Hubo un momento en mi infancia en el que puede decirse que me gustaban dos cosas, los cómics y los dinosaurios. Lo primero era en parte culpa de mi padre, gran lector que me inculcó la pasión por las letras, y lo segundo por Steven Spielberg y Parque Jurásico que desencadenó una moda en toda regla.

Había animales prehistóricos en todas partes, había muñecos en las jugueterías, libros en los centros comerciales, coleccionables en los quioscos y era imposible no soñar con tener tu propio dinosaurio y vivir aventuras increíbles. E igual de imposible era hacerlo realidad, claro.

Salvo en la mente de Jack Kirby, por supuesto.

Fue en 1978 cuando creó al Dinosaurio Diabólico y Moon Boy, su compañero, como una propuesta de encargo para una posible serie de animación que jamás se hizo; y aunque el personaje desbordaba la imaginación habitual de este autor, pasó rápidamente al ostracismo salvo algunas contadas apariciones en cómics y varias adaptaciones televisivas.

Ahora es el momento de ir recuperando a lo que fue una buena idea y llevarla hasta el mundo actual. La labor queda en manos de Amy Reeder, Brandon Montclare y la ilustrado española Natacha Bustos, que gracias a esta serie ha saltado por méritos propios al estrellato viñetil.

Pero Moon Girl y Dinosaurio Diabólico de Panini Comics no es solo un intento de aprovechar viejas propuestas descartadas, realmente es todo un ejemplo de lo que está intentando hacer hoy Marvel Comics que es, sencillamente, volver a ser Marvel Comics.

El nuevo universo, que ha traído lo que se ha venido en llamar la Tierra Primordial, se ha bañado de buenas historias, de un sabor añejo de barril de roble en el que los autores han bebido un buen copazo de estilo propio y de llevar las cosas a lugares nuevos. Atrás queda esa Marvel Comics de pechos al aire, cadenas, oscuridad e intentos vanos de atraer lectores duplicando lo que estaba sucediendo en el cine (aunque esto todavía colea).

Ahora es el momento de volver a ser, por fin, La casa de las ideas. De lograr aventuras para públicos muy diferentes, de ser esa Marvel Comics que como deja bien claro Marvel: La historia jamás contada fue en su día el auténtico motor de una industria.

En medio de todo ese ciclón llega Moon Girl y Dinosaurio Diabólico, un cómic que se aleja totalmente del protagonista medio de los superhéroes (es decir, un hombre blanco, de unos 30-35 años, con poderes fascinantes y una portentosa forma física); tanto se aleja que la protagonista es una niña que todavía asiste al colegio, con unos padres que se preocupan por ella pero no la entienden y unos compañeros que bien podían dejar de ir a clase (no sé a vosotros, pero en mi caso es complicado no sentirse identificado en parte).

Y además este hecho conlleva toda una declaración de intenciones, la de decir que de nuevo Marvel Comics quiere hacer tebeos para niños, que ellos puedan leer y disfrutar. Se pueden hacer buenos y entretenidos relatos alejándose de la oscuridad, las peleas entre hermanos y los justicieros que enloquecen.

Moon Girl y Dinosaurio Diabólico puede que os pille mayores, pero a vuestro niño interior le va a encantar. Dejadle salir por un rato y soñad con vivir aventuras con vuestro propio dinosaurio.

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