König reparte estopa por doquier.

En la actualidad no es difícil encontrar cómics de temática gay (ojo, no confundir con cómics porno de temática gay, que muchas editoriales se hace la picha un lío), o al menos gay-friendly, gracias a una cada vez mayor concienciación social. ¿Que sigue siendo fuera de la norma y sigue estando sujeto a prejuicios? Pues eso es innegable, y son aspectos tan tristes como verdaderos que reflejan a la perfección artistas de la talla de Carles Ponsí o Baralust.

Pero el precursor de todo este movimiento del slice-of-life gay es el alemán Ralf König, que tanto desde sus obras de ficción como El condón asesino a sus trabajo más cotidianos como Huevos de toro viene reflejando desde hace años lo que implica ser gay en su país natal.

En ¡Oh, genio! nos presenta una historia dividida en dos tiempos y localizaciones distintas: por una parte un diseñador de calzado femenino en la antigua arabia se echa como amante a un djinn tan poderoso como peludo, juntos maldicen a un líder religioso extremista que busca prohibir toda expresión fuera de la castidad y sobriedad que le impone su dios durante un sueño indigesto, convirtiéndolo en un efebo perfecto y siempre dispuesto a servir sexualmente a quien frote su lámpara, siendo así una suerte de genio sexual.

Por la otra parte la acción se traslada hasta la actualidad, a los últimos poseedores de la lámpara mágica: un hombre homosexual con serios problemas de pareja y una mujer heterosexual con serios problemas para encontrar pareja. Juntos han de afrontar no solo las miserias de sus vidas sino también la increíble aparición de tan genial mancebo que conoce todo el kamasutra. ¡Pero no todo es tan bonito! La maldición está tocando a su fin y en ocasiones encuentran a un integrista islámico en la cama en lugar de un forzudo de ancha espalda.

Lo que consigue König en esta comedia de despropósitos mágicos es conseguir repartir estopa por doquiera, atacando desde los principios más rancios y radicales de la cultura islámica (tema que está actualmente muy en el candelero), cargando contra todo tipo de religión organizada o cualquier tipo de conflagración que cargue contra las libertades amoroso-sexuales de la gente, hasta los resquicios más cargantes de nuestra sociedad actual según los cuales cuando llega “cierta edad” una mujer ha de emparejarse o será imposible que termine feliz en su vida.

Saltando de una época a otra, no da tregua ni cuartel, siendo todo su cómic una gran proclama a favor del vive y deja vivir que arranca carcajadas por doquier.

Artículo de Borja “Carcayú” Prieto.

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