
Fragmento de uno de los posters promocionales de El profesional (Léon). Créditos: Gaumont.
Todos tenemos en nuestros placeres cinematográficos películas que se convierten en films de culto… y en ocasiones sin esperarlo. Eso es lo que me ocurrió a mi con El profesional (Léon). Situémonos, era primavera de 1995 y por esas fechas los estrenos solían ser bastante insípidos, aún lejano el verano de los típicos blockbusters y recién acabada la temporada de los Oscar.
Pensando yo en qué ver en el cine me decanté por una película francesa llamada El profesional (Léon). El film no solo me sorprendió gratamente, sino que se convirtió en la gran sorpresa y uno de los mejores títulos que vi aquel año. Tras aquel visionado de estreno en cine he repetido varias veces en formato doméstico, y tengo que admitir que pese a las tres décadas desde su estreno, no ha perdido ninguno de sus méritos.
Para un servidor se trata sin duda de un film de culto, que en España llegó un par de meses después de su estreno en tierras francesas en febrero de 1995. No diría que es perfecta (en esta vida no hay nada perfecto, incluso las mejores cosas pueden tener errores) pero desde luego si que diría que es una casi obra maestra, aunque acepto discrepancias en relación al exceso de violencia en su tramo final.
Y es que la delicadeza con la que Luc Besson dirige un argumento donde se mezclan a partes iguales los sentimientos de los personajes con la violencia de alguna de las situaciones resulta simplemente brillante, sorprendiendo que en su carrera posterior (con blockbusters como El quinto elemento) no haya conseguido llegar nunca al nivel de calidad que consiguió aquí, personalmente la mejor obra de su filmografía.
Jean Reno interpreta al protagonista con una credibilidad pasmosa, mostrando que tras la máscara de frío asesino está un hombre solitario, al que la vida de paz y tranquilidad que le proporciona Mathilda le sirve de redención por sus crímenes. En cuanto a esta, interpretada con sensualidad por Natalie Portman, demuestra a la perfección la conjunción de una adolescente problemática, que por un lado sigue siendo una niña pero por otro intenta comportarse ya como una mujer.
El profesional (Léon), un elenco en estado de gracia
Cual si fuera la Lolita de Vladimir Nabokov, la interpretación de la joven Portman es uno de los elementos más morbosos del film (la misma historia lo promueve cuando ella le dice a Léon que cree que se está enamorando de él o cuando le dice al gerente del hotel que no es su padre sino su amante). Pero no solo la pareja protagonista está brillante, sino también los otros dos actores conocidos del reparto: Danny Aiello y Gary Oldman.
El primero encarna a un brillante capo italiano que bajo su restaurante, del que nunca se mueve, orquesta todos los trabajos de Léon (le enseñó al protagonista todo lo que sabe, por lo que este guarda una relación con él cual si fuera un padre). Por su parte el segundo, interpreta a un policía corrupto de manera magistral, soltando todo el histrionismo que este brillante actor lleva dentro, y al que yo había descubierto apenas unos años antes en la también genial Drácula de Bram Stoker dirigida por Francis Ford Coppola.
En cuanto a la película es una auténtica maravilla, no solo en la presentación de personajes sino en el comportamiento de los mismos: por citar apenas un momento aún me resulta impresionante la interpretación de Natalie Portman cuando tiene que pasar por delante de la puerta de su casa donde acaban de matar a toda su familia para irse a picar al timbre de un vecino del que no sabe nada… pero que como no le abra la puerta provocara que la maten.
Su posterior relación con el mismo es también todo un acierto argumental tal y como está rodada: por un lado Léon quiere ser un padre para ella (que le enseña, eso si, los secretos de ser un asesino a sueldo) y por otro lado la chica experimenta un doble sentimiento hacia él, no solo como protector sino como hombre (de ahí esa morbosidad inherente que cité antes).
Su agridulce final puede provocar sentimientos encontrados, pero con el paso del tiempo me parece una culminación magistral a una historia de redención donde en última instancia, aunque Léon quiera cambiar, son sus pecados (sus asesinatos) los que le pasan factura. A lo largo de los años se ha especulado, sin concretarse nada, tanto con un remake como con una secuela, con el personaje encarnado por Natalie Portman en edad adulta y ejerciendo de asesina a sueldo como su mentor.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399