Portada de Audición, de Katie Kitamura. Créditos: Narrativa Sexto Piso.
Cada vez que empiezas un nuevo libro, no sabes hasta qué punto te influirá. Habrá algunos con los que te sentirás muy identificado, pero con otros no tendrás esa misma conexión. Este artículo está dedicado a uno de los segundos. Hablemos de Audición de Katie Kitamura.
Este libro, publicado por la editorial Narrativa Sexto Piso, nos trae una nueva obra de la autora como ya hizo con En el bosque (2013) e Intimidades (2023), uno de los cinco mejores libros de ficción del año 2021 según The New York Times.
Para quién no la conozca, Katie Kitamura es una autora muy celebrada en su Norteamérica natal, donde es profesora de escritura creativa, además de ser finalista en muchos premios de prestigio cómo el National Book Award, el PEN/Faulkner Award y el Joyce Carol Oates Prize.
Al ser la primera novela que leo de esta autora, no puedo comentar si hay alguna temática común entre sus novelas. Sí es cierto que la sinopsis de la obra despertó mi atención enseguida, que resumo a continuación:
«Una mujer y un hombre se citan en un restaurante del distrito financiero de Manhattan. Ella, una actriz consagrada; él, un veinteañero atractivo y algo torpe, empeñado en causar buena impresión a la dama. El encuentro discurre con relativa normalidad hasta que se abre la puerta del restaurante y, desde la mesa del fondo, la mujer distingue a su marido.»
Audición: ¿Qué hay tras la sorpresa inicial?
Esta premisa interesante esconde (teóricamente) un juego de escenarios y tramoyas donde nada es lo que parece. La única guía que tenemos es el pensamiento de la protagonista, la cual nos encamina donde cree adecuado en cada ocasión.
El lenguaje teatral no está elegido a la ligera aquí, al igual que puedo afirmar que lo que me atrajo verdaderamente de la novela fue el comportamiento humano más que el trasunto teatral. Una vez terminado, puedo decir que la atracción marcó una expectativa no correspondida con la lectura.
Con esto no quiero decir que la obra no valga la pena, sólo reconocer que no me he sentido el lector objetivo o no he comprendido bien que me quería hacer llegar Kitamura con su trabajo.
La novela está narrada en primera persona, consta de capítulos cortos (en torno a las 13 o 14 páginas) y dos partes claramente diferenciadas. Ha sido esta separación la que ha ocasionado interés e incertidumbre a partes iguales.
Estar dentro de la actriz protagonista implica una sumisión absoluta a su mirada y a su ritmo, lo que no resultaría difícil de no ser por tratarse de dos argumentos diferentes. Argumentos, por su parte, que se nos revelan con antelación gracias a la obra que interpreta dicha actriz.
Lo que se produce en la novela es un extenso monólogo (dónde incluso los diálogos aparecen dentro de la mente de la actriz, todo sea dicho) de la protagonista dónde, en un momento dado, no parece reconocer por completo a nadie de los que la rodean. Es una sensación total de incertidumbre mezclada con un vagabundeo sin objetivo claro.
Una vez más, insisto en la idea de que no sea un problema de la novela, si no del lector que comparte aquí su pensamiento. A este asunto, quiero añadir la sensación de desconexión siempre que pasaba un par de días alejado de la lectura.
Muchas de las reseñas o recomendaciones que leí sobre el libro, hablaban de una novela que se leía de un tirón. Temo no poder compartir lo mismo: me ha sido muy difícil hacer una lectura relajada con el tipo de escritura elegida por la autora, donde las oraciones pueden ser muy extensas con apenas signos de puntuación.
Otra sensación que se repitió durante la lectura, fue la desubicación general a la hora de enganchar tras un par de días sin leerlo. Esto fue debido al uso que da Katie Kitamura de la técnica «in medias res» al arrancar capítulo, lo que hace compartir la sensación que tiene la narradora ante los sucesos de su vida.
A pesar de todo lo comentado, reconozco que no di por perdida la obra y la leí por completo, sin tener sensación de haber malgastado ni un sólo minuto en ella. La clave es más que evidente: un libro, por ajeno que te resulte, siempre es mejor que ningún libro.
No es mi intención cerrar el artículo diciendo que este es un mal libro. De hecho, puedo afirmar que no creo que esa frase vaya a ser formulada nunca. Cada libro tiene su momento y su objetivo, quizá no era mi momento con Audición, pero no quita que reconozca que es una lectura diferente a lo que habitualmente llega a mis manos. Seguiré pendiente de lo que haga su autora y quizá me lleve alguna sorpresa en el futuro.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693