Portada de Paul en casa. Créditos: Astiberri
Paul en casa es una obra que tiene un mensaje muy claro, varios más bien pero hay uno que considero destaca por encima de los demás: La vida puede ser difícil pero es buena. Y es así, la vida es un lugar maravilloso y estupendo para estar, habrá problemas y dificultades pero también momentos estupendos y pequeños detalles que harán que cada día brille.
En la película Con el agua al cuello, o Goodrich en su idioma original, el personaje protagonista al que encarna de forma brillante Michael Keaton dice que “Si la vida no te lo pone difícil es que no lo está haciendo bien”. En el caso de Paul en casa esto se cumple, pero aunque sea así al final too saldrá bien o, al menos, saldrá y dirá bien claro que siempre hay esperanza.
Una historia sobre la vida
Ante todo, y por encima de todo, Paul en casa es una historia sobre la vida. Que nadie busque aquí grandes aventuras llenas de fantasía, gestas imposibles ante dragones, periplos complejos que pueden romper un mundo, o quizá sí… ¿Acaso hay una aventura más grande que la vida? ¿Qué gesta es más imposible que seguir adelante ante los dragones cotidianos? ¿Hay periplos más complejos que puedan romper tu mundo que una tragedia personal?
Una de las frases más recordadas de Peter Pan es cuando dice “Morir será una gran aventura”, algo que explica mucho del personaje, pero la mayor aventura de todas es vivir. Es ver qué depara cada día, cada interacción, esos pequeños tropiezos y sorpresas que hay aunque a veces no nos demos cuenta. Y eso es lo que muestra Michel Rabagliati en su novela gráfica.
Una trama y una narrativa sencilla
El autor presenta una trama sencilla aunque compleja en este mismo punto, se puede decir que es compleja en su sencillez y sencilla en su complejidad. El día a día de Paul se muestra sin artificios, sincero y honrado, al igual que la evolución del personaje que pasa de ser un hombre alicaído a alguien que empieza a ver el sol que se filtra por la ventana. Todo un proceso que se muestra con calma de una forma totalmente orgánica y que fluye por sí sola.
Su trazo es limpio y suave pero con un gran cuidado en los fondos, hechos estos con profusión de detalles que ayudan a situar todo en su perfecto contexto. Da igual qué viñeta elijas, todo está ahí. Ves todos y cada uno de los productos del supermercado, los objetos de un pequeño e improvisado rastrillo o las editoriales y autores de la Feria del libro, no falta nada. Los pequeños detalles, aunque a veces no nos demos cuenta, marcan siempre la diferencia.
Paul en casa somos todos
Cada cierto tiempo aparecen lo que se pueden llamar productos generacionales, esos títulos que marcan el sentir y el respirar de una generación en un momento vital. Por ejemplo en el cine se podría hablar de Las ventajas de ser un marginado, Beautiful Girls o Happythankyoumoreplease, entre otras muchas de diferente tipo y calado. También sucede así en el mundo de las viñetas y, entre un gran número, se pueden citar Cinzia o El abismo, cada una con sus enfoques e intereses concretos.
Paul en casa se une a este listado de pulsiones y pasiones, de vivencias e independencias, de días cotidianos y momentos extraordinarios. No es más que eso, que la vida en estado puro, con su sencillez y su complejidad, con lo maravilloso y lo terrible, con irse a dormir por la noche y despertarse por la mañana. Parece poco, quizá, pero no lo es.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012