En ocasiones el público general se olvida de un punto muy básico de la ciencia ficción, y es que es un género sustentado por la crítica social y la reflexión filosófica sobre el alma humana. Esto no quiere decir que no existan productos de puro entretenimiento, la saga de Star Wars son novelas de caballería de principio a fin y E.T no deja de ser un sencillo cuento sobre la familia (lo habitual en Spielberg), pero si miramos algunos grandes títulos como “Blade Runner” o “La fuga de Logan” queda claro que hablamos de algo muy distinto.
Grandes autores como P.K.Dick (en cuya obra se han basado películas inolvidables, como la recién nombrada “Blade Runner), Ray Bradbury, o el irreverente Douglas Adams que siempre cargó sus historias de mucho humor (o directamente sátira, si se prefiere), son solo tres ejemplo de lo que acabo de decir. Genios, es así, que con su literatura fueron directos a por los males que acosan nuestro mundo y el cómo los permitimos. Nace el concepto del reflejo oscuro (precisamente del que bebe la recomendable serie “Black Mirror”) y de ciudad rota, se puede hablar en toda regla de distopías en las que el hombre ve muy cercano su fin y también de Cyberpunk, una vertiente de la fantasía científica que se caracteriza por una alta tecnología combinada con unos paupérrimos niveles de vida.
Neill Blomkamp, al que conocimos por la interesante “District 9” es deudor de todos ellos y de ese concepto tan clásico de usar la ciencia ficción como base para lanzar una mirada crítica (y muy feroz) a la sociedad actual. De esta forma nos lleva hasta un futuro no muy lejano, un momento en el que nuestro planeta no puede sostener el nivel de vida y por tanto la mejor opción es irse a la fantástica estación espacial que da título a la película. Siempre que seas un privilegiado y puedas pagarlo, claro.
Desde un primer momento el director no duda en atacar con fiereza, y si en su anterior trabajo puso en su mira la hipocresía que existe respecto a la inmigración en este caso las diferencias que existen entre ciudadanos de primera clase y todos los demás son totalmente evidentes, más en una ficción en que no existe clase media alguna y los millones que viven en la Tierra son considerados por sus dueños (licencia que me tomo) como poco más que objetos.
Sorprende el darse cuenta que a los pocos minutos de narración entremos de lleno en la historia y esto es por dos motivos: 1) la habilidad de Blomkamp para enganchar al espectador 2) La terrible cercanía y plausibilidad de lo que se nos está contando. Las directas referencias a ese cyberpunk que he mentado hace unas líneas, con un mundo lleno de tecnología y capaz de fabricar fantásticos robots que irónicamente son ensamblados por las mismas personas a las que van a controlar.
Para mí este fue uno de los puntos clave de la película, que bien puede pasar desapercibido ya que no es central para la trama, y es el concepto que tienen los ciudadanos de estos autómatas. Por un lado, para la clase pudiente, son siervos que se encargar de cubrir sus necesidades y protegerlos en caso de peligro. Pero en cambio para todos los demás son perros de caza, carceleros que tienen por misión evitar que nadie se salga de correcta línea marcada por los de arriba (literalmente, al estar en una estación espacial). ¿Esto le resulta familiar a alguien? No hace falta decir más, la reflexión está servida en bandeja y con todo lujo de detalles.
Por supuesto que “Elysium” puede ser vista como producto de entretenimiento y nada más, eso ya es decisión del espectador. Si uno lo desea no tiene más que perderse en Matt Damon, con momento de lucir palmito sin motivo alguno (aunque se agradece), en la acción y las persecuciones. Pero realmente sería una lástima quedarse solo en eso.
“Elysium” es una buena película, aunque no por ello libre de fallos e incluso algún hueco argumental (aunque se hace la concesión) pero compensa con creces sus errores con muchos aciertos. Un retorno a la ciencia ficción más clásica desde un punto de vista actual.
Publicado originalmente en http://laencuadre.com como “Elysium, ciencia ficción en concepto clásico”.
Francamente, agradezco haber encontrado el blog y – sobre todo – el artículo! Tal como está la cosa para todxs, voy mirando muy mucho en qué películas invierto dinero y, sobre todo, tiempo. ¡Y le tengo muchas ganas a Elysium! Aunque tanta mofa negativa, no deja de desanimarme.
Dick y Bradbury son grandes ejemplos, pero son de los + vistosillos. Además de ellos, soy carne de Silverberg, Vonegut, Lem, Ciapek, pero tambien Simak, Simmons, Heinlein, Asimov, Verne o los hermanos Strugatski. ¡Y tantos y tantos otros, que … ¡Por Shiva, me dejo a Nielsen, Clark, Wells!
A ver, es que ni de broma caben. ¡Y tampoco soy tan mayor, hostia! 🙁
El caso es que Elysium me daba un tufillo a la buena ciencia ficción. Pero tal y como la ponen en casi todas partes, no sabía si cine o mejor me la reservaba para la mini-pantalla del portátil.
Así que ¡Gracias! Ya sé dónde pasaré la mañana del domingo. ;))
Hola Yuli,
me alegra que te guste La Consulta, siempre abierta 😉
La verdad que, como digo en la reseña, la película sí tiene alguna laguna gorda pero se acepta y sigues viendo el filme sin problema.
No es una obra que pasará a los anales de las grandes de la ciencia ficción, pero se ve bien, cumple y usa reflexiones de lo más clásico del género.
¡Disfruta!