo y, ente todo, una sencilla y muy creíble humanidad.
Pero quizá quien más brilló fue María Magdalena Cornischi como la madre. No es este un papel fácil, más bien todo lo contrario, requiere de tanta templanza como vehemencia, con un duelo constante que está en escena por el pesar de la pérdida, con arranques de pena y de ira pero siempre con un saber estar ante la galería para que no se vea que la procesión va por dentro. Y al final, solo quedan lágrimas por derramar y un teatro que se funde con el negro.
El homenaje final de los alumnos del Teatro Arbolé
El cierre de Bodas de sangre por los alumnos de la Escuela de teatro del Teatro Arbolé no pudo ser más emotivo y precioso. Tras subir su directora al escenario, y darle el más que obligado ramo de flores, una de las alumnas leyó un pequeño escrito realizado por todos ellos para dar las gracias a su primera profesora, quien por temas personales debió dejarlo hace unos meses, a la actual y a todos los que les han ayudado a sacar adelante esta representación.
Puede que este no sea el cierre que Bodas de sangre deba tener pero sin duda sí es fue el perfecto para su representación. Uno que, de forma inevitable, terminó en aplausos de los amigos, familiares y curiosos que allí estuvieron.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012