Una de las primeras intenciones que tuve al crear este site, era el que con el paso del tiempo fueran pasando (y perdón por la repetición) diferentes profesionales del sector de la comunicación. Personas que realmente saben de qué hablan y así ir sabiendo más sobre ello. Hoy pasa consulta José Esteban Mucientes con “Cinco verdades y tres mentiras sobre Social Media”.

Mucho se escribe sobre la importancia de los medios sociales (que es la traducción real de Social Media) de cara a muchos ámbitos. Que si es perfecto para las PYMES, que si el mundo del espectáculo se puede beneficiar mucho de ellos, que si no estás tu empresa está muerta…

Se leen demasiadas cosas que realmente no valen para nada o se repiten hasta la saciedad, pero entre todo el ruido que vemos día sí y día también hay algunos contenidos que merecen la pena y contienen verdades como puños que además van más allá de aquello en lo que se queda mucha gente. Y es que muchas personas que se dedican a esto desprecian el saber y el talento de muchas personas que se han dedicado al marketing, la comunicación y la empresa, sin darse cuenta de la complementariedad de todas las reglas tradicionales con las de las nuevas fórmulas de comunicación.

Esto me lleva a mi primera verdad: los medios sociales ayudan a complementar la comunicación tradicional. De hecho, nunca, y lo repito en mayúsculas, NUNCA penséis que el mundo online va a superar al mundo offline. De hecho, ambas estrategias de comunicación tienen sus propias reglas y han de ir coordinadas para conseguir que todo funcione, porque si no se coordinan os puede pasar cualquier cosa, desde perder clientes hasta tener una crisis de reputación online o, si eres un pequeño negocio, conseguir que la gente se piense mucho confiar en ti.

Otra verdad que podemos ver en el mundo del Social Media es que se puede medir de manera más eficiente y exacta el impacto que causamos. Y es que podemos saber cuál es el retorno que obtenemos de cada uno de los euros que gastemos en campañas, cuánta gente puede haber visto nuestros contenidos y si esto ha tenido un impacto real en nuestras cuentas, que eso es lo que realmente importa. Eso sí, hay que poner los medios para medir y todo ello a pesar de Google y sus not provided.

Nuestra tercera verdad es también muy obvia: ecónomicamente es más barata que la comunicación tradicional. Y es que con los 6.000€ que nos puede costar un faldón en un medio de tirada nacional, podemos tener para inundar Internet entera con banners, anuncios en buscadores, anuncios en redes sociales y mucho más, encima usando opciones que en la publicidad tradicional no podemos usar como el retargeting, es decir, esos anuncios que nos siguen y nos siguen y nos siguen allá por donde vayamos. Pero no nos engañemos, salir en la tele y en la radio (especialmente en las radios locales) nos va a dar muchas buenas alegrías.

La cuarta verdad es que hay que ponerse en manos de profesionales, porque como en todo en esta vida es necesario que alguien que nos aporte experiencia y conocimientos es fundamental para tener éxito. Ojo, esto cuesta, no os creáis, porque quien vaya a trabajar con nosotros y nos lleve de la mano a conseguir nuestros objetivos no será precisamente barato, pero los resultados van a ser mucho mejores que si nos ponemos en manos de cualquiera o si lo hacemos nosotros mismos.

La quinta y última verdad es que funciona. Negar esta realidad es una de las mayores falacias que se pueden oír a mucha gente que desprestigia Internet en prácticamente todos sus ámbitos, y más aún en el mundo de los negocios. Es cierto que no funciona igual en todas las áreas y en todas las empresas; suelo decir que la misma estrategia en dos empresas similares con un público similar no va a funcionar y esto es verdad, pero aunque los resultados sean dispares y quizá en una de las empresas no ofrezcan los resultados que se esperan, pero siempre a medio y largo plazo si somos capaces de realizar ajustes, porque es nuestro trabajo.

Pero como esta en esta última verdad he hablado de una falacia, quizá es buen momento de plantear varias mentiras que normalmente se oyen en nuestro negocio y que demuestran un gran desconocimiento no sólo de la realidad de las empresas a las que se pretende ofrecer este tipo de servicios, sino de estrategias reales de negocio.

La primera de todas las mentiras se refiere a Google y Microsoft y tiene una doble vertiente: el SEO ha muerto y encima estas empresas no tienen estrategia social. Bueno, no tienen una estrategia social y por eso Google tiene Google+, su capa social para obtener datos que le permitan ser más eficiente en las búsquedas y mejorar el rendimiento de los formatos de publicidad de AdWords. Si a esto sumamos que las relaciones de Microsoft con Facebook son excepcionalmente buenas y que Bing ofrece resultados en búsquedas bastante mejores que Google (las cosas como son). Vamos, que de momento ambos gigantes tienen cuerda para rato, con el permiso de Amazon, por cierto.

La segunda de las mentiras es abrimos un Twitter y un Facebook y verás cómo tus ventas aumentan. O no. Incluso te pueden montar un cisco y tener una sangría de clientes que en el caso de una PYME puede ser la puntilla si lo juntamos a la necesidad de tener resultados rápidos a corto plazo para garantizar la supervivencia de la empresa. Y es que tener una presencia social no va a darnos resultados en el corto plazo nunca y, si se consiguen, tendremos un efecto gaseosa que hace que todo lo que sube, baje incluso a mayor velocidad. Dicho esto, el mundo social no sólo incluye las redes sociales: a menudo se dejan de lado otras cosas como los blogs, las webs, los foros y otras muchas cosas que han estado ahí presente en Internet desde hace años y que siguen funcionando.

La última de las mentiras que quiero comentar es el manido todo esto es gratis. Ya, y antes todo esto era campo. Quizá sea con esta frase la única con la que saco mi ego: mi tiempo vale, y vale mucho. Si no lo quieres pagar, paga a otro profesional, pero ni yo salgo gratis, ni la visibilidad en Facebook (que si ahora no pagas no te ve nadie), ni el tiempo definiendo una estrategia de contenidos, ni los contenidos que crees, ni los fotógrafos o productores para tu material multimedia ni las herramientas que de verdad nos van a permitir medir nuestros resultados.

Todo cuesta y todo tiene un precio. Si tú no das valor a tu propio negocio, no esperes que yo lo dé por ti.

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