Cartel de Bella. Créditos: Revolutionary.
Noviembre es un mes marcado en el calendario. No son pocas las reivindicaciones que se hacen para intentar cambiar los resultados, pero el número de víctimas no deja de aumentar. Hablemos de Bella.
Vamos a hablar de una película, pero lo que en realidad me gustaría decir es que ojalá se pusiera remedio a esa auténtica masacre, consentida cada año por el sistema, que es la violencia de género. Todos los meses aumentan las cifras de mujeres asesinadas y nada de lo que se hace parece contribuir a ralentizarlo.
En este medio queremos recordar que, en caso de ser conocedor de algún caso de violencia de género, debemos actuar con precaución, y si somos testigos de uno, impedirlo en la medida que podamos, Por eso, aprovechamos para dejar los números de contacto para poner en conocimiento de las autoridades estos actos aborrecibles: 016 (no deja rastro alguno de la llamada) o vía WhatsApp al 600000016.
El film que tenemos delante está basado libremente en el caso de Ana Bella Estévez, que da nombre a la Fundación Ana Bella para la ayuda a mujeres maltratadas. La creadora de esta fundación es una superviviente de la violencia de género que, tras 11 años siendo maltratada, consiguió huir junto a sus hijos y denunciar, permaneciendo después en una casa de acogida durante 9 meses.
La Fundación Ana Bella lleva años actuando para prestar atención y ayuda a todas esas mujeres que salen de una relación de maltrato, pero también hace una importante labor sanadora para que dejen atrás el estigma de víctimas que impone la sociedad, una lacra que puede condicionar la existencia de una persona.

El equipo detrás de Bella
La dirección de este trabajo es dual, repartiendo la construcción de este entre Manuel H. Martín y Amparo Martínez Barco, una dupla que debuta junta en la dirección con este trabajo.
Mientras que Amparo debuta en la dirección, tiene una amplísima trayectoria como diseñadora de elementos gráficos y supervisora de VFX (Efectos Visuales) en otras producciones como La Isla Mínima, El hombre de las mil caras o la serie La peste, todos trabajos de Alberto Rodríguez.
Manuel H. Martín si cuenta en su haber con más experiencia en el ámbito de la dirección. Su trabajo se acerca tanto a la animación como a lo documental, con trabajos como 30 años de oscuridad, La vida en llamas o El viaje más largo.
El dúo protagonista que presta su voz a esta historia animada, está formado por una pareja de intérpretes cuyas voces resultan conocidas y evocadoras, además de contar con el talento suficiente para sumergirnos en lo que vemos: Michelle Jenner y Víctor Clavijo.
Michelle Jenner lleva la pasión por el doblaje en sus venas, ya que es la hija del célebre Miguel Ángel Jenner (la voz española de Samuel L. Jackson). Pero esta intérprete ha sabido crear una carrera muy variada ante la cámara: Los hombres de Paco, Extraterrestre, Isabel o La sombra de la ley, entre otras.
Víctor Clavijo es un todoterreno de la actuación y desde muy joven aparece presente en la pantalla en producciones “juveniles” como Al salir de clase, pero con el paso del tiempo ha ofrecido increíbles actuaciones en trabajo, como su Lope de Vega en El ministerio del tiempo, o protagonizando los largometrajes 3 días y La espera, ambos de F. Javier Gutiérrez.
La sinopsis de esta película deja muy claro lo que vamos a ver: «Bella es una muchacha marcada por la sensación de abandono y la soledad. Un día conoce al artista urbano Ponce, que parece ser la persona que mejor le comprende, pero durante años, la joven vive una situación de abusos y violencia oculta a todo el mundo como aparente felicidad, de la que no tendrá más remedio que huir si quiere mantenerse con vida.»

Una nueva forma de contar lo que hemos escuchado antes
Lo primero que podemos destacar de esta obra es que se trata de un mediometraje, con una duración de apenas 62 minutos, pero esto no debe restar en absoluto la calidad de lo que vemos: tenemos el tiempo suficiente para empatizar y ser testigos del horrible maltrato que sufre la protagonista.
La historia presenta una situación de violencia de género tal y cómo hemos podido leer o informarnos más de una vez. Lo que cambia, de manera evidente, es la manera de narrarnos la situación.
Que esta situación se narre a través de la animación hace que la comprensión sea más amplia que nunca: el constante uso del apelativo “pequeña”, el uso de códigos visuales como presentar a un maltratador como un monstruo de forma literal o ver como las precauciones de una persona toman cuerpo en la “realidad” permite que esas señales se perciban incluso desde una edad temprana. Sin duda, un acierto absoluto como propuesta.
Obviamente, este no es el único mensaje que podemos rescatar de este trabajo. Se deja clara la posibilidad de que siempre hay alguien (o algo) por lo que merece la pena seguir adelante antes de dejarse ir. A esto se suma la declaración de que no es malo ni vergonzoso pedir ayuda a los demás, sino que resulta un ejercicio de completa valentía.
Este mes está resultando una alegría increíble en el ámbito audiovisual, ya que estoy comprobando la enorme cantidad de trabajos que se están creando para mostrar de la manera más clara y comprensible todas las graves situaciones que se siguen viviendo hoy día.
Una elección estupenda para pasar un rato delante de la pantalla, y si es en familia mejor, para poder hacer un análisis conjunto de la situación y que el debate haga florecer la empatía para mirar a nuestro alrededor y no hacer oídos sordos ante esta nefasta situación.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del Libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693



