Cartel de Metrópolis. Créditos: Divisa Home Video.
A veces, cualquier introducción que se piense se hace escasa para hacer justicia al tema. Hoy hablamos de una obra maestra de la historia del cine. Esa es la mejor carta de presentación. Hablemos de Metrópolis.
Es gracias a la nueva edición con doble disco que ha puesto a la venta Divisa Home Video, que podemos acercarnos a disfrutar sin medida de una cinta precursora en el cine de ciencia ficción. Gracias a la existencia de esta cinta, junto a otras como Viaje a la Luna de George Méliès en el año 1902, este género ha podido desarrollarse desde el principio mismo de la cinematografía.
Nos encontramos en el año 1927 (estamos a dos años de celebrar su centenario) y el expresionismo alemán está dando sus últimos coletazos en el cine. Es el año en que el recién llegado director Fritz Lang lleva a cabo el guion de una película escrita por su (entonces) esposa, Thea von Harbou.
Podemos decir que la película, aún hoy, es completamente actual. Tengo que ser pesimista sobre esto y lamentarme por la sensación de que en un siglo apenas hemos cambiado como humanidad, algo que se puede confirmar fácilmente al leer el periódico o ver las noticias.
¿Por qué destaca Metrópolis?
Está película está imbuida por mucho pensamiento político, lamentablemente bañado por la corriente nazi de la época. La sumisión del pueblo ante lo que mandan sus líderes es uno de los conceptos clave, además de algunas imágenes que tristemente nos acabarán remitiendo a los campos de concentración.
Otro de los temas que quiere hacernos llegar (y así lo muestra al final de la cinta) es el amor como motor de cambio. En la película queda representado como el uso del corazón para mediar entre los asuntos entre el pensamiento y el trabajo.
Volviendo a la película, hay una serie de elementos que merecen ser destacados. Uno de ellos es el buen uso de los rótulos. Hablamos de los años en los que el cine sonoro aún no había llegado por lo que el uso de cartelas era lo habitual. La película se entiende perfectamente sin esas cartelas, pero estas se ven enriquecidas por numerosos efectos que complementan el relato fílmico.
Si nos quedamos en los elementos del cine mudo, podemos asegurar que esta película no tendría ningún sentido sin su banda sonora. La música no se limita a acompañar a la imagen, toma un papel importantísimo a la hora de marcar el ritmo de la trama y subrayar (con increíble acierto) cada giro argumental. Es una de las mejores partituras de la historia del cine. Sin discusión.
Sería imperdonable pasar por alto el magnífico uso de los efectos visuales. La creatividad es la base esencial del desarrollo de efectos, algo que queda más que probado al ver esta cinta. Esto se ve complementado con el uso del montaje que, en las manos adecuadas, resulta un activo muy valioso. Reconozco que se me hace muy difícil describir lo fantástica que resulta esta unión sin caer en tópicos manidos.
La película incluso permite romper la trama para introducir otras historias complementarias, como es el caso de la Torre de Babel. Esta historia además subraya el trasfondo religioso que tiene la cinta, ya que desde los primeros minutos se nos anuncia que nos encaminamos a un apocalipsis bíblico.
Hay escenas que ponen el foco en como los mandatarios se encaminan a su perdición dejándose llevar por la senda del pecado. Incluso se dan escenas donde la lujuria es protagonista y el desnudo toma una importancia absoluta.
Hoy son estos los detalles que me gustaría señalar a la hora de hablar de esta película, pero quizá cuando vuelva a disfrutarla sean otros completamente diferentes los que llamen mi atención.
El lujo de tener la versión completa: extras de la edición
La cinta sufrió varios cortes a lo largo del tiempo, pero nosotros podemos verla tal y como se creó gracias a un trabajo de restauración tras hallarse una copia completa en Buenos Aires.
Por poner un ejemplo, la escena de la detención en casa de Josafat, el aliado del protagonista, es una de las partes más restauradas. Es cierto que se notan las partes añadidas, pero la compresión no disminuye por ello.
Esto nos lleva a pasar a comentar la obra que pone en nuestras manos Divisa Home Video. Esta nueva edición se compone de dos discos: uno con la cinta restaurada y otro con el contenido extra relacionado con la película. Este está formado por una serie de galerías fotográficas que documentan los bocetos arquitectónicos, diseños de vestuario, carteles publicitarios y una serie de fotografías tomadas en el taller donde se creó la escenografía. Acompañando este material, tenemos ocho fichas biográficas del equipo técnico y artístico.
Pero los extras importantes son dos piezas documentales de interés: El caso Metrópolis, narra todo el proceso que vivió la película desde su creación hasta su éxito final, pasando por su estreno fallido o los cortes a los que se vio sometida por las productoras.
El viaje a Metrópolis: la restauración de 2010 es otra pieza documental en la que podemos contemplar el largo trabajo de restauración que sufrió la película desde los primeros tiempos, pasando por varias restauraciones gracias al material que iba hallándose en diversas filmotecas del mundo.
Esto habla de la importancia capital de una obra de este calibre, a la que cien años después seguimos dedicándole la misma atención que a una cinta actual. Una obra imprescindible en la filmoteca de cualquiera que se haga llamar amante del cine, siento esta edición en concreto una muy buena adición para ella.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693