Los ignorantes cuenta una historia inocente y cercana, sin artificios de ningún tipo, con un dibujo sencillo pero lleno de cariño.

Los que hayan leído mi libro ¡Qué festín! Un menú de cine, editado bajo el ala de Héroes de Papel, sabrán que una de mis películas favoritas es Entre copas. Lo es por varios motivos, entre los primeros el gran elenco con Paul Giamatti a la cabeza, la acertada dirección de Alexander Payne que hace que la historia fluya sola, y el hecho de ambientarse entre viñedos llenos de amistad y (esto es así) amor.

No es el único film que entra en este mundo, otros títulos podrían ser Un buen año de Ridley Scott con Russell Crowe y el enorme (y muy tristemente desaparecido) Albert Finney, o Bajo el sol de la Toscana de Audrey Wells con el protagonismo total de Diane Lane (y co como co protagonista Sandra Oh, quien también es parte de Entre copas). Y habría más, ya que el universo del vino es amplio y bello, casi tanto como los viñedos que en ocasiones parecen realidades diferentes de la que vivimos los que estamos en la ciudad.

Algo que queda realmente claro al leer Los ignorantes, una preciosa obra editada por La Cúpula y creada por Étienne Davodean, en la que narra como pasó un año en la campiña de un amigo para aprender los secretos del vino y de su preparación. Desde el cuidado de las viñas, la recolecta de las mismas, la importancia de una buena barrica y otros tantos caminos ocultos en general para los que conocemos poco más que una botella y el líquido de dentro.

Pero no solo eso, y es que en el proceso Davodeau también ejercerá de maestro para su amigo, el viticultor Richard Leroy, un hombre que ama la tierra pero que no sabe nada sobre cómic. Y que vivirá el mismo camino de aprendizaje, verá como se crea una pagina, verá una imprenta y conocerá a varios autores en total paralelismo a lo que vive su amigo y compañero temporal en el viñedo.

Los ignorantes cuenta una historia inocente y cercana, sin artificios de ningún tipo, con un dibujo sencillo pero lleno de cariño. Un periplo vital entre dos amigos que en ocasiones hace llorar (a mí, al menos), con escenas y momentos realmente bellos (destaco especialmente la página 81) que conforman uno de los tomos más recomendables de este 2019.

Un viaje único para cada uno de ellos, y también para el lector.

[sgmb id=”1″]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *