Fragmento de la portada de la edición 50 aniversario de Tiburón. Créditos: Planeta.
Tiburón es, probablemente, uno de esos casos en los que el éxito de la adaptación cinematográfica que tuvo fagocitó la novela en la que se basó. No son pocos los que al nombrarles dicho título recordarán antes la película de un (por entonces) joven Steven Spielberg que la novela en la que se basó, obra de Peter Benchley. Con motivo del 50 aniversario del film, la editorial Planeta ha hecho una reedición especial de la novela que me ha permitido conocer su base literaria.
Con un prólogo de Wendy Benchley, la viuda del autor, y una introducción de 2005 del propio Peter (que falleció en febrero de 2006), después tenemos un relato dividido en 14 capítulos integrados en tres partes. A continuación esta edición recoge el siguiente material extra:
- La página original, escrita a máquina, del título en la que Benchley tachó el original y escribió Jaws (Fauces), aunque luego el título por aquí variara al ya citado.
- La (bastante extensa) lista de posibles títulos que valoró el propio autor.
- Una carta de Benchley al coproductor David Brown dándole su sincera opinión sobre la adaptación cinematográfica.
- Extractos de otro libro titulado Shark Trouble, también obra de Benchley, en el que se centra en su experiencia en la escritura de esta obra, la venta de los derechos a Universal Studios y su trabajo con Steven Spielberg.
- Fotografías de escenas de la producción de la película.
En cuanto a la historia en sí, se podría dividir en una introducción quizás algo alargada, en la que se van sucediendo las muertes por culpa del tiburón, algo que las autoridades se niegan a aceptar. Tras ella en la parte central de la novela se plantea un nuevo (e innecesario) conflicto entre dos personajes: la esposa del jefe Brody y el ictiólogo Matt Hooper. En su tramo final aparece Quint, un trasunto del Ahab de Moby Dick, empeñado en acabar con el tiburón.
Hay unos escasos momentos en los que Benchley narra la acción desde el punto de vista del escualo, lo cual tiene doble lectura: por un lado uno simpatiza con el animal, debido a que sus víctimas están apenas esbozadas y no logran la empatía del lector; pero al mismo tiempo puede recordar a un documental de National Geographic por su descriptiva falta de emoción, supongo que para dejar palpable la carencia de la misma por parte del tiburón.
Tiburón, la novela que inspiró la película de Spielberg
Aunque nadie le quita méritos a la novela de Benchley, resulta curioso como Spielberg la pulió para hacerla emblemática. Y es que, como admite el propio autor en la introducción de la presente edición, al recibir el encargo de realizar el guion para la película le pidieron una película de aventuras de principio a fin. Eso excluyó unas subtramas romántica y mafiosa cuya mayor divergencia con el libro, en el caso de la primera, sería el destino de Hooper.
Resulta asimismo curioso, en estos tiempos en los que el turismo desmedido parece tener hartos a muchos ciudadanos de lugares que se han convertido en destinos masificados, que esta novela de hace medio siglo ya refleje algo así. Los habitantes de la ficticia ciudad de Amity, donde transcurre la historia, tienen una antagónica relación con los turistas, anteponiéndose los intereses materiales al bienestar de las personas, al ser una comunidad dependiente de ellos.
El éxito de la adaptación cinematográfica propició el inicio de una saga y el nacimiento de un subgénero: el del cine con tiburones y/u otras bestias acechantes (aunque al mismo le pasó como a El exorcista respecto al cine de exorcismos, ninguno de los títulos resultantes superó a la obra seminal). Dicho tipo de películas ha llegado hasta nuestros días, generando incluso sus propias franquicias como es el caso de Sharknado y Megalodón.
En resumidas cuentas, la novela Tiburón de Peter Benchley es entretenida pero no tan acertada como lo fue su adaptación en película, probablemente por incluir diatribas entre los personajes que interesan poco o nada, cuando el público desea ver actuar a la amenaza submarina. Incluso un personaje tan interesante como Quint queda relegado a la tercera parte, dando antes excesiva importancia a los actos de Hooper.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399