El T-800 de Terminator 2. Créditos: docpastor.com - Amamos la Cultura Pop
Terminator fue una de esas películas que ayudó a cambiar el mundo del cine, pero todavía más su secuela Terminator 2: El juicio final. En esta entrega su director James Cameron, que firmó el guion junto a William Wisher, creó uno de los mejores filmes de la historia, tanto en lo específico de ciencia ficción, viajes en el tiempo y acción, como en lo general para el propio medio. Fue un título muy aplaudido, marcó el mayor punto de calidad para la saga (todo lo posterior está por debajo) y es de esas producciones por las que no pasa el tiempo.
Puede que la franquicia haya seguido con vida, con detractores y defensores de cada secuela, a través de otras películas, que pueden ejercer de secuela y precuela a la vez, y series de televisión (además de un muy rico universo expandido) pero Terminator 2: El juicio final proyecta su muy alargada sombra sobre todas ellas. Para bien y para mal, todo sea dicho.
Terminator 2: El juicio final, una película increíble
Sucede que, como deja bien claro la exposición The Art of James Cameron que vimos en el Museo del Cine de Turín, el trabajo realizado por el cineasta y su equipo es encomiable. Tanto la idea original, la revisión de lo anterior, la recuperación del T-800 ahora como una máquina del bien y, por supuesto, la presencia de un innovador T-1000 que llegaba a dar miedo por la fría interpretación de Robert Patrick.
Este fue el gran añadido a la película con un ingenioso uso de los efectos digitales como nunca se había hecho hasta el momento. Sentó muchas de las bases por venir pero innovar no es sencillo y el creador tuvo que dibujar una serie de láminas para que el equipo entendiera qué quería y qué buscaba. Algo que, en vista de las maquetas originales de ILM del T-1000 presentes en la exposición parece que entendieron a la perfección y para muestra está el propio filme.
Efectos tradicionales y especiales
Aunque de forma general cuando se habla de Terminator 2: El juicio final en lo que a sus efectos especiales y visuales se refiere se la menta como pionera en el uso de ordenador, que lo fue, gran parte de su éxito viene por el trabajo tradicional. La mezcla de ambos mundos es lo que hace que todo funcione, además de haber permitido que haya envejecido bien, dado que se buscó la mejor combinación entre un sistema y otro siempre pensando en el acabado final de la película.
Esto permite que a día de hoy se puedan ver, y disfrutar, materiales usados en la producción realizados estos con un nivel de detalle pasmoso y exhaustivo. En la muestra The Art of James Cameron podían consultarse dos réplicas a tamaño real del T-800, herido, y del T-100, en la mítica escena de la persecución, usadas en el rodaje. Aunque por si esto no es suficiente para hacerse idea del nivel de trabajo y de autenticidad también estaba presente el brazo de T-800 (que mueve gran parte de la trama), además del cráneo de este y la cabeza abierta en canal del T-1000.
Todo estos elementos fueron reales, palpables y estaban a la vista de todo visitante del Museo del Cine de Turín. Lucen hoy igual de impresionantes que entonces, al punto de que bien podrían volver a ser usados en alguna secuela próxima de la saga (aunque los derroteros de esta parecen ir por otro camino como deja claro Terminator: Zero). James Cameron y su equipo supieron conjugar ambos mundos, efectos tradicionales y digitales, para con la mezcla de los dos dar forma a lo que tenían en sus mentes.
The Art of James Cameron: Una buena muestra
Hay que reconocer que The Art of James Cameron es una muy buena muestra del trabajo de este director, también guionista y productor, con un muy completo repaso a su carrera e incluso antes de iniciarse esta misma como ya te contamos hace unos días. En próximos artículos hablaremos de otros títulos como Aliens e incluso de su nunca producida película de Spiderman.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012