Dos autores, una serie, muchas risas

Entrevista a Bocquelet y Graves,

por Sergi Páez

Durante los últimos cinco años, un gato azul y su amigo/hermano/mascota pez han adueñado los televisores de los hogares de todo el mundo – al menos los hogares con niños. O no tan niños.

Hablamos, claro, de Gumball y Darwin, los protagonistas de la aclamada serie de Cartoon Network El asombroso mundo de Gumball (The Amazing World of Gumball). Y con dos dos de las prodigiosas mentes tras esta maravilla de la animación nos hemos encontrado en el 34ºSalón del Cómic de Barcelona.

En un trastero convertido en zona de prensa, encontramos a un Ben Bocquelet (creador, productor ejecutivo) y a un Mic Graves (director, guionista) consternados aún por el éxito de su serie en España. “Creía que Hora de aventuras había podido con nosotros aquí también”, bromea.

Tras cordialmente hablar de su viaje hasta la ciudad condal y dónde cenar (y beber), nos ponemos en la piel de todos aquellos que quieren seguir los pasos de estos dos genios:

Fotografía de http://theamazingworldofgumball.wikia.com/

¿Cuándo nació ese sentimiento, esa llamada a entretener a la gente, a contar historias?

Bocquelet: Buena pregunta. ¿Cómo describimos eso?

Graves: Pues fue en el momento que empezamos a ver cosas. Cuando veía cualquier programa/películas y pensaba para mí “esto es increíble, yo quiero hacer esto, quiero formar parte de esto”.

B: Sí, es como cuando vas a ver una película de Bruce Lee, y sales de la película súper emocionado y te pones a dar patadas a todo, y te cargas tu habitación…

G: Sí, sí – esa necesidad de ser parte de lo que has visto… Es imperiosa, es necesaria.

B: Y a partir de ahí pues te pones a buscar eso que sentiste [al salir del cine].

¿Sois de los que empezasteis también con Star Wars?

B: Sí.

G: ¡Sí!

B: Star Wars probablemente es el punto de partida para la mayoría.

G: Lucas y Star Wars son la base de todo el cine actual.

B: Y Spielberg, y- al final lo único que piensas es que quieres ser como todos esos tipos, vivir sus vidas y ayudar a dar vida a historias.

¿Y dibujos animados?

G: Los Simpson.

B: Sí, yo también crecí con Los Simpson. Llegaron a Francia cuando rondaba los diez años y pude compartir la experiencia con mis padres, cosa que fue genial. También decir que durante los ’80 llegó a mi país una gran cantidad de animación japonesa para niños (aunque deberían haber filtrado algo, la verdad…). (Ríe). El caso es que mis padres fueron muy permisivos, y gracias a que bebí de todo, tuve mucho de dónde inspirarme.

Ben, entraste en Cartoon Network UK justo cuando abrieron en 2007, ¿verdad?

B: Sí, fui uno de los primeros artistas contratados allí. Curiosamente, nunca quise aplicar porque tan sólo contrataban por CV (Currículum Vitae) y nunca había hecho nada. Y pensé “eso no es para mí”, pero mi padre se puso en plan “no, hazlo”. Y me metí a hacer el test de dibujante de story-boards. Y me contrataron.

G: Básicamente picó a la puerta y le dejaron entrar.

Entonces no tenías nada de experiencia en animación…

B: ¡No, no! Claro que sí – venía de esta empresa donde conocí a Mic-

G: Efectivamente-, donde trabajábamos animando anuncios de televisión. Animando anuncios, muchos anuncios…

B: Sí, mi primer trabajo en esta industria. Y daba asco. Era malísimo, de verdad.

Bueno, muchos personajes de Gumball son personajes de anuncios que fueron rechazados, ¿no?

B: Sí, sí. No todos.

G: El universo en sí, sí está basado en todos estos personajes rechazados que nadie quería…

Pero vosotros los amabais.

B: Bueno, me dieron un buen cheque al meterlos en Cartoon Network. Les devolví a la vida, de alguna manera… ¡y los vendí dos veces! (Ríe).

Y te trajiste a Mic contigo.

B: Pues sí. Necesitaba a alguien con experiencia dirigiendo… y con barba. Es muy importante tener barba cuando eres director. Kubrick tiene barba. Spielberg tiene barba. ¡Tú tienes barba! (Ríe).

Bueno, barba, barba… Más bien diría que alguien ha borrado lápiz sobre mi cara y no ha limpiado la goma. (Reímos). Oye, Mic – tú le pones la voz a un personaje, ¿no es así?

G: Sí, soy la voz de Banana Joe, sí.

¿Podrías dedicarnos un mensaje con su voz?

G: Oh, no sé… [Cambia de voz a la del personaje Banana Joe]. ¡Me encanta, Barcelona! (Reímos).

[Suena el móvil de Ben. Es su mujer. Reímos, y la atiende brevemente. Continuamos.]

¿Cómo es el proceso creativo de una serie tan absurda y astuta a la vez?

B: Pues drogas, obviamente.

G: Y tanto. (Ríen). No, es broma.

B: Todo el mundo cree que nos drogamos, pero no podrían estar más equivocados. No hay forma de que puedas conseguir nada drogado. En realidad somos una panda de guionistas que nos sentamos y dejamos caer a ver qué nos viene a la cabeza, qué nos hace reír.

G: Ladrillo a ladrillo. Construyendo un muro lo más sólido posible. Sacando un buen guion en dos o tres días.

B: Buscando siempre el cambio en el gag. Aquello que no se haya visto.

G: Ridiculizando y dejando de lado el cliché.

B: Aunque de vez en cuando fallamos, también. Pero cuando lo hacemos, te aseguro que no es por falta de esfuerzo.

G: El guion es lo que ha de ser más firme, es la parte más importante. Como falle algo en el guion, fallará todo el episodio. Ha de ser divertido, innovador e inteligente.

Y para acabar, ¿algún consejo para aquellos que empiezan y os admiran?

B: Si quieres ser animador, entrena y serás lo mejor. Emergerás. La gente se dará cuenta. Nosotros buscamos a gente nueva constantemente por Internet, gente que cuelga sus obras y contactamos con ellos. Sigue trabajando, sigue creciendo y muestra tu trabajo.

Y luego está la pregunta que todos me hacen, la de “¿cómo lo has hecho para llegar ahí, y tal?”. El truco está en dejar de buscar la perfección (nunca nada lo será), y acabar todo lo que empiezas. Y de ahí, tirar de los errores y seguir mejorando. Nunca dejes nada a medias porque veas que no es todo o menos de lo que esperabas que sería – he visto a muchos artistas hacerlo… Hazlo. Acábalo. Y aprende de los errores. Eso es lo que sacará lo mejor de ti como artista.

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