Cartel de ¿Es el enemigo? La película de Gila: Créditos: Divisa.
Estamos en un momento en el que las productoras no apuestan tanto por las ideas originales si no por sagas, adaptaciones o «biopics» de figuras notables. Esta vez toca acercarse a una de las últimas. Hablemos de ¿Es el enemigo? La película de Gila.
Quizá, para la generación actual, hablar de Miguel Gila es lo mismo que hablar de un desconocido. Para otros muchos, Gila ha supuesto un pilar fundamental a la hora de hacer humor y crítica satírica del horror. Una auténtica piedra fundacional para el humor de este país. Y, tras muchos intentos, su hija Malena permitió al director Alexis Morante llevar a cabo este homenaje al humorista.
Me acerco a la película gracias a su aparición en el catálogo de Divisa Home Video. Algo que parece trivial, pero que ya supone algo para tener en cuenta: la película ha contado con una ventana escasa para su disfrute en nuestras salas de cine, llegando a pocas y con una estancia bastante escueta, la verdad. No sé si será una pista de la confianza que tenía la productora en cuanto a la obra que tenía entre manos.
Es muy fácil crear supuestos en nuestra cabeza, así que mejor no perder más el tiempo y hablar de la propia película, que es lo que nos trae aquí.
¿Es el enemigo?: Demasiada esperanza en una época de dolor
Partamos de que la película está basada en la propia autobiografía del humorista, pero habría que señalar que no es realmente la película «de Gila» si no la película «del famoso monólogo de Gila».
Tanto en la propia autobiografía como en algunas entrevistas, se dice que muchos de los sucesos que vemos ocurrieron de verdad, pero no sabemos hasta qué punto de realidad. La memoria a lo largo del tiempo es un instrumento de fiabilidad desconcertante.
Contamos con un marco temporal muy claro: la Guerra Civil Española. El director, Alexis Morante, nos muestra un conflicto de una manera bastante inocente y con una pátina de fantasía en según qué tramos.
No tengo ningún problema en la mezcla de fantasía y Guerra Civil. De hecho, me parece algo muy interesante y el mejor ejemplo de ello es la dupla de cintas (ojalá lo cierre como trilogía en algún momento) realizada por Guillermo del Toro: El espinazo del Diablo y El laberinto del fauno.
La película es un ejemplo de «feel good movie» de manual. Su premisa, cosa que mantiene en todo momento, es ver al protagonista de la película mantenerse en el humor por muchas tragedias que atraviese en el camino.
Son muchos los varapalos que Gila sufre durante el metraje, pero apenas tenemos tiempo a transitar por las emociones porque, enseguida, su propia voz en off está quitando hierro al asunto y haciéndonos avanzar.
Sabemos que acabará convertido en uno de los mejores humoristas del país, no hay duda. La problemática reside en que la fantasía hace del protagonista algo ajeno que no sea su destino marcado (que él mismo desconoce) y cómo llega hasta él.
No caigamos en el error de pensar que estas cuestiones se deben al intérprete principal: Óscar Lasarte. Este actor cumple de sobra con lo que se le pide y construye un personaje que consigue la gran dificultad de convertirse en una figura icónica, pero sin caer en la imitación vulgar o típica. Un reto superado con creces.
Es bastante llamativo que su trabajo homenajeando al humorista haya tenido más relevancia en un anuncio navideño para una cadena de embutido que en la película que protagoniza. Eso y que el anuncio tuvo mucha más exposición y recorrido que el paso de la película por los cines.
Del resto del elenco no se puede decir más que cumplen con el cometido de acompañar y hacer avanzar al protagonista cuando es necesario. Salen y entran de la trama sin saber si volveremos a verlos o, si desaparecen, lo hacen como si nada. Una pena porque tenemos un reparto de altísima calidad bastante desaprovechado.
En cuanto a su edición en DVD podemos resumirlo en una sola palabra: sencillez. Encontramos una galería de fotos, teaser y tráiler. Un DVD de los de toda la vida donde es la película la que recibe toda la importancia.
Puedo concluir diciendo que, a pesar de todo lo escrito, la película no es mala. Mi sensación es que se tiene muy claro el mensaje y el homenaje que se pretende hacer a uno de nuestros más célebres humoristas, pero la manera de llevarlo a cabo presenta bastantes irregularidades.
Quizá dentro de un tiempo vuelva a verla y mi opinión resulte diferente, quién sabe. Por ahora, prefiero ser como Gila y mantener la esperanza de que visto con tiempo, quizá nos riamos de esto (la guerra) sin olvidar el dolor que nos causó.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693