Hace unos meses la Dolmen Editorial, que bien os sonará de Los sesenta no pasan de moda y Doctor Who: el loco de la cabina, publicaba el libro Wellcome to Hollywood con las aventuras y desventuras de Julián Lara en su camino profesional.

Un interesante periplo vital en el que el autor no duda en llenarlo de anécdotas y reflexiones personales sobre el mundo del cine, su meca y sobre él mismo.

(Si queréis saber más podéis consultar su perfil en IMDB).

Puedes usar las imágenes o citar la entrevista, siempre que respetes e indiques el autor, la fuente original y no tengas un fin comercial.
Puedes usar las imágenes o citar la entrevista, siempre que respetes e indiques el autor, la fuente original y no tengas un fin comercial.

En tu libro haces un exhausto recorrido por tus últimos años, está lleno de anécdotas pero si solo pudieras quedarte con una con cuál sería.

Es imposible quedarme con una sola, porque son muchas y muy importantes. Los Angeles es una ciudad bonita pero extraña, donde cada día podía ser una aventura, al menos por la forma en la que yo viví allí diariamente: al límite.

Has podido estar frente a frente de gigantes como Spielberg y Lucas, ¿qué sensaciones tuviste?

Conocer a Spielberg fue una experiencia increíble, es una persona que me había marcado desde pequeñito y afortunadamente demostró ser un tipo amable y simpático, como su madre, a quien conozco desde hace ya una década gracias al restaurante que regenta en el barrio judío de Los Angeles.

De Lucas, prefiero no hablar, ya cuento en el libro lo desagradable que es en persona, no tiene nada que ver con su mejor amigo, Spielberg.

¿Es complicado hacerse un hueco en el mundo del cine?

Por supuesto, es muy complicado. Por diversos motivos, ya sean económicos o sociales, es un mundo en el que es difícil entrar e incluso ser aceptado, es muy elitista a veces… a mí me costó cierto tiempo y esfuerzo ser aceptado.

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Te voy a ser sincero, nunca he sido muy fan de los zombies, ¿hay hueco para más títulos de este género?

Claro que sí, solo hay que tener imaginación para innovar un poco, aunque como en todos los géneros, hay títulos pésimos y también los hay magníficos. En mi caso, ya que los zombies son mi especialidad he tenido tiempo de ir progresando y mejorando; tan solo tienes que comparar mi primer corto Evil Night con el que rodé una década después en Los Angeles, Till Death Do Us Part. De hecho, llevo unos meses preparando una serie de TV con una productora de Madrid, basada en mis Deadhunter, vamos, que hay sitio para más zombies.

Aunque suene gastado pero “todos los inicios son duros”, ¿y lo que viene después es más o menos duro?

Yo haría una puntualización, y es que los inicios son duros, pero no para todos. Ten en cuenta que quien nace en una familia que ya se dedica al cine o en un entorno económicamente alto, es muy difícil que tenga esos “inicios duros”, ya que la mayoría nunca se esforzará del mismo modo que quien necesita el trabajo para subsistir, aparte de que dicho trabajo sea su pasión.

Y se necesita pasión, porque después de los inicios duros, lo que viene después sigue siendo duro, y da igual el nivel que uno tenga, justamente de eso hablaba con Guillermo del Toro un día en Los Angeles, junto cuando yo luchaba por sacar adelante un proyecto de largometraje y a él se le había caído el proyecto que le iba a producir James Cameron y que iba a protagonizar Tom Cruise; como ves, a todos los niveles, el negocio del cine sigue siendo duro e implacable, da igual que te llames Julián Lara o Guillermo del Toro.

Si tuvieras que definir solo con una frase tu carrera…

Pasión, dedicación, cojones, determinación, preparación y respeto.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA¿Qué es lo más complicado de llevar adelante una producción?

Lo más complicado es conseguir el presupuesto necesario, eso es siempre lo más jodido, cuando falta presupuesto, falta tiempo, falta personal y faltan medios, aumenta el estrés, la ansiedad, los agobios, y eso no es bueno, porque la calidad se ve afectada. Una vez que tienes el presupuesto y puedes llevar adelante la producción, es necesario saber cómo ser un buen director, un líder, y saber rodearse de un buen equipo para que la producción transcurra de manera fluida.

Divides tu tiempo entre España y América, ¿puedes decirme las diferencias entre la forma de hacer cine en ambos países?

Las diferencias son abismales, allí las productoras arriesgan su propio dinero, en España solo “arriesgan” el dinero de las subvenciones. ¿Te parece poco?

Tu libro se llama Welcome to Hollywood, ¿de verdad te sentiste bienvenido? Leyéndolo a veces parece más bien lo contrario.

Ja ja ja, el título va con segundas, de hecho, hay un momento en que lo explico, es como decir: “¿No querías venir a Hollywood? Pues toma Hollywood?, bienvenido a Hollywood”…

Jaume Balagueró y Julián Lara
Jaume Balagueró y Julián Lara

En la presentación en Barcelona Jaume Balagueró definió a este libro como una manual para colarse en fiestas, ¿cómo de importante es en este negocio estar presente en ellas?

Realmente no es algo imprescindible ni obligatorio, pero normalmente suponían una forma de salir del agobio que supone estar sometido a la presión de sobrevivir en Los Angeles, y me colé porque tenía arte para hacerlo sin llamar la atención, algo que ya no pienso hacer más; estuvo bien mientras duró, pero ya no procede, prefiero sin embargo que me inviten a las premieres, aunque el único que me invitaba era Guillermo del Toro.

¿Y nunca has temido que si te pillan igual se te cerraran las puertas?

No, porque siempre lo hacía con mucho arte, con respeto, y con discreción. Además, como te digo es algo que hice durante una época, ya no actúo así, considero justo que había que contarlo, para que la gente sepa que en Hollywood es muy difícil pasarlo bien pero es muy fácil pasarlo mal.

En tu opinión, ¿el cine es arte?

Por supuesto, pero también es negocio.

El cine que se hace se ha de estrenar y ha de recaudar lo suficiente como para dar beneficios.

Si solo pudieras hacer una película en tu vida, ¿cómo sería?

Sería una película de Hulk o de Mazinger Z, y ya me podría morir a gusto.

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