Willy Wonka en versión LEGO. Créditos: docpastor.com - Amamos la Cultura Pop
El set de Willy Wonka de LEGO está cargado de sorpresas, de detalles, de referencias directas al filme estrenado en 1971. No es una traslación directa pero es que tampoco podría serlo, las dimensiones para ellos deberían ser mucho mayores y la cantidad de detalles imposible, pero sí es una trasvase que ha sabido captar la esencia más pura y convertirla en pequeños ladrillos de plástico.
Tras haberte hablado de las minifiguras de sus personajes, entre las que por supuesto que están el propio Willy Wonka y el entrañable niño Charlie Charlie Bucket, es el momento de hacerlo del escenario. Y sí, que nadie lo dude: tiene una cascada de chocolate.
El jardín de las maravillas de Willy Wonka
Una pequeña e imposible puerta se abre y ante los maravillados niños, y los sorprendidos padres, aparece un colorido jardín lleno de imposibles. Todos miran anonadados y el genio del dulce dice (en su inglés original) “Hold your breath. Make a wish. Count to three” y les invita a ir con él a un mundo que es pura fantasía, un mundo de su creación. Si ellos se sintieron extasiados no lo estará menos el que se adentre en este set de LEGO cuando lo contemplé terminado.
Hay que comentar que el proceso de montaje puede resultar algo más tedioso que en otros packs de la compañía y es que no es hasta la bolsita número 8, de un total de 16, que todo empieza a tomar forma. Antes de eso puede resultar algo frustrante pero a partir de ese momento todo irá hacia arriba, el sueño cobrará forma y la magia lo empapará todo.
Chuches y detalles
Los detalle son muchos y variados, representan con mucho acierto lo visto en la película de Mel Stuart donde casi todo era comestible (en la ficción y en la realidad). Así, entre otros hechos está el canalón por el que se cuela el goloso Augustus Gloop, la pantalla de televisión a la que se teletransporta el maleducado Mike Teavee e incluso un saco de azúcar de los que usan los Oompa-Loompas.
Entre sus variados detalles están las flores amarillas que son tacitas de té con sus pequeños platos, piruletas que crecen del suelo, sandías llenas de dulce gelatina y, no podía faltar, un árbol que da bastoncillos de caramelo. Sí, los mismos que en la pantalla comparten Charlie y el abuelo Joe.

La cascada de chocolate
El elemento clave de este set de Willy Wonka es la cascada de chocolate, uno de los puntos más importantes tanto de la novela como de las diferentes adaptaciones a medios. No es sencillo trasladar esta propuesta a LEGO, aunque el resultado es muy funcional y lo es de forma literal: funciona. La cascada de chocolate gira y emula el caer de una real. Para ello solo hay que accionar un pequeño mecanismo, más o menos oculto, que al girar hará lo mismo con tal elemento. Esto le aporta un toque más interactivo y realista a un pack que, por otro lado, es una pura fantasía.
Y si uno tiene ganas de navegar por ese río, y llevar a los personajes hasta la escena más lisérgica y aterradora de todo el filme, podrá hacerlo. El barco también se incluye, aunque quizá los pasajeros tengan que apretujarse un poco para caber todos ellos en el mismo.
El despacho de Willy Wonka
De forma personal el mejor acierto de todo este juguete es haber incluido en el mismo el despacho de Willy Wonka, algo que no era necesario pero que aporta mucho. El momento en el que Charlie le devuelve su caramelo chupaeterno tras lo que el maestro de las gominolas dice la mejor frase de todo el metraje, que en origen es de El mercader de Venecia de William Shakespeare, “Así brilla una buena acción en un mundo hastiado”.
Aunque en versión reducida, y algo esquemática, este estudio está presente con su media silla, su contrato vinculante y una lupa funcional para poder leerlo. Así el pequeño que quiera jugar y el adulto que prefiera coleccionar podrá hacer un recorrido completo por la fábrica antes de subirse al ascensor de cristal para ir a enfrentarse a los Vermicious Knids, o Knidos Vermiciosos (seres que se introducen en la novela Charlie y el gran ascensor de cristal, aunque son mentados en la película)

Un LEGO precioso y tierno
El set de la fábrica de chocolate de Willy Wonka de LEGO es precioso y tierno, puede que cueste de montar algo más que otras propuestas de la juguetera pero el resultado salta a la vista. Está lleno de detalles, de guiños y referencias, con una presencia imponente y muchas opciones para jugar, perderse y desaparecer del mundo real por unas horas (o unos días, todo depende de la fantasía de cada uno).
Da igual si uno prefiere tener en su mano la minifigura de Charlie, de Veruca o los Oompa-Loompas. Puede quiera lanzarse a beber del río de chocolate como Augustus o gamberrear sin control como Mike, aunque mejor ir con cuidado no se caiga presa de sus propias consecuencias como dejan bien claro en la serie Ted Lasso donde en uno de los episodios se habla de esta obra.
O escoger al excéntrico y algo taciturno Willy Wonka de Gene Wilder, pasear por ese mundo de su propia creación dejando que otros disfruten. Quizá sentándose a disfrutar de una flor que en realidad es una taza de te, sumido en pensamientos profundos y anhelando esa alegría que aunque a veces sea esquiva siempre está ahí aguardando el momento adecuado.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012



