Lux en la serie Doctor Who. Créditos: BBC/Disney
La temporada anterior de Doctor Who fue el revulsivo que la serie precisaba. Una buena mezcla de clasicismo y actualización que llegó una vez más de las manos de Russell T Davies que logró repetir el éxito que ya tuvo en este proceso en 2005. Supo dar una nueva vida a la producción estrella de la BBC y ahora también de Disney + para adecuarla a un público actual, la modernizó y a la par mantuvo todo su sabor clásico y un estupendo respeto por la mitología previa.
Casi dos décadas después, en 2024, repitió la cuadratura del círculo. Y esta segunda temporada no parece que vaya a quedarse atrás y capítulos como Lux presagian que todavía hay mucho por contar y más giros por venir. Un episodio que, de primeras, no parecía prometer mucho, que además se salda con apenas dos escenarios (un cine y una cafetería), pero que ha sido toda una sorpresa.
Aviso: Si todavía no has visto el episodio no sigas leyendo. Se dará detalles específicos de personajes y tramas.
Entre dioses anda el juego
El showrunner y también guionista de esta episodio vuelve a sus dioses, a ese panteón que estuvo presente en la primera tanda de aventuras y que si bien podría suponerse que llegó a su fin con el enfrentamiento con Sutekh no lo hizo, no al menos según lo que se ve aquí. En este caso una nueva deidad se abre paso, el Dios de la luz, que cuenta con la voz de Alan Cumming (puede que lo recuerdes por haber sido Rondador Nocturno en X-Men 2, entre otros muchos papeles) y se convierte en lo mejor de todo el metraje. Expresado de forma sencilla: se sale por todas partes.
Así se presenta como un ser temible, presa de sus propias pasiones y de su autodefinición que le impide ser nada más y estar atrapado por lo mismo que le da su poder. Es y siempre será el Dios de la luz pero eso será, para bien y para mal, lo que cause su ascenso y caída. Un final que, sin desvelar, tiene mucho de redención y un toque de poética que encaja muy buen con la actual etapa de Doctor Who. Davies está buscando nuevos caminos, formas de ser en la serie y experimenta para lograr que sea única.
La maravilla del metalenguaje
Se sabía que hacía tiempo que Russell T Davies quería hacer un episodio en el que jugar con dibujos animados y para ello se bebe de forma muy clara de los Talkartoons de los Fleischer Studios, los mismo que realizaron la gloriosa serie de animación de Superman y marcaron un hito de calidad en su época (e influyeron notablemente en la creación de Batman: La serie animada). Además de otros guiños muy evidentes a otros estudios de creación de dibujos animados como Hanna-Barbera, con mención directa a Scooby-Doo y su panda, y Pixar.
Pero más allá de este festín de referencias está el inteligente y divertido juego de metalenguaje que se hace. Los protagonistas se meten dentro del mundo de los cartoons pero va todo un paso más allá al hacerlo directamente en el celuloide y la cámara. En parte recuerda a Las últimas supervivientes, a la Hulka de John Byrne y a la increíble etapa de Animal Man con guiones de Grant Morrison. Y, eso no escapa a nadie, a The Devil’s Chord de la tanda anterior de episodios.
Los whovians de dos mundos
Gardner Fox fue un reputado guionista de cómic que trabajando en DC Comics fue el responsable de grandes hitos pero quizá el que sobresale por encima de todos sea el de las Tierras Múltiples, o Infinitas con el devenir del tiempo. Todo nace de la historia El Flash de dos mundos en la que el titular del momento, Barry Allen, llega hasta otro mundo donde se encuentra con el anterior, Jay Garrick, que en teoría no era real. Según él sabía era un personaje de cómics (sí, Flash leía los tebeos de Flash) cuyas historias eran narradas por, precisamente, Gardner Fox, pero sí que era real.
En parte esta misma idea se traslada a la escena en la que el Doctor y su nueva companion llegan hasta una sala de estar del presente donde hay tres whovians que están igual de encantados y sorprendidos de ver a su héroe ante ellos. Le explican que él no existe en su mundo y que sus historias son vistas a través de la televisión, además de comentar que para ellos Blink es el mejor episodio (personalmente considero que es Gridlock) y servir de carta de amor y muestra de cariño de Russell T Davies hacia los seguidores de la serie y un desafío al espectador para ver cuántos guiños y referencias encuentra en esos minutos de ellos en pantalla. Y un giro de guion, claro, siempre lo hay.
Y Mrs. Flood, el gran misterio de Doctor Who
Y al final… Mrs. Flood. Una vez más detrás de los pasos del protagonista, una vez más sembrando las dudas sobre quién es en Doctor Who y qué papel desempeña. Algunos lectores de este medio han expresado en comentarios que puede que sea el Master y sí que parece que todo apunta en esa línea pero con este showrunner las cosas nunca son tan sencillas. Puede que lo sea, por supuesto, pero quien esto escribe se intuye una sorpresa y un volantazo inesperado (y, por algún motivo, creo que será con la canción Mrs. Robinson de fondo ajustada para encajar con ella y su historia).
Síguenos en Google News o súmate a nuestro canal de WhatsApp (totalmente anónimo, nadie verá tu nombre o tu número) y no te pierdas ningún contenido. ¡Disfruta de la Cultura Pop!
Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012
Notable este segundo episodio, con muchos detalles que lo convierten en uno de los mejores de los últimos tiempos.
La cosa apunta bien.
Fui uno de los que dijo que Mrs. Flood seguramente sea The Master, pero coincido en que con Russell T Davies nada es lo que parece, así que me guardo un porcentaje, cada vez más grande, de que en realidad sea Susan.
Si es Susan te puedo decir que servidor va a dar saltos de alegría. Con Missy lo pensé y me encajaba todo aunque no lo fuera al final. Veremos a ver…