Cartel de Astérix y Obélix: El combate de los jefes. Créditos: Netflix.
Los grandes personajes triunfan sin importar el medio en el que aparezcan. En el caso de estos dos, la apuesta es segura. Hablemos de Astérix y Obélix: El combate de los jefes.
Netflix, el gigante del streaming llevaba algo de tiempo preparando esta serie. Su día de estreno fue el 30 de Abril, mismo día que llegó también su adaptación de El Eternauta. Dos adaptaciones y dos propuestas radicalmente diferentes, pero ambas muy interesantes. (De la primera ya hablamos en su momento aquí mismo).
El combate de los jefes es una de las historias más conocidas de la aldea gala dentro de todas las creadas por René Goscinny y Albert Uderzo. Fue publicada originalmente en la revista francesa Pilote entre 1964 y 1965, siendo compilada en libro en 1966. Un éxito increíble que la tiene entre las preferidas de los lectores por mucho que se hagan mayores.
Además, la de Netflix no es la primera adaptación de esta obra, ya que su argumento se fusionó junto con el de El adivino. De dicha unión nació El golpe de menhir, estrenado en Francia en 1989.
Astérix y Obélix: El combate de los jefes o Misión actualizar y divertir
A los mandos de esta serie encontramos a Alain Chabat, repetidor de las aventuras de los galos ya que suya es también Astérix y Obélix: Misión Cleopatra (e incluso interpretó a Julio César en la película). Ahora, al igual que hizo Javier Fesser con Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, Chabat pasa a la animación para ampliar el universo de la irreductible aldea.
Por si alguien no sabe de qué va la historia, dejamos aquí un pequeño resumen de la trama: Julio César, deseoso de poder celebrar el total sometimiento de la Galia, descubre que puede hacerse con la aldea de nuestros queridos galos por medio de El combate de los jefes. Por medio de este, si un jefe galo vence a otro se hace con el control de ambas aldeas. Convence al galo Prorromanix, un jefe simpatizante de los romanos para intentar derrotar a sus eternos enemigos.
Como es natural en estos casos, al hacer una adaptación se establecen nuevos cambios. Para mi gusto, los que se han hecho van a favor de hacer el material accesible y divertido para todo el mundo.
Entre los cambios, ganamos en personajes femeninos y su importancia en la historia. Metadata introduce la idea del combate, Farmacia es una psicóloga peculiar (que en el cómic original era otro druida llamado Amnesix) y Carabella, la mujer del jefe Abraracúrcix, que tiene incluso más peso que su marido en la aldea. Otra de las mujeres con presencia en esta adaptación es la madre de Julio César, haciendo un tándem muy divertido con su hijo.
Otro de los cambios en la trama sucede, a mi parecer, para poder incluir al nuevo público que llega a este universo por medio de esta serie. Se trata de dar un nuevo origen a cómo Obélix cayó dentro de la marmita de poción mágica, consiguiendo incluir en este proceso al villano de la historia y la manera en que Panoramix halla la receta correcta para su brebaje.
También hay numerosos guiños a la actualidad con algunos nombres de centuriones, mosaicos con guiños a películas muy conocidas, o el momento «selfie-mosaico» que me atrapó por completo. Incluso la propia Netflix recibe su guiño durante la serie.
Es verdad que esta obra podría haberse contenido en una película sin más, pero el hecho de convertirla en una serie de corta duración aumenta las ganas de verla del tirón y pasar un rato entretenido. A esto hay que sumar que los capítulos (salvo el último) no pasan de los 40 minutos. El enganche está asegurado, lo confirmo.
Si bien es un producto de animación 3D, es una técnica en la que se llevan representando aventuras de nuestros queridos galos desde Astérix: La residencia de los dioses (2014). Aún con todo, quiero señalar un par de momentos donde se rompe esta técnica y que son francamente divertidos. El primero es al comienzo del tercer capítulo dónde conocemos Las aventuras de Panono, el amable druida. Este es un segmento que se asemeja a la serie Pocoyo y resulta hilarante.
El segundo momento aparece, tras unos primeros créditos, al final de la serie. Hablamos de Misión Hortícola, un pequeño corto de menos de 5 minutos, escrito por el director de la serie. En el mismo, y con animación 2D, conocemos a unos jabalís que buscan robar comida de la aldea de los galos aprovechando la ausencia de estos durante el combate entre aldeas. Un corto sencillo y muy divertido que es un regalo refrescante y deja con ganas de más.
Lo que podría haber sido un fiasco espectacular, se convierte en una serie divertida para espectadores de cualquier edad, ya que el humor que practicaban Goscinny y Uderzo era algo transversal que iba más allá de edades o comprensiones. Ojalá y pronto se nos confirme una nueva adaptación de este universo, algo que sería un acierto total. Cuando Netflix lo hace bien, hay que decirlo.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693