Vivimos en un mundo en el que gracias a Walt Disney, se tiende a considerar que una historia de fantasía es una historia ñoña. No es así. Cierto es que en general esta empresa ha convertido clásicos en versiones propias llenas de azúcar, a veces al punto de dejarlas casi irreconocibles, pero igual de cierto es que la fantasía puede ser otra cosa.
Por citar un par de ejemplos: el muy tristemente fallecido Terry Pratchett que demostró que la fantasía puede estar llena de humor, o Robert E. Howard con su Conan (entre otros) que se convirtió por derecho propio en uno de los personajes más icónicos de este género.
A ellos se pueden sumar también Chris Claremont y John Bolton con El dragón negro, obra que edita en nuestro país ECC Ediciones en un atractivo volumen de tapa dura y sobrio blanco y negro. Un relato de corte caballeresco en el que nada es lo que parece, con una oscuridad latente desde el comienzo que se va mostrando más evidente según avanza la trama hasta llegar a una conclusión inesperada a la vez que llena de fuerza.
La calidad de este tomo está fuera de duda por el simple hecho de los nombre de sus autores. El primero de ellos, Chris Claremont, es un guionista y novelista bien conocido en el mundo del cómic por sus casi veinte años al mando de los X-Men y que nutre el relato con algunos de sus tópicos como sus largos parlamentos y sus bocadillos de pensamiento para dejar ver qué sienten los personajes; Por su parte el segundo, John Bolton, también ha hecho sus pinitos en los conocidos mutantes junto al ya mentado guionista, pero seguramente sea más conocido por haber adaptado al cómic Hellraiser y por su trabajo en el primer volumen de la imprescindible Los libros de la magia con un bello estilo realista.
El dragón negro es un relato de fantasía épica con tintes artúricos, referencias históricas y de leyenda, que logra crear un mundo que quizá fue el nuestro pero en el que todo es posible.
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