<<Bien, ponme con ellos>> la voz era pausada y tranquila. Pertenecía a alguien que había visto y vivido mucho, había caído al pozo y había vuelto a salir.

<<Ahora mismo, Mayor>> respondió el responsable de comunicaciones

Pasó un minuto… dos… tres…

<<¿Y bien? ¿Qué está pasando?>> preguntó el Mayor.

<<Ammmmm, me temo que no sabría decirle>> dijo el subordinado.

<<Señor, a ver en qué lío se han metido esta vez>>

<<Nada, no contactar con ellos. Deben haber perdido sus comunicadores>>

Otros cinco minutos y nada.

<<Anda, llame a la Duque. Igual esa nave arisca nos puede ayudar>>

Pasó un momento y entonces se escuchó la voz metálica y algo snob del esquife de Frost, perrito de aventuras.

<<Buenos días, Mayor Tom, ¿ha vuelto a perder a mi amigo?>>

Siempre tan encantadora, pensó el soldado para sus adentros.

<<Sí, tengo un sistema propio de comunicación con el perrito. Además es posible recibir una imagen a través de una cámara de su traje>> respondió la Duque a la pregunta antes de que esta se realizara.

<<Pues adelante>> dijo el Mayor, mientras pensaba en lo mal que le caía.

La pantalla frontal de la sala de mando en la que se encontraban empezó a transmitir. Al principio no se veía bien la imagen, pero cuando tuvo definición…

<<¿Qué estoy viendo? ¿Qué está pasando?>> dijo el Mayor Tom.

<<Señor, si me lo permite, creo que están corriendo>> respondió uno de los miembros de la tripulación.

<<Otra vez>> dijo la Duque a través de su propio canal de comunicación.

Entonces también llegó el sonido que acompañaba a la imagen.

<<¡Corre, Frost! ¡Corre por tu vida!>> exclamó una voz.

<<¡Te dije que no cogieras eso! ¡Era evidente que se iban a enfadar>> dijo a gritos Frost, perrito de aventuras, con un enfado evidente.

<<¡Santas estrellas! ¡Corren mucho! ¡Nos van a alcanzar, Frost!>> dijo su compañero.

(Bien, a partir de aquí os puedo contar yo mismo lo que estaba pasando. Gracias Duque por hacer la introducción. Nota de Frost, perrito de aventuras)

Las imágenes que estaban llegando no dejaban entrever mucho, aunque todos sabían de qué se trataban. Nos habían mandado a ese planeta en una misión pacífica, solo a dialogar, aunque los interlocutores eran un tanto peligrosos.

<<¡Claro que corren mucho, son arañas>> grité mientras hacía todo lo posible por evitar que me mordieran <<¡Ziggy, esta me la vas a pagar!>>

Salté para esquivar dos patas que intentaron atraparme y caí dando una voltereta. Pude sacar del bolsillo mi pistola atontadora y empecé a disparar. A todo lo que tenía delante que fuera negro, más grande que yo y con más patas.

<<¡Bien hecho, perro!>> dijo mi compañero, que aprovechando el respiro que yo había conseguido se paró en seco, cerró los ojos por un momento y de la nada se materializó su guitarra psíquica <<Ahora me toca a mí>>

Tocó un acorde, solo uno, pero bastó para tumbar en el suelo a otro buen montón de arañas, haciendo que otras se tropezaran con estas y dándonos unos segundos extras para apretar a correr ganando terreno.

<<Ziggy, sigue intentando contactar con el Mayor Tom a ver si puede mandar refuerzos>>

Entonces Duque me habló por el comunicador que teníamos.

<<Frost, me temo que Tom no logra hablar con vosotros. Están viendo qué sucede a través de mí y dice que mandar a más soldados solo creará problemas intergalácticos>>

No dije nada, miré a mi compañero que se disculpó con la mirada.

<<Lo siento, Frost, nunca pensé que se liaría tanto todo>> mientras corría logró tocar otra vez su guitarra psíquica.

<<No te preocupes>> esa sonrisa apareció en mi rostro, la misma que siempre que estaba en peligro pero me lo estaba pasando bomba <<Tengo un truco>>

—- Continuará —-

3 comentarios en «Frost, perrito de aventuras: El Dorado estelar (1)»

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