Es innegable que ahora mismo Spider-Man está viviendo uno de sus mejores momentos, tanto editorial, como de recepción de público y por supuesto cinematográfico.

En este último caso, con Capitán América: Civil War el espectador pudo ver (por fin) al héroe arácnido volver a casa (es decir, a Marvel Studios), mientras que los lectores recuperaron al Peter Parker de siempre tras haber perdido su cuerpo en favor de Otto Octavius y la empresa se atrevía con un interesante, a la par que divertido, serial llamado Spider-Verse que se volvió un clásico en el mismo instante de publicarse.

Bien conocedores de esto la editorial Panini en España lanza tres títulos que se van a convertir en imprescindibles para cualquier biblioteca que se precie de serlo: Colección Extra Superhéroes El espectacular Spiderman Integral, Spiderwoman: cambio de marcha y Spider-Gwen; un gran poder.

Empecemos por el primero.

El espectacular Spiderman Integral

Este tomo de varios centenares de páginas recoge en un solo volumen dos años de Paul Jenkins (2003-2005) en los que ofreció algunas de las más interesantes historias del universo del personaje, siendo los grandes protagonistas sus villanos  que se presentan de una forma más aterradora de lo que se había visto hasta el momento.

Al igual que sucede en muchas ocasiones con Batman, y que también pasó en La última cacería de Kraven, los mejores cómics son encabezados por los enemigos a los que se dota de un pasado y un presente trágico, haciendo de ello figuras más dramáticas que simples malvados de colorines al uso.

La portada deja claro quién es el más relevante de estas viñetas, Veneno. Un malvado que se creó a finales de los ochenta, que gozó de gran popularidad en los noventa y que es el ejemplo perfecto de cómo se hicieron las cosas en general por aquel entonces. Vamos, que queda todo en la superficie y cuando uno intenta ahondar un poco solo encuentra un agujero de simplicidad en la concepción del que fuera némesis del trepamuros.

Paul Jenkins lleva aquí la relación de Eddie Brock y su simbionte un paso más allá. Desvela la verdad sobre ambos, de su vida juntos y los motivos de la misma, deja de lado el ser una versión más oscura y despiadada del arácnido protagonista para darle una vida real más allá de los tópicos.

Esa misma labor se hace con Otto Octavius, más desquiciado y atormentado que nunca, el Lagarto y su alter ego científico con nuevos giros sobre lo que ya se sabía de él,  y Morbius, el hombre condenado a ser un vampiro con todo lo que eso conlleva. El guionista coge a todos estos peersonajes y crea un nuevo fondo para ellos a la vez que respeta lo ya contado, da un toque psicológico e introspectivo que era realmente necesario y hace que estas viñetas se tornen obligadas para cualquier lector de Peter Parker.

No puede terminarse estas líneas sin mentar a Humberto Ramos, uno de los dibujantes más aclamados de su momento, exponente de lo que puede llamarse amerimanga, que logra dar una visión aterradora y distinta de enemigos que son clásicos pasando a ser totalmente novedosos, y en concreto en el caso de Veneno dar auténtico pavor como si hubiera salido de un filme de monstruos de la Universal.

Lógicamente también se hace el mismo tratamiento sobre Peter Parker y su heroica identidad, en menor medida y atado a las cadenas que durante años ha tenido el personaje (su tía, Mary Jane, eterna juventud casi adolescencia) pero dejando entrever algunos visos de hechos que estaban por venir y que solo hoy al volver la vista atrás cobran sentido.

El artículo de bienvenida que firma Bruno Orive lleva por título “La vuelta de tuerca”, y lo cierto es que es totalmente adecuado logrando condensar en una sola frase toda la esencia de este tomo. Precisamente es eso lo que logra hacer Paul Jenkins, pero claro está que hablamos de un guionista cuyo talento está fuera de toda duda.

El espectacular Spiderman Integral es una historia que moderniza a la vez que da lo mejor de los clásicos.

¡¡¡Atentos!!! ¡¡¡El miércoles hablamos de Spiderwoman!!!