Portada de Espada y Pluma. Créditos: Editorial Cascaborra.
Cuando uno tiene por vida el ámbito teatral, lo conoce en profundidad. La elección en este caso estaba más que clara. Al ver el título Espada y Pluma: el Capitán Contreras y Lope de Vega, sabía que esta obra era para mí.
Vaya por delante que para mí (igual que para otra mucha gente) el cómic o novela gráfica se asemeja mucho al teatro. En pocas imágenes se condensa gran cantidad de información, además de transmitir un millar de emociones a través del medio.
Lo primero que quiero comentar es el formato elegido y la presentación del mismo. Que la obra esté introducida a la manera del siglo XVII por medio de textos similares a los de la época y versos creados exprofeso para ello implica el cariño absoluto que se ha puesto en la creación de la obra.
A lo anterior, habría que sumar las últimas páginas comentando la creación de la obra y presentando algunos bocetos previos de los personajes. Una edición sencilla pero muy completa.
Espada y Pluma: ¿el teatro imita a la vida?
Volviendo a la obra, la presencia teatral es constante: desde su introducción a la manera de una obra del Siglo de Oro (que sólo lo fue en lo artístico) a presentar algunas viñetas dedicadas a una representación de la conocidísima Fuenteovejuna, dejando un gusto de metaficción muy agradable.
Que sea esta la obra de Lope de Vega la que forma parte del ideario de la obra puede no ser casualidad. Además de ser uno de los textos más representados del dramaturgo, nos habla de las injusticias que los poderosos acometen sobre el pueblo.
Una idea que queda subrayada en varios momentos de la obra que se nos pone delante, como puede ser las idas y venidas de la corte de Francisco de Quevedo debido al humor que por entonces presentase el Conde-duque de Olivares, valido del monarca Felipe IV. Un caso más evidente es como el Capitán Contreras se ve envuelto en escaramuzas debido a las peticiones de algunos poderosos de la corte italiana.
La obra se toma su tiempo en ahondar en la vida del Capitán Contreras, lo que es la gran virtud de la obra al basarse sobre todo en los textos que narran dicha vida del Capitán: vamos recorriendo pasajes de su historia durante su estancia en casa de Lope de Vega, receptor de las historias del soldado protagonista.
El dramaturgo también tiene su parte de importancia en la historia, aunque de modo más secundario. La historia del Fénix de los Ingenios es, de un modo u otro, muy conocida así que poco puede ilustrarnos al respecto.
Encontramos a un Lope de Vega mayor y con más de mil obras ya en su haber. En sus palabras se evocan la nostalgia y la sabiduría de lo vivido. Algo muy presente en su vida es su relación con Miguel de Cervantes, creada en base a una mezcla de admiración, respeto y odio.
La obra también se toma algunas libertades dentro de su argumento, cruzando a sus protagonistas con otros personajes de la época como (el antes mencionado) Francisco de Quevedo, o su archienemigo Luis de Góngora. Si bien es cierto que estos dos mencionados actúan mayoritariamente como alivio cómico apareciendo de una manera muy caricaturizada.
La aparición de estos insignes literatos, como hemos comentado, es una licencia artística, pero quizá no la única. No se sabe a ciencia cierta si el Capitán Contreras llegó a conocer al Fénix de los Ingenios, o si su muerte le afectó en tal manera que llevó a contar sus hazañas, pero hay que reconocer que esta obra se siente un acuerdo tácito entre realidad y ficción que deja un regusto dulce en el paladar.
Llama la atención que esta obra entre dentro de la colección Historia de España en viñetas dentro de la Editorial Cascaborra. Y no lo digo porque no sea un momento histórico contrastado del que hablar, ya que resulta un vistazo a la entrada en decadencia del Siglo de Oro. (Y que hace rememorar las aventuras del Capitán Diego Alatriste.)
Bajo mi opinión, creo que esta obra tiene la entereza absoluta como obra propia y no necesitar pertenecer a ninguna colección debido al increíble trabajo de sus autores, tanto en la adaptación, como en el arte o la transmisión de emociones.
Una obra entretenida y, por qué no decirlo, divulgativa, que nos sumerge en una España pasada donde, a pesar de que la decadencia calase cada vez más hondo dentro de su territorio, permitió un florecimiento artístico apabullante. No es raro preguntarse al terminar de leer cuan cierta es esa máxima que reza “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693