El periodismo es una vocación. No hay otra forma de explicar el que una persona vaya en busca de declaraciones, en ocasiones de temas que realmente no son lo suyo, que acuda a un evento para contar qué pasa y no para entonar las canciones del grupo de turno, o que entre en una exposición solo para ver quién está y poder entablar una rápida charla con el autor. Vocación, pura y dura.

En muchas ocasiones se intenta controlar, ya sea mediante carreras universitarias o prácticas en las que se trata al joven profesional de idiota. Da igual, es un error en cualquier caso. Si intentas controlar algo que es una pasión, o al menos debería, solo lograrás dos cosas: a) que se apague esa llama b) que el fuego se extienda hasta que no se pueda controlar.

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