Dale, siempre, y no pares.

En ocasiones, muchas, hay gente (lectores, conocidos y otros) que me preguntan sobre el tema de libros y el proceso de creación.

Y lo cierto es que casi siempre mi respuesta es una variante de “Es un trabajo, igual que cualquier otro”. Tiendo a matizar más todavía, indico que requiere horas, esfuerzo, dedicación, días de relax para que el cuerpo y la mente se recuperen, charlar con otros colegas del oficio del tecleo…

Con una parte añadida preciosa, por supuesto, pero no creo que sea distinta de la que puede sentir un médico cuando sana a un paciente, la de un profesor cuando un alumno saca mejor nota de un examen a otro, o la de un cineasta que logra terminar su primera película.

Pero todo es un trabajo, y debe tratarse de esa forma. Es decir, hay que tomárselo en serio y con respeto. No recuerdo quién dijo lo de que “las musas te pillan si estás sentado escribiendo” (más o menos era así), y tenía toda la razón.

Por supuesto que hay momentos de inspiración, de pronto estás en el metro y te viene la idea de qué hacer con ese párrafo o cómo estructurar el libro entero, pero si después no vas a tu escritorio a pasarte horas dándole, de poco sirve.

Sigo escribiendo.

[sgmb id=”1″]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *