Ilustración de Carmilla de Rosemary Valero O´Connell. Créditos: Astiberri
Carmilla es una de las grandes e inmortales obras sobre vampiros de la literatura universal. Uno de los títulos quintaesenciales para considerar la conformación del mito según se concibe en la actualidad, y no desde hace poco precisamente, que a la postre fue uno de los que influyó de forma notable a Bram Stoker para la realización de su Drácula.
En artículos anteriores mi compañero Jordi te ha hablado de estos chupópteros, su origen, su paso por el cine y ahora es el momento de adentrarnos en la más conocida obra de Joseph Sheridan Le Fanu. En este caso en su nueva edición de la editorial Astiberri, que cuenta con unas sentidas y en ocasiones oscuras ilustraciones obra de Rosemary Valero O´Connell.
Carmilla y Laura, amistad que es amor
La trama es bien conocida y presenta la muy íntima relación de amistad entre dos mujeres jóvenes. Una se llama Laura, una muchacha de buena familia y, por lo que se desprende del relato, igual posición y otra de la que poco se sabe más allá de su nombre: Carmilla. Su pasado es difuso, su presente una bruma, pero sus maneras de ser y su devoción hacia Laura parecen ser suficientes para esta.
Una rápida lectura, y de tal forma la ha situado la posteridad, deja ver que tal amistad es más bien una relación de amor con una alta dosis de sensualidad. Carmilla y Laura sienten tanto respeto y admiración por la una por la otra como una pasión y una atracción que resultan más que evidente, quizá no al lector de su momento (se publicó un cuarto de siglo antes que Drácula, en 1872) pero sí al contemporáneo.
Pasión entre dos mujeres
Quizá sin saberlo Joseph Sheridan Le Fanu, en su lanzamiento ilustrado por D. H. Friston y hoy por la ya mentada Rosemary Valero O´Connell, escribió un relato de claros tintes lésbicos mostrando la relación de dos mujeres que igual de ocultas que a la luz viven una apasionada historia de amor. Carmilla no es tanto una vampira depredadora como una joven enamorada, alguien que anhela sentir una palabra amable, una caricia, vivir sin temer las miradas de los otros.
Es más probable que lo que su autor quisiera hacer fuera una historia de misterio con elementos sobrenaturales, su campo de actuación principal, que el conformar de forma consciente una obra adelantada a su tiempo… pero lo hizo. Es más, en uno de sus párrafos se describe sin lugar a dudas un orgasmo femenino, algo que hoy se torna poderoso y exquisito aunque quizá en su época pasara oculto dado que, en teoría, se trata de la afección de la extraña e inconcreta enfermedad que parece sufrir Laura.
A veces iba unida al tacto de una mano que me rozaba suavemente la mejilla y el cuello. Otras veces como si unos cálidos labios me besaran, cada vez con más afecto a medida que llegaban al cuello, pero ahí la caricia se frenaba. Mi corazón latía más deprisa, mi respiración se aceleraba y se agotaba; por fin me sobrevenía un jadeo que se convertía en un estrangulamiento y después en una convulsión. Entonces los sentidos me abandonaban y me quedaba inconsciente.
Una obra imprescindible
Carmilla es una obra imprescindible a la que el devenir de los tiempos ha puesto en su justo lugar como un título pilar de lo queer, como una lectura que debe ser alabada y aplaudida. Esto es algo que desde Astiberri parecen tener claro al haber realizado una cuidada edición de buen tamaño, tapa dura y con los bordes de las páginas en rojo lo que le da un toque pasional y aterrador. Justo lo que, a partes iguales, son las letras de Joseph Sheridan Le Fanu.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012