Harry Potter en una de sus películas. Créditos: Warner Bros.
Harry Potter ha sido una franquicia que se extendió, literariamente, entre 1997 y 2007 mientras que cinematográficamente lo hizo entre 2001 y 2011. Con mi afición por el cine empecé a interesarme por ella cuando estaba a punto de estrenarse la primera película, por lo que aproveché para leerme la primera novela (Harry Potter y la piedra filosofal), para luego disfrutar de la película en una sesión matinal extraordinaria en la que eramos unos pocos.
Admito que le tomé aprecio a la franquicia porque el director de las dos primeras (Chris Columbus) le dio un toque visual que parecía coger su esencia de El secreto de la pirámide, magnífico film de culto sobre la juventud de Sherlock Holmes, que se estrenó en 1985. Su injusto fracaso en taquilla cerró posibles secuelas, pero Columbus derramó en las dos primeras películas de la saga Potter mucha de la esencia de aquella película, de la que él se encargó del guion.
En su momento me sorprendió que se rodarán juntas las dos primeras películas (aunque se estrenaron con un año de diferencia, la primera a finales de 2001 y la segunda a finales de 2002), pero Chris Columbus como director hizo un buen trabajo continuado luego por otros. Pero como los actores crecían, había que rodar rápido, por lo que a partir de entonces cada año y medio se logró estrenar una nueva entrega, basada en una saga que iba creciendo.
Harry Potter, una franquicia entretenida
Tras Harry Potter y la piedra filosofal y Harry Potter y la cámara secreta, para muchos (entre los que me incluyo) la mejor entrega de la franquicia fue Harry Potter y el prisionero de Azkaban, que recayó en las manos de Alfonso Cuarón. A partir de ahí fue cuando se empezó a hacer más palpable como crecían los chavales protagonistas, por lo que admito que eso me sembró dudas de si darían abasto para toda la saga, aunque luego se demostró que sí.
Tal y como he citado, las dos primeras películas llegaron en las navidades de 2001 y 2002, pero la tercera no lo hizo hasta verano del 2004. Por eso que un año y medio después, para navidades de 2005, llegó la cuarta entrega: Harry Potter y el cáliz de fuego, de la que se encargó Mike Newell. La taquilla siguió respondiendo bien, pero no se me hizo tan destacable como las previas, aunque cubría bien su expediente. Porque esa también es otra…
Teniendo en cuenta que las novelas de Harry Potter se podrían considerar literatura infantil y/o juvenil, su grosor se fue expandiendo ostensiblemente (de ahí que las películas, por muy extensas que fueran, tuvieran que dejar material fuera). Pero el público enfervorecido respondía tanto en la saga literaria como en la cinematográfica, continuando ambas viento en popa y a toda vela, pese a que la quinta novela era para un servidor la más floja.
Harry Potter y la orden del fénix llegó en verano del 2007 (siguiendo esa tónica de estreno cada año y medio como he citado antes), pero si el libro no me convenció, la película tampoco, aún admitiendo para entonces que la franquicia estaba tan bien engrasada que conseguía realizar películas como mínimo entretenidas. Curiosamente ahí se rompió ese lapsus temporal y la sexta película, que tenía que haber llegado a finales de 2008, no lo hizo hasta verano del 2009.
¿A qué se debió dicho retraso? Lo más lógico es achacarlo a la huelga de guionistas que hubo por entonces, pero no hubo mayor problema y Harry Potter y el misterio del príncipe volvió a convencer a los fans del personaje, ya que (como he indicado antes) era todo una maquinaria tan bien engrasada que todo circulaba sin problemas. El colofón final, la séptima novela, se dividió (creo que de forma innecesaria) en dos películas, que llegarón a finales de 2010 y verano del 2011.
Harry Potter, encarando la recta final
Harry Potter y las reliquias de la muerte (1ª parte y 2ª parte) forman una única historia alargada en exceso, aunque destacable en su conclusión. Pero como el éxito había acompañado tanto a las películas como a sus novelas de origen, la cuestión era seguir exprimiendo la franquicia. De ahí surgió Animales fantásticos y donde encontrarlos, que tomaba como base un libro complementario de la saga para expandir la franquicia con resultados dispares.
Con eso me vengo a referir a que la primera película si me convenció, ya que mostraba ese mundo mágico desde otra perspectiva. Pero la secuela (Los crímenes de Grindelwald) confirmó que quizás se estaba exprimiendo demasiado el tema, y el fiasco con el que acabó Los secretos de Dumbledore ya dio por finalizada una saga spin-off que se pretendía que fuera de cinco películas pero que acabó quedándose tan solo en tres.
Como la autora de este personaje y su mundo, J.K.Rowling, no ha tenido mucha repercusión fuera del mismo, ahora reinsiste con la adaptación de toda la saga, en esta ocasión en formato de serie de televisión. Cada uno de los libros será una temporada (veremos si consiguen completar las siete…) y de momento ya se está rodando con la idea de estrenarse en 2026, pero de momento los fans no parecen estar muy emocionados con el proyecto.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399