La liga de los caballeros extraordinarios es un producto que solo será comprensible del todo cuando termine. Si es que lo hace. Y con todo es muy posible que únicamente tenga sentido completo dentro de la mente de Alan Moore.
De nuevo junto con Kevin O´Neill, no se concibe otros dibujante, sigue con las aventuras de la hija del Capitán Nemo tras la muerte de este. Ahora con ella al mando del prodigioso submarino y viviendo fantásticas e increíbles aventuras.
Eso es lo que es esta historia, una aventura en toda regla, salpicada de toques pulp y como siempre plagada de referencias, aunque en este caso se circunscriben en gran medida al expresionismo alemán. Sin dejar de lado todo el universo ya creado en La liga de los caballeros extraordinarios, ya sea historia presenta, pasada, o futura.
Igual que siempre enfrentarse a la obra de Alan Moore y Kevin O´Neill es un desafío para el lector, ya que aunque la lectura sea sencilla no así su comprensión y trasfondo. Después de haberlo paladeado una primera vez, es necesario dejarlo reposar para volver sobre estas Rosas de Berlín más adelante.
