Spirou, el joven y valiente botones, cambia el hotel por un transatlántico y la aventura no tarda en llamar.

Quiero empezar este artículo dando las gracias a Ricardo Esteban, editor de Dibbuks, ya que gracias a él estamos volviendo a tener buenas dosis de Spirou, un personaje que bien llevado es magistral y en el que las horas de diversión están aseguradas.

Pánico en el Atlántico se circunscribe dentro de la línea “Una aventura de Spirou por…”, que consiste en tomos autoconclusivos que se alejan del canon regular para ofrecer al lector historias por diferentes autores y enfoques distintos. Así tenemos títulos como el excelente álbum Diario de un ingenuo de Émile Bravo o El botones de verde caqui que firman Yann y Olivier Schwartz, totalmente recomendables ambos, y ahora mismo este tomo publicado originalmente en 2010 en su país que es obra de Fabrice Parme y Lewis Trondheim.

La aventura sucederá en los años sesenta (o finales de los cincuenta), o al menos eso puede suponerse en vista de la ambientación y los cuadros, con Spirou embarcándose como servicio en un transatlántico en el que lógicamente estará también el siempre divertido e inconsciente Fantasio. Un viaje casi de ensueño que de pronto se tornará en un asunto de vida o muerte, como no podía ser de otra forma cuando estos personajes están en medio.

Gozan los dos de un protagonismo compartido en el que también estará Spip, la ardilla, y se recuperará al excéntrico Conde de Champignac, toda una leyenda de estas historias y que además servirá para introducir el toque de ciencia ficción a través de una fantástica pistola digna de la serie B de la época, que hace que este cómic tenga un sabor todavía más clásico en la comedia que sirve el guionista.

Más contemporáneo será el dibujo de Fabrice Parme, totalmente en la línea caricaturesca que es cada vez más común ver en los cómics y dibujos animados de hoy en día, y que además no deja de tener muchas deudas con la populariza en los años sesenta lo que también sirve para ayudarnos a la situación temporal de la trama.

Comedia y aventura en estado clásico, con guiños al cine de hundimientos marítimos y a la propia mitología de Spirou. Un tomo totalmente recomendable para fans del personaje y también para los que no sepan nada, al estar situado en esa línea paralela que construye su propia continuidad en cada título.

“Soy botones, señor… tengo que pagar las facturas” – Spirou.

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