Madres e informática. Esa mezcla.

Imaginad esto. Estáis un día sentados en casa, leyendo vuestra revista favorita y de pronto llama vuestra madre ya que el ordenador no funciona. No sabe el motivo, simplemente no funciona. Y sí, claro que ha sucedido que no estaba encendido.

Esta historia, y otras similares, resultarán conocidas a más de uno y entre ellos está Carles Ponsí.

¿Cómo surge ¡SOCORRO! Mi madre tiene Facebook?

Surge de muchos años de acumulación de ser el servicio técnico de mi madre para ordenadores, el móvil y lo que todos pasamos de pequeños del VHS. Tengo amigos que estaban en la misma situación, se repetía bastante, todas lo usan pero no se llaman entre ellas. Vi que era algo interesante, un tema a tratar.

Voy a reconocer que me he sentido bastante identificado con algunas de las anécdotas, ¿hay alguna que destaques?

Hay un momento que sale un diccionario de cómo dicen las madres algunos términos. Es pura invención y en vez de decir Mozilla dice Godzilla, pero cuando mi madre todavía no había podido ver el libro me dijo “me ha desaparecido el icono del Godzilla”.

Otras se van repitiendo, como la de “no, si yo no he tocado nada” y el “ya me acordaré”, pero no apuntarlo en ningún sitio.

Publicas este libro con Grafito, una editorial más o menos nueva, ¿cómo llegas hasta ellos?

Los conocí gracias a otro autor y hablando con ellos les gustó la idea, se la mandé y estuvieron encantados. El cómic lo había movido un poco, lo terminé en pleno Salón del Cómic y tampoco me había dado tiempo a más.

¿Habrá segunda parte? Este tema puede dar para varias secuelas.

No creo. Sería rizar el rizo. Sí hubo un extra on-line que fue ¡SOCORRO! Mi madre tiene Pokemon Go. Pero en principio no, sería muy impostado. El peligro sería que me fuera a cosas que no le han pasado a todo el mundo.

En el cómic hay un momento que tu madre te bloquea, ¿has llegado tú a ese punto?

He establecido un tipo de relación que es que ya ignoro. Me escribe y al cabo de varias horas respondo. Por suerte ella tiene sus grupos de amigas, señoras que se ponen nombres como Las simpáticas o Las Guerreras y habla con ellas, así que ahora cuando escribo yo es ella la que tarda en contestar.

¿Y qué opina tu madre de esta publicación?

Le gustó mucho, aunque opina que esa no es ella. Eso sí, se la regaló a todas sus amigas muy orgullosa y ellas le dijeron “eres tú, estás clavada”.

¿Qué te llevó a plantearte algo cómico y no algo de corte más serio?

Durante mis diez años como dibujante siempre me he movido en el mismo ámbito, en diferentes revistas y formatos, este libro se mueve en esas líneas. Lo que tú dices es algo que no he hecho nunca y también me da respeto.

Hace poco un colaborador mío te citó como un autor referente de temática gay, ¿te consideras así?

Nunca lo había pensado. Cuando empezamos Sauna Paradise en El Jueves es cuando se lanzó la ley de matrimonio de Zapatero, entonces sí que hubo medios que me llamaron a mí al ser una cara pública por estar en una revista de tirada nacional que compra gente de todo tipo. Siempre he intentado que la orientación sexual no defina la historia, de hecho tiempo atrás me escribieron lectores comentando que ni eran, ni tenían, amigos homosexuales y que se habían sorprendido al disfrutar de las tiras.

En El Jueves has estado en momentos muy distintos, con directores diferentes y antes y después de la marcha de autores. ¿Has notado mucho cambio?

Sí, claro. Ha vuelto un poco a la estabilidad de antes, se tambaleó cuando se fueron muchos de ellos y justo ahí no estuve. Ha sufrido un proceso de modernización, se ha actualizado y ha pasado a ser una revista satírica pero mucho más enfocada al tiempo actual. Ahora vuelve a ser más una comunidad, como una familia.

¿Y El Jueves era mejor antes o ahora?

Antes era una cosa y ahora es otra con una nueva generación de dibujantes. Piensa que cuando yo entré era una novedad que hubiera un cómic gay y ya no. Se procura mucho plasmar esta evolución que ha tenido la sociedad.

Parece que poco a poco el cómic está llegando a mucha más gente, ¿cómo autor qué opinas?

Es cierto. La normalización se ha notado mucho. Una muestra es lo que ha ido creciendo la sección de Fnac; en mi caso veo que cuando digo que soy dibujante me toman más en serio, antes era como algo anecdótico y como una atracción de feria. Ahora la gente sí lo entiende como una profesión, ha hecho suficiente mella. No sé en qué momento se había perdido.

Y además cada vez hay más editoriales y autores, pero se siguen escuchando las quejas de que no se vende.

De los entresijos de las editoriales no tengo ni idea. Sí que veo que hay mucho material, no sé si tanta demanda, pero lo bueno es que dentro de este boom de oferta es que en los últimos tiempos se ha confiado más en el autor español en vez de ir a buscarlo fuera.

Aunque sí hay un buen número de casos que trabajan fuera como Carlos Pacheco o David Baldeón.

Creo que ahora mismo el cómic español tiene mucho más prestigio, los autores tienen sus propios lectores, las editoriales parece que confían más… Antes no pasaba tanto, no sé el motivo. Pero lo que decía, hay mucha producción y eso también da oportunidades que antes no había.

¿Qué hay en tu futuro?

Tengo varios proyectos en la cabeza, quiero hacer otra cosa de humor para Grafito. Tengo pendiente hacer una historia larga y autoconclusiva, tengo que ponerme a ello. Y más cosas, pero voy tranquilo.

Además se publica ¡SOCORRO! Mi madre tiene Facebook en Francia, que es algo que ni había pensado. Para muchos autores es una meta y de repente me encontré con ello, y me ha hecho replantearme cosas además de darme más confianza en mí mismo. Iré poco a poco.

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