La saga de Terminator está de vuelta y lo hace con su esencia más pura.

Uno de los recuerdos más claros que tengo de mi padre es de él sentado en el sofá viendo Terminator 2: El juicio final. Era un gran amante de la fantasía y la ciencia ficción, así que mi infancia y adolescencia estuvieron llenas de películas, cómics y novelas de estos géneros, desde Regreso al Futuro a Cube o Simulacron-3, y su adaptación a cine llamada Nivel 13, pasando por El planeta de los simios y la novela original en la que se inspira, hasta llegar a Matrix o El quinto elemento, entre otros muchos títulos de todo tipo.

Pero esta obra de James Cameron siempre fue especial para él. Quizá era el tratamiento de personajes centrado en una madre que luchaba por su hijo, o puede que el ver a una máquina capaz de crecer y evolucionar, sin duda el gran avance de los efectos especiales era algo que estaba ahí, o simplemente es que le gustaba y ya está.

Pudo ver en la gran pantalla su secuela Terminator 3: La rebelión de las máquinas, con un Arnold Schwarzenegger que logró tener el mismo físico impresionante que en la anterior entrega (algo que siempre le sorprendió, y a todos. Era increíble) y una trama que si bien es entretenida no terminaba de estar al nivel de lo esperado. Las ausencias de Linda Hamilton (rechazó estar) y Edward Furlong (todos sabemos el motivo) como Sarah y John Connor se hacían notar, y si bien esta tercera entrega cumplía y divertía, no era lo que se estaba pidiendo.

Después la franquicia creció con una serie televisiva llamada Terminator: Las crónicas de Sarah Connor, que protagonizó Lena Headey, y dos películas más que seguían expandiendo el mito, Terminator: Salvation y Terminator: Génesis. Todos estos productos se los perdió, y en ocasiones pienso que es mejor así ya que seguían sin ser esa continuación que se merecía Terminator 2: el juicio final. Sí, de nuevo cumplían, eran títulos entretenidos, todos ellos tenían buenos puntos a su favor y algunas ideas que se iban enlazando de un filme a otro conformando una de las sagas más populares del cine, pero seguían sin ser lo que todos ansiábamos.

Estamos en 2019 y hoy he deseado que mi padre siguiera vivo para poder ver ese filme que llevamos esperando desde 1991, desde el estreno de la segunda entrega. Ahora sí. La espera ha merecido la pena, aunque por otro lado ha sido muy larga, puede que demasiado.

Terminator: Destino oscuro es la película que esta extensa saga se merecía. Es el regreso de la esencia más pura de Terminator, de una aventura del espacio-tiempo que ha recordado en qué debe centrarse: en las personas, en sus vidas, en las consecuencias de la inevitable guerra del futuro, en cómo ese destino que no está escrito sigue afectando más allá de lo imaginable.

Tim Miller, al que debemos aplausos por Deadpool, ha unido su genio al de James Cameron, y una pléyade de guionistas entre los que se cuentan también David S. Goyer y Josh Friedman, para traer de vuelta la cronología que marcó una época y que provocó todas las secuelas. Y lo hacen sabiendo dónde están y qué tienen entre manos, ya que nadie puede igualar lo que fue en su momento Terminator 2: el juicio final y las repercusiones que tuvo (no en vano, a este filme debemos gran parte de lo que son hoy los blockbusters), pero sí se puede estar a su sombra de una forma muy digna.

No hay grandes sorpresas y tampoco giros inesperados, lo que sí hay es un gran respeto por todo lo pre existente y por el espectador, más todavía por el que ha sido fan de toda esta saga. Esto se demuestra en que no dudan en hacer uso de elementos que han salido en varias de las películas de la franquicia, y no se centran tan solo en las dos primeras y en las ideas mostradas en ellas. Hay claros guiños y referencias a todo lo que se creó después de 1991, pero se hace abrazando totalmente la que ha sido la gran entrega de la saga.

Y por encima de todo destaca el esperado regreso de Sarah Connor, que casi eclipsa a lo demás. De nuevo con Linda Hamilton que se mete otra vez en su personaje más conocido, lo hace con más de sesenta años pero mostrándose más fuerte y dura que nunca. Una mujer que vio como su juventud se perdía, que tuvo que luchar contra una guerra que estaba por venir, contra un mundo que la creía loca, contra terribles máquinas del futuro, y que sin poder evitarlo se perdió en la vorágine casi dejando atrás su humanidad para salvar al que debía salvarlo todo, a su hijo John. ¿Pero quién salva a la salvadora? ¿Quién protegerá a la virgen María cuando el Diablo atraviese los infiernos del tiempo para ir a por ella? Ella es la vez parte del pasado y del futuro, pero también de un presente que la necesita más que nunca aunque no lo sepa.

Por supuesto, no puedes levantar una película con un único personaje, por muy potente que sea este, y al lado de la veterana guerrera están Natalia Reyes como Dani, quien al igual que le sucedió a Sarah Connor años antes se ve envuelta en algo mayor que ella misma, Mackenzie Davis y Gabriel Luna como los viajeros del tiempo que son parte de una lucha que parece eterna, y el mismísimo Arnold Schwarzenegger que solo estuvo ausente en la serie televisiva y la cuarta entrega fílmica.

Un buen equipo que se une al creativo para conformar una nueva tercera parte, que ignora los hechos de las otras pero que se basa en dos ideas muy claras de toda la saga: la primera es que todos los viajes al ayer alteran el mañana (ya lo dijo Kyle Reese en Terminator, él no venía del futuro, venía de un posible futuro) y la segunda es que el Juicio Final es inevitable (según se explicó en Terminator 3: la rebelión de las máquinas).

Puede que este sea el final del camino o igual es tan solo la puerta hacia una nueva franquicia, todo dependerá del éxito que tenga, puede que en este punto sea conveniente recordar las palabras de John Connor: “El futuro no está establecido. No hay destino. Solo existe el que nosotros hacemos”. Terminator: Destino oscuro no está al nivel de Terminator 2: el juicio final, ninguna puede estarlo, pero sí es la sucesora que esta merecía tener. Por fin ha llegado y sin duda, a mi padre le habría encantado.

2 comentarios en «Terminator: Destino oscuro. Ahora sí, Terminator está de vuelta»

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