La primera vez que pude leer JLA: Élites debo reconocer que no fue de mi gusto. Me parecía todo algo forzado y de una resolución rápida, pero esto cambió la segunda vez que me puse con esta historia.
Por un lado, a nivel superficial, tenemos la trama en la que los conocidos héroes de la Liga de la Justicia de América se enfrentan a un villano, hay peleas, malentendidos y poderes a tutiplén para entretenernos y hacer que disfrutemos de unos minutos de total evasión.
Eso sí, al otro se ve que no es más que un engaño y que la trama va por un camino completamente diferente. Estamos ante un cómic político en toda regla, una crítica a la interferencia de los Estados Unidos de América en países que no son el suyo y las consecuencias de esto. Todo ello a través de lo ojos de los más grandes héroes de todos (que no americanos ya que hay un atlante, una amazona y un marciano) que intentando hacer un bien quizá estén haciendo un mal mayor. Sí, todo por una buena causa pero en el momento en el que son ellos los que comienzan a dictar las leyes, ¿qué les separa entonces de los villanos que persiguen?
Conviene leer en ocasiones tebeos así que tras una premisa muestran otra muy distinta ya que no todo va a ser salvar al mundo de ser conquistado. En ocasiones el peor enemigo que tiene un héroe es él mismo, más quizá con convicciones tan firmes como las de Wonder Woman que casi es transformada aquí en una extrema activista sin ver más allá de sus propios juicios de valor.
Estas mismas creencias llevarán a que suceda algo que parecía imposible, que se rompa su lazo de la verdad. Y entonces la propia realidad caerá en el caos con solo la Liga de la Justicia de América para poder salvarla. O casi, ya que la propia Wonder Woman ha desaparecido…
Joy Kelly se pone a los mandos de una serie que recupera el sabor más clásico de uno de los grupos de héroes más famosos y conocidos de todos, dándole un toque de modernidad muy necesario y logrando que los personajes funcionen más que nunca como el escuadrón y los amigos que realmente son.
