Imagen de A Complete Unknown. Créditos: 20th Century Fox.
Bob Dylan. Un nombre que para mí tiene un valor especial y a cuya música le debo tantos buenos momentos en mi vida. Además, tengo la suerte de haber podido asistir a sus últimas visitas en España.
Podría hablar horas y horas sobre la importancia del artista en las artes, pero sería un artículo completamente diferente a lo que se pretende aquí. Hablemos de A Complete Unknown.
Quiero contar, a pesar de que parezca irrelevante, que llego al pase con apenas cinco horas de sueño en mi cuerpo y un cansancio enorme. Y, a pesar de ello, soy el último en salir de la sala. Tarareando, todo sea dicho…
Hacía mucho que una película no me hacía sentir lo que A Complete Unknown: olvidarme absolutamente de todo lo que hay fuera de esa pantalla. Una sensación que echaba mucho de menos, todo sea dicho…
¿Por qué ver A Complete Unknown?
Cuando entras en la película, sabes que vas a contemplar (una vez más) el espectáculo interpretativo de Timothée Chalamet. El trabajo que realiza interpretando al artista de Minnesota es de auténtica categoría y bien merecía cada premio posible, a pesar de que este año la competencia es feroz.
Como digo, se entra con ese pensamiento, pero a los pocos minutos esa sensación se disipa completamente para dejarte llevar por todo lo demás, creando un todo que eleva con mucho el resultado.
Las interpretaciones son increíbles y, para muchos, es una sorpresa ver que son los mismos actores los que tocan y cantan cada uno de los temas correspondientes, lo que habla de la implicación absoluta con el proyecto y las ganas de ofrecer lo mejor. (Lo de Boyd Holbrook como Johnny Cash no lo hubiera visto venir jamás, de verdad.) Se nota que los actores disfrutan trabajando y eso sube el nivel de la interpretación y la transmisión al espectador.
La película bien podría considerarse un musical porque prácticamente todo el metraje está caramelizado en música de la década de los 60. Cuando parece que no va más allá, una nueva pincelada de otro género amplía la variedad. Que gustazo de soundtrack, madre mía…
Criticamos muy a menudo que las películas son cada vez más largas, pero en este caso, los 142 minutos de metraje son necesarios. No sobra nada en la cinta y nos permite ver con seguridad y detenimiento como se produjo ese cambio de género musical en la carrera de Bob Dylan.
Es cierto que mucha gente quizá adolezca al ver que las secuencias donde se nos muestra al cantante en su faceta personal son bastante áridas, pero es sobradamente conocido que Dylan es una persona excéntrica y reservada (su segundo matrimonio no se supo hasta años después de su divorcio).
Quede como aviso a navegantes que la cinta ocupa un período breve pero importantísimo en la carrera del músico, donde pasó de sus orígenes en el folk clásico a expandir el género con las demás influencias que se verán en la película. Todo esto, además, está basado en el libro Dylan Goes Electric!: Newport, Seeger, Dylan, and the Night That Split the Sixties.
Voy a detenerme un segundo para hablar del director de la película, el siempre eficaz James Mangold. Si repasamos su filmografía, encontramos datos interesantes como el hecho de haber realizado (entre otras muchas) el biopic de Johnny Cash (En la cuerda floja) o Logan, ese excelente western protagonizado por el mutante.
Por fin, con A Complete Unknown recibe una nominación a mejor dirección, pero creo que es una nominación tardía y se trata de un director al que se pasa por alto con frecuencia, teniendo en cuenta el gran talento que tiene tras la cámara.
Prefiero no extenderme más tratando de convencer en que esta es una película que hay que ver (preferiblemente en versión original). De no tener tantas películas «rivales» en frente, sería una de las ENORMES películas del año sin lugar a dudas.
Y recomiendo disfrutar de los créditos hasta el final, porque es imposible no cantar al mismo tiempo que los oyes. Id al cine, de verdad. Sin duda, vale muchísimo la pena.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693